jueves, 25 de diciembre de 2014

Breve Historia de la Navidad en Lambayeque

En Lambayeque colonial, el mes de diciembre, ha sido festivo. Según Sandra Negro (2013) “por influencia española, coloquialmente (…) es frecuente señalar esta fiesta con el apelativo de Pascua, que hace referencia al tiempo desde la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo hasta la Epifanía. En el Perú virreinal, el 25 de diciembre era el primer día de la Pascua de Navidad… [En todas las ciudades del Perú virreinal] la fiesta comenzaba el 08 de diciembre con las celebraciones de la Inmaculada Concepción; es notorio el énfasis con que se reseña la fiesta de la Pura y Limpia Concepción de María Nuestra Señora, que se celebraba, ayer como hoy, el 8 de diciembre…”.
Es posible inferir, por extensión histórica y ya que así se realiza en todas las ciudades principales que ingresaban por las calles de Zaña y Lambayeque en dirección a la Iglesia “ocho carros decorados con flores. El número ocho hacía referencia al octavario dedicado a la Virgen María… Detrás de éstos seguía un carruaje (…) que contenía la efigie de un león, que representada al rey de España, Felipe IV. En este carro se exhibía una gran imagen de la Limpia Concepción y una espada desnuda defendiendo su pureza…”
Entre el 09 y el 23  se  instalaban los “Belenes” o nacimientos y después de la “Misa de Gallo” se preparaban para recibir las visitas o alternativamente salían para “dar las buenas Pascuas” a familiares y amistades. Para los nacimientos, desde el 13 (Día de Santa Lucía), se hacían germinar “los triguitos” elementos indispensables para la decoración.
El tiempo de las visitas era usualmente desde las 6 de la tarde hasta las 11 de la noche. Los visitantes pasaban al principal (sala) o a la cuadra (comedor), no sin antes contemplar el belén que los dueños de casa exhibían. El día 25 no se desayunaba pues debían guardar ayuno estricto para participar de la Misa de Navidad que se celebraba al medio día. A los licores usados como asentativos se les llamaba “los orines del niño”. Las fiestas se extendían hasta recibir el año nuevo. Ya durante el gobierno del Virrey Luís Jerónimo Fernández de Cabrera y Bobadilla, Conde de Chinchón, se usaban antorchas y fuegos artificiales dispuestos en “castillos”.
Sobre los alimentos tradicionales, en el trabajo “La Navidad en el Perú” (2010) de Rodolfo Tafur Zevallos, indica “En el norte del Perú se consumía el Yupichín que era una mazamorra de bayas de algarrobo… [Además] Se consumía el camote en mazamorra, que de acuerdo a las clases sociales tenía su nombre: para los pobres era ´Camote dulce´, para la clase media, ´Camotillo´ y los ricos lo llamaban ´Cabello de ángel´”. Sabemos que hubo otros platos como “puchero” (sopa), tamales, humitas, chicharrones, escabeches… para asentar: “mate de Paraguay” y licores diversos.
Según el historiador Miguel Díaz Torres en el trabajo monográfico “Del Chiclayo que se fue” y recogiendo la versión del recordado periodista lambayecano José Arana Cuadra, en la celebración navideña en Chiclayo de la década de 1920: "la gran novedad era la pascua, la noche buena en el Hospital de las Mercedes se celebraba con banda de músicos, fuegos artificiales, tómbolas; los muchachos iban a gastar su propina. Había un cuetero famoso: el cuetero Chávez, existían dos bandas de músicos en competencia: La Banda de Brenis y la del Sordo Gamarra".
Los ancianos recuerdan, desde la década de 1930, que se formaban, por barrios, grupos de niños que, a cambio de una propina y disfrazados de personajes navideños cantaban villancicos en las casas ante los nacimientos. Desde mediados del siglo XX se hicieron muy famosos los concursos de belenes, en especial aquel que propiciaba el Diario “La Industria”. Eran famosos los nacimientos en la Catedral, el Asilo de ancianos, el parque principal…
En la década de 1970 e inicios de los 80, se realizaban los concursos escolares de villancicos en los que participaban las corales de los colegios “Manuel Pardo”, “Santa María Reyna” o “Nuestra Señora del Rosario”; eventos muy competitivos y de altísima calidad interpretativa. Recuerdo la presencia inolvidable del R.P José María Jubera. Un villancico chiclayano fue ganador en la edición de 1976 “Martín invierno” interpretada por la coral del colegio “Santa María Reyna” y de autoría de Osterli Campos.
Hoy todo ha cambiado. El consumismo materialista va acabando con nuestras mejores tradiciones. Desde ahora compartamos, en familia, los mejores recuerdos de un Chiclayo que se jamás se irá pues vive en nuestra memoria y se actualiza con nuestros recuerdos y tradiciones.





miércoles, 3 de diciembre de 2014

El Cine y su Historia en Chiclayo


Local del antiguo Cine "Tropical" ubicado en la calle
Elías Aguirre.
La historia del cine comenzó en París, en diciembre de 1895, han pasado casi 120 años. En el Perú, la primera función “se realizó en febrero del año 1897, en la Confitería Jardín Estrasburgo (hoy "Club de la Unión"), en Lima” se usó el cinematógrafo de los hermanos Lumiere. Así, Mientras en las principales ciudades del “mundo industrializado” y en Lima, nuestra ciudad capital, la “Belle Epoque” mostraba nuevos estilos de vida a partir de la aparición de impensadas tecnologías; en Chiclayo, el sétimo arte causó primero sorpresa y asombro para, luego, convertirse en una forma habitual de distracción que puso a los chiclayanos en contacto con el mundo. Tomando como base la información del trabajo “Historia del Cine en Chiclayo” (s.a) puedo afirmar que, al inicio, antes de 1918, se proyectaron películas en el atrio de la catedral en funciones vespertinas los días sábados y domingos y usando un gran telón blanco.
Los cines de Chiclayo fueron: cine Olimpo (1918) ubicado en la cuadra 9 de la calle San José. El cine y teatro “Dos de Mayo” administrado por el empresario Alejandro Lora. El cine “Pathé”, que luego cambió a cine “Royal”, para luego ser el  cine “Colonial”. En “Del Chiclayo que se fue”, del historiador Miguel Díaz Torres, se afirma: “ (a inicios del siglo XX, en Chiclayo) Había dos cines, el Pathe (Colonial) de Don Francisco Cuneo Salazar y, al poco tiempo abre el Gaumonth... el cine era mudo, eran tres funciones: Vermouth, primera y segunda tanda y noche, cada cine tenía un timbre con el que llamaban 15 minutos antes de empezar. Cada cinema tenía un piano y su pianista, me acuerdo de la pianista del Gaumonth, era una chilena llamada Rebeca Silva Renar de Cassanova…”. En 1945, fue inaugurado el cine “Tropical” de la familia Pardo.
Local del antiguo cine "Colonial" en
la Calle "San José"
Son muy recordados, además, el cine “Iris” ubicado en la calle 7 de Enero el cual era administrado por el Sr. Alfredo Ballesteros; el cine “Norte” inaugurado el 2 de Febrero de 1949, ubicado en la cuadra 13 de la calle “Vicente de la Vega”, el cine “Elba” (fundado en 1954) ubicado en el distrito de José Leonardo Ortiz, y el cine “Sur” (fundado en 1959), administrado por el Sr. Luis Cortes. El cine “Tumi” (fundado en 1960) ubicado en la cuadro 12 de la avenida Luis Gonzales; el cine “San Antonio” que luego se convirtió en cine “Oro” y que, actualmente es el auditorio episcopal “San Antonio de Padua”, de los padres Franciscanos. El año 2002 abre sus puertas el multicine “Primavera” en el local del antiguo cine “Tumi” y el año 2006 significó la apertura de la sala de cine “Planet”, en vigencia a la actualidad.
Hubo cines en Ferreñafe (cine “Motupe” administrado por José María Cabrejos) Cayaltí, Tumán, Chongoyape, Pátapo, Pomalca y Eten. En otros distritos y centros poblados se proyectaban filmes al aire libre con asistencia masiva de pobladores.
Los días domingo, en la década de 1970, era de matiné. Los niños y jóvenes, vestidos con el mejor traje (“el dominguero”) formábamos grandes colas frente a las boleterías para apreciar los mejores filmes mexicanos (recuerdo “la niña de la mochila azul”), las mejores películas de Cantinflas, Capulina y Chespirito.

Local del antiguo cine y teatro
"Dos de mayo" en la Calle Alfredo Lapoint.
Hoy, el cine, sigue formando parte de nuestras vidas. La tecnología ha permitido mejorar el color y la calidad de la imagen; sin embargo, las sesiones en los antiguos cines de Chiclayo serán inolvidables. Tal vez, esas salas, fueron testigos mudos de un primer beso de amor, de una declaración romántica o de travesuras juveniles. Ir al cine en patota, silbar cuando fallaba la imagen o reclamar cuando encendían la tímida luz de una pequeña bombilla eléctrica, son algunos de los imborrables recuerdos de un Chiclayo que vive en nuestra memoria y que no debemos olvidar.

lunes, 20 de octubre de 2014

Algunos Datos Históricos de Pimentel entre los siglos XVI y XIX


Deseo afirmar el origen prehispánico y brindar algunos datos históricos de importancia sobre Pimentel.

En el Siglo XVI, durante su visita a Lambayeque (1566 a 1567), Don Gregorio Gonzales de Cuenca visitó, entre otros, el repartimiento de indios de Chuspo (actualmente Monsefú). Indicó que dichas personas realizaban faenas de pesca artesanal. Por la descripción de la zona de sus faenas, es posible inferir que se refería a la zona del litoral ubicada entre las actuales playas de Monsefú y Pimentel.

En el siglo XVI, según indica Pablo Rodríguez, en 1620 habitó en esta zona la familia Filcullán. Indica que los herederos de la familia (de apellidos Seclén Filcullán) fueron quienes vendieron 869 hectareas a Don Virgilio DalOrsso. Esta afirmación se basa en el testamento de Alfonso Filcullán ante el escribano de cabildo Francisco Minche.

En el siglo XVIII, se realizó la visita del Obispo de Trujillo Baltazar Martínez Compañon y Bujanda a toda la Diócesis. En el registro de su visita a Saña, llamada así la actual zona territorial de Lambayeque, hay un mapa en el que se puede apreciar como lugares costeros las zonas de San José, Puerto Nuevo (Pimentel) y Santa Rosa. No aparece Eten. El documento data de 1785 y ha sido estudiado por el historiador José Gómez Cumpa.

En el siglo XIX, la relación entre partidarios de la independencia de Guayaquil y Lambayeque era estrecha. En una visita realizada a Guayaquil, pude comprobar el vínculo desarrollado  a través de las logias masónicas. La madera usada para la construcción de algunas casas de personas notables fue traída desde Guayaquil. De seguro, San José y la Caleta de la Concepción de los valles de Chiclayo (Pimentel) eran los lugares de estiba y desestiba de productos e intercambio de comunicación verbal y escrita.

En la obra póstuma de Mariano Paz Soldán titulada "Geografía del Perú" (1862), Chiclayo aparece como provincia del Departamento de La libertad e indica que "... contiene catorce distritos, una ciudad que es Chiclayo, una Villa, quince pueblos, una estancia y once curatos". Se menciona a Eten y San José como Distritos del litoral. Sin embargo, Pimentel no aparece en la lista de distritos o curatos. ¿Por qué? infiero que es debido a su escasa importancia económica. 

El lugar evolucionó de Puerto Nuevo a caleta de la Concepción de los Valles de Chiclayo a Caleta de Salaverry y, finalmente, Pimentel. No pudo haber tenido mucha importancia debido a las inundaciones de los años 1821, 1871 y 1875. Sin embargo, durante la guerra del Pacífico esta ya era una zona más poblada y medianamente próspera. Los informes escritos por el general chileno patricio Lynch indican que, tratando de erradicar la fiebre amarilla, dictó algunas medidas y ordenó que los gastos sean asumidos por los de Pimentel.

Para fines del siglo XIX, Pimentel era una zona sin importancia económica.  En la visita realizada a Lambayeque, Ernest Middendorf, médico e investigador alemán, describe la travesía que vivió indicando que la llegada de pasajeros se hacía por la zona de Eten. Describe a dicho lugar como poco adecuado para la realización de la estiba, desestiba y traslado de pasajeros debido al fuerte oleaje. Esta condición mejoró con la construcción del Muelle y Ferrocarril de Pimentel, pero esa, es otra historia que, posteriormente, comentaremos.


sábado, 11 de octubre de 2014

Pobreza y Consumismo ¿Qué hacer?


El PNUD es el organismo de las Naciones Unidas que se ocupa de analizar y monitorear los indicadores de la pobreza y el desarrollo en el mundo. En su informe sobre la situación mundial hasta el año 2013 refiere “(en el mundo) la riqueza está repartida de manera extremadamente desigual…” y, aunque descendió la pobreza extrema mundial de 36% a 19% (hay 620 millones menos de pobre extremos en el mundo) el problema de la desigualdad es notorio y refleja, a mi entender, una caída en los indicadores morales de las diversas sociedades en las que, a pesar de las cifras, el consumismo se fortalece como parte de una cultura individualista disfrazada de prosperidad y que, en términos prácticos, muestra la laxitud de valores como la solidaridad, caridad y justicia; la despreocupación por el prójimo y la reducción de los objetivos de vida únicamente a los referidos al bienestar económico y el logro de la riqueza. Dígase de paso, no hay problema en ser rico mientras se tenga clara la idea del compartir o repartir con justicia, según sea el caso.

Si la riqueza mundial estuviera distribuida equitativamente, indica el mismo informa, una familia media, de dos adultos y tres hijos, podría disponer de ingresos por 2.850 dólares al mes. Sin embargo, un ser humano de cada tres no dispone de las instalaciones sanitarias más elementales, uno de cada cuatro no tienen electricidad, uno de cada siete vive en zona de extrema pobreza, uno de cada ocho tiene hambre y uno de cada nueve no dispone de agua potable. Cada persona podría disponer de un ingreso medio de 19 dólares al día, pero uno de cada vive con menos de 1,25 dólares al día.

Rafael del Peral, propone “actualmente vivimos en un mundo en el que consumimos de manera masiva, y ha llegado el momento de plantearse ciertas preguntas, como ¿por qué consumimos?, ¿quién se beneficia con mi consumo?, ¿a quién perjudica?”. Mientras Susana Rodríguez refiere que “…ha triunfado en las últimas décadas un estilo materialista y egoísta que ha acabado por ocasionar un agravamiento de la desigualdad social que ha sido, con toda probabilidad, una de las causas de una crisis que, para algunos, no es solamente de carácter económico, sino también una crisis cultural, de valores”. Creo que en nuestro tiempo, cada quien reclama su derecho a consumir y, con ello, se va perdiendo la integración social por la actitud de un consumidor que rinde pleitesía a los caprichos o veleidades que estimulan la producción de objetos superfluos que no cubren necesidades primarias y vitales.

Francisco Coriñaupa en “Autoridad ¿Existe?: Consumismo, moda y otras fantasías capitalistas”, indica: “el sujeto postmoderno, o sea, construido socialmente a imagen y semejanza del capitalismo, se maneja entre el consumismo y el individualismo de forma muy natural, no teniendo que buscar alguna relación sino viviendo identificado a ella, y no solo a través de la economía, que da sentido al consumismo, sino por las ideas y claro, por la conducta que irradia de ellas, es decir la idea de vivir aquí, ahora y rápido, con la mayor satisfacción posible, y buscar la manera para hacerlo tangible, es lo ´normal´”.

Consumo y consumismo no es lo mismo. El primero implica satisfacción de necesidades. El segundo superficialidad, egoísmo, individualismo, injusticia, inequidad… vale la reflexión seria de este hecho en el que, a lo mejor, nosotros mismos estemos sometidos.


viernes, 10 de octubre de 2014

La Familia y la Vida se Defienden


Una Resolución del Consejo de Derechos Humanos emitida el 25 de junio pasado reconoce que la familia es el núcleo natural y fundamental de la sociedad, cuya responsabilidad primaria es nutrir y proteger a los niños a quienes brinda un ambiente y una atmósfera idónea de felicidad, amor y entendimiento que les permite un desarrollo completo y armonioso de su personalidad. Señala que la sociedad y el estado de cualquier país tienen el deber y el derecho de protegerla. Un dato curioso es que la resolución fue aprobada por 26 votos contra 14 y se suma seis abstenciones, entre ellas la de Perú.

 ¿Por qué Perú se abstuvo de votar a favor de la resolución? La resolución fue redactada en base a documentos suscritos por el estado peruano tales como la Carta de las Naciones Unidas y la Declaración Universal de Derechos Humanos y la Declaración, entre otros documentos a cuyos límites se adscribió en Perú. Entonces ¿Cuál fue la razón de fondo?

Es curioso, al revisar los antecedentes y la coyuntura hasta el momento de la aprobación de la resolución de la ONU, en nuestro país, se discutían dos temas relacionados con la estabilidad de la familia: el matrimonio entre homosexuales y el aborto terapéutico. En ambos casos se conocieron las posturas de los agentes políticos del gobierno y de la oposición política. Pero hubo, también, espacio para la expresión de la opinión de otras instituciones y personalidades que públicamente se definieron a favor o en contra. El debate se cerró abruptamente debido a la violencia expresada y la incomodidad que su discusión provocó en la clase política. Dígase de paso, fue un debatillo cargado de muchas emociones y poco conocimiento, de muchas marchas y pocos foros académicos, de mucho interés mediático y poco compromiso moral. La posición del estado no se dio a conocer oficialmente y su presencia resultó débil y ambigua. No se le vio asumiendo el rol que le da el derecho internacional como entidad protectora de la familia. Se notó, por el contrario, un deseo (acaso una política) de apoyar la posición abortista y el matrimonio homosexual; dígase de paso, la más altisonante, “victimizada”, colorida, intolerante de las posiciones.

Ya la resolución, al hacer la definición de familia, indicó tácitamente la inexistencia de varios tipos de familia y dio como característica de su origen la unión natural, vale decir, respaldó el origen de la familia en la unión entre un hombre y una mujer. Esto significó un duro golpe a quienes pretenden inventar matrimonios y familias a partir de la unión entre personas del mismo género.

Un comentario personal. Es bueno que Perú sea uno de los últimos países en que se viene realizando el debate de mediadas “antifamilia” y “antivida”, pues hemos podido ver lo que ocurrió en otros dondeen se desarrollaron medidas y políticas en favor de aborto y el matrimonio gay. La Corte Suprema de EEUU viene suprimiendo temporalmente, para ser estudiadas, las normas que permiten matrimonios gay en varios estados de la “gran nación americana” debido a sus negativas e inesperadas consecuencias. Las uniones libres y su consecuente falta de compromiso hacen, a las “modernas” sociedades europeas, añorar los valores familiares. En Perú, más del 70% de personas están en contra de ambas medidas. La minoría es más bulliciosa, pero es minoría. Reclamo, desde esta tribuna, se dé a conocer la posición del gobierno peruano respecto de ambos temas y que dicha posición sea representativa de la voluntad de la inmensa mayoría de peruanos.

   

martes, 7 de octubre de 2014

La Historia y Su Nuevo Aliado, El Cine

Fernando Martínez Gil, Maestro de la Universidad de Castilla – La Mancha, ha realizado el interesante estudio titulado “La Historia y el Cine: ¿Unas amistades peligrosas” (2013) en el aporta interesantes ideas acerca de la novedosa interacción entre la Historia y el Cine. Por el uso, casi cotidiano, de vídeos y películas históricas en instituciones educativas escolares y superiores me parece recomendable trascribir las más importantes ideas del trabajo de Martínez.

Sobre el inicio de esta interacción, Martínez afirma que en el pasado la historia y el cine se trataron con recelo e incluso con desprecio. En las dos últimas décadas la historia ha descubierto al cine no solamente como un recurso didáctico hoy accesible y lleno de posibilidades para recrear y explicar el pasado, sino como un auténtico documento necesario para investigar y comprender el siglo XX. Pero la imagen en movimiento presenta unas características propias que exigen un tratamiento distinto al de los documentos escritos, tanto por parte del profesor que la utiliza en sus clases como por el investigador que se sirve de ella para documentar su trabajo.

Sobre el uso intencional de los aportes del cine histórico, indica que la historia, superando el positivismo, ha ampliado el concepto de fuente a todo vestigio que proporcione información sobre el pasado, lo que incluye como tal desde un paisaje a un objeto artesanal, desde una obra artística a una fotografía y, naturalmente, a la imagen en movimiento. La insistencia de los recientes planes de estudios académicos en la innovación docente ha hecho el resto, en un momento en que el acceso al patrimonio cinematográfico acumulado a lo largo del último siglo se ha democratizado hasta límites insospechados gracias a la difusión del vídeo, el DVD e Internet. No se puede pedir a una película ambientada en el pasado que sea ante todo rigurosa y veraz, sino, en todo caso, verosímil.


Deja claro el hecho que la historia intenta aprehender un pasado que ya no existe; y no lo hace reproduciéndolo “tal como era”, como pretendía el positivismo, sino interpretando los vestigios que se han conservado de ese pasado ya desvanecido mediante la aplicación de una metodología transparente y avalada por su rigor. Para llevar a cabo su tarea el historiador se sirve de la crítica textual y de la densidad argumentativa que le proporciona el lenguaje escrito, con su capacidad analítica, sus excursos y citas de autoridad. La historia es, pues, ante todo rigor en su acercamiento a la realidad. Pero no solamente eso. Está obligada a ser creativa.

El cine también remite a la realidad, puesto que la representa o incluso la suplanta. Pero, al ser forzosamente una obra colectiva y un producto comercial que es preciso financiar, el rigor suele supeditarse a la necesidad de amortizar la inversión, por lo que una película debe entretener y satisfacer los gustos y las expectativas de la crítica y del público, de la sociedad a que se dirige; y en virtud de ello el cineasta ha de respetar todo un cúmulo de convenciones que limitan su libertad (los géneros, la censura o la autocensura, los límites de lo mostrable, etcétera) o bien subvertirlas.


Creo que una fuente histórica, cualquiera que sea su naturaleza, solamente puede ser interrogada de forma correcta y fiable si se la conoce por dentro, si se es consciente de sus especificidades, sus posibilidades y limitaciones. No basta, sin embargo, contentarse con su dimensión sincrónica y contextualizadora; es preciso también situarla diacrónicamente. Lo que quiero decir es que un historiador no ha de saber sólo mucha historia; ha de conocer de forma suficiente la historia del cine si es que piensa utilizar las películas como documentos que sustenten su investigación o su enseñanza. 

domingo, 5 de octubre de 2014

¿Somos corruptos?... ¡No soy corrupto! … ¿Y tú?


Corromper, según la Rae, significa “Alterar y trastrocar la forma de algo. Echar a perder, depravar, dañar, pudrir. Sobornar a alguien con dádivas o de otra manera. Pervertir o seducir a alguien. Estragar, viciar. Incomodar, fastidiar, irritar. Oler mal”. Entonces, la corrupción tiene una serie de acepciones que tocan las actividades más simples como las más complejas. No es correcto limitar el impacto de la corrupción únicamente a la actividad política o a la función pública, como solemos hacerlos. Este tiempo debe servir para sincerar los actos personales y grupales y ceñirlos al estricto uso de la moral y la ética.


Son corruptos los gobernantes que se enriquecen haciendo mal uso de presupuestos o dineros destinados para obras públicas. Los empresarios que ofrecen coimas de 10% para obtener ganancia. Los policías que se hacen de la vista gorda ante quien ostenta el poder y aplican el peso de su función solo a los más débiles de la sociedad. Los maestros que cobran a cambio de una nota aprobatoria o solicitan dinero por copias fotostáticas por encima de su costo real. Son corruptos los trabajadores que aceleran los trámites para sus conocidos y demoran más de lo debido para aquellos que no conocen o les resultan incómodos.

El corrupto se edifica un ficticio castillo amurallado, con ladrillos de dinero, cemento de inmoralidad y bases de sufrimiento ajeno; dentro del cual habita “el hombre fuerte” (realmente frágil) en un ambiente que le da “seguridad” con la sensación de intocable y un “selecto” grupo de ladronzuelos que corean en coro su nombre, asienten ante cualquier idea de su líder “Non Plus Ultra” y recogen las migas y las sobras que su jefe deja caer.

Son corruptos los pastores que hurtan los diezmos de sus fieles y los sacerdotes que hacen mal uso de las limosnas. Los comerciantes que cobran de más y dan menos peso del debido. Es corrupta la empleada del hogar que roba sistemáticamente los bienes de sus jefes. El médico que, para “dar un mejor servicio”, te sugiere lo visites en su consultorio particular y no en el hospital público. Es corrupto el periodista que vende su conciencia tergiversando la realidad y poniéndose al servicio de intereses deshonestos convirtiéndose en la voz o la palabra escrita de la maldad.

La corrupción se convierte en un mal endémico cuando invade nuestra conciencia y anula nuestra actitud ante ella. Pensamos, erróneamente, que es imposible hacer algo contra ella, creemos que es más la gente indecente que la honrada, seria, honesta y responsable. ¡Estamos equivocados! El bien siempre derrota al mal y para eso se hace preciso dar batalla. Creo que la nueva corrupción, es la del silencio indiferente que termina tomando forma de permisividad cómplice que nos separa un espacio en aquel castillo del que hablé líneas arriba.


A cada uno le toca dar lucha en la pequeña parte de la sociedad que nos toca transformar. Sea el mercado, la escuela, la universidad, la iglesia, el hospital, la oficina, la fábrica, la empresa, los medios de comunicación… la labor dejó de ser de procuradores o contralores que también, sospecho, deben ser controlados. La labor es tuya y mía. Es urgente. Es la lucha de este tiempo.


Leí el poema “Corrupción” escrito por un estudiante español en medio de las protestas por la crisis europea en la ciudad de Madrid, les dejo este extracto: “La corrupción aquí y allá se disfraza de legalidad/ tiene nombre y se llama impunidad/me ha tocado la puerta, más no entrará/la corrupción me sonríe/más, a mi vida, no la dejo entrar”. Habla o grita, cuando no hables escríbelo; di no cuando debas, construye un lugar seguro con la conciencia limpia. Destruyamos el “castillo” de los corruptos a fuerza de verdad, honradez, honestidad y caridad.

jueves, 2 de octubre de 2014

La vestimenta y objetos de uso femenino y su relación con la situación económica en el virreinato del Perú del siglo XVIII

Por: Carolina Pareja y Martín Cabrejos Fernández 

El virreinato del Perú constituido en 1542, después del sometimiento del Imperio Inca; abarcó Perú, Ecuador, Bolivia, Colombia, parte de Argentina y Chile. Francisco de Toledo, virrey del Perú, logra encauzar la situación y establecer un marco administrativo estable, que duraría todo el período colonial. La capital fue la ciudad de Lima, «Ciudad de los Reyes», mientras que el puerto del Callao, monopolizaba todo el comercio marítimo americano. Durante el siglo XVIII, de acuerdo a Fisher (2000) los principales, virreyes, fueron: Gabriel de  Avilés y del Fierro (1801-1806), José Fernando de  Abascal y Souza (1806-1816) , Joaquín de Pezuela y Sánchez Muños de Velasco , (1816-1821),  José de  La serna y Hinojosa (1821-1824).

El siglo XVIII estuvo lleno de reformas: La corona de España pasa de dinastía austriaca a borbónica, Francia tuvo una fuerte influencia en la Península. Las reformas borbónicas, se comprenden como un sistema metropolitano del rey Carlos III, para poder organizar nuevamente las colonias donde se facilita el tránsito a la modernidad. Además de acuerdo a Fisher (2000), el Perú borbónico comenzó alrededor de 1750, y aunque concluyó formalmente en 1824, varios de sus rasgos perduraron hasta 1850. Al final del primer gobierno de Castilla el Perú republicano comenzó a tomar su forma definitiva, en esencia tanto como en teoría. 

Sabemos que la sociedad colonial fue clasista, racista y esclavista. Notoriamente estratificada por el origen racial y la posición en el ámbito económico. Jurídicamente la sociedad colonial estaba dividida en dos repúblicas:

La República de Españoles es de origen europeo y la clase dominante. Constituido en tres estratos: La nobleza donde se encontraba la Peninsular (Burocracia) y la Indiana, los cuales son descendientes de los primeros invasores. Ambos poseen títulos de Nobleza. En la clase media se encuentra la Burguesía comercial, intelectuales peninsulares y criollos de relativa solvencia económica; Finalmente el Bajo Pueblo, donde se encuentran los españoles y criollos. La República de indios es el sector dominado, considerados vasallos del Rey y jurídicamente considerados como menores de edad. Después los indios comunes, sector explotado, y a su vez la clase productora y tributaria. Ambas estaban separadas con leyes diferentes, pero se emparentaron por medio del proceso de mestizaje biológico y cultural producido durante la colonia.  A pesar que la corona defendió las diferencias sociales de raza, el mestizaje racial se dio. Finalmente las clases marginales: los Mestizos, cruce entre el español y la india; Los Negros, reducidos a una vida de esclavitud.  Según Morales (2010), “El orden es la jerarquía frente a la igualdad, que es sinónimo de desorden”  

La economía hispanoamericana, durante el periodo borbónico, dio cambios sustanciales en el intercambio comercial entre Europa y América, mucho más en la intensidad de la distribución. Al igual que en los siglos XVI y XVII, en el XVIII América continuó siendo fuente de metales preciosos, principalmente de plata, esenciales para el funcionamiento del capitalismo moderno y financiar el comercio europeo con otras regiones del mundo, como el Lejano Oriente. La producción de plata peruana se mantuvo constante, en unos diez millones de pesos anuales, mientras que la Nueva España se multiplicó, llegando a unos 25 millones de pesos.  Debido a este progreso económico y  la influencia de Francia la sociedad limeña se involucró en su aspecto novedoso: La moda.  

Según Alva (2009) “Es a través de los testamentos que se da a conocer que las cantidades de prendas utilizadas en esta época y que se utilizan prendas más caras y lujosas. Se puede decir que en el mercado limeño existía una demanda más amplia por las telas importadas; Eventualmente en los tejidos de seda franceses se ganaron una reputación de máxima calidad y “de allí que dentro de los productos rematados por la expedición Martinet, en 1719, durante el gobierno del virrey príncipe de Santo Buono, destacarán nítidamente: bretañas (439 037,034 pesos), ruan (396 796,622 pesos), cambray (58 840,188 pesos), encajes (54 699,545), paño (46 703,292 pesos), tafetán (54 463,834 pesos), seda (29 426,125 pesos), raso (13 141,126 pesos).”

El rol de la fortuna, la economía y el poder fueron siendo más importantes cada vez en el aspecto social durante ese periodo, por ende según Alva (2009), “Fue necesario un mayor despliegue de lujo y poder por parte de la población, Lima fue sin duda una de las capitales más refinadas de Hispanoamérica colonial”.

La dinastía borbónica tendrá peso en este cambio. Durante el siglo XVIII el rey Felipe utilizaba color negro, símbolo de elegancia, mientras que en Francia se utilizaban ya los colores brillantes y esto llegaría a España, es así como se notó la influencia del cambio borbónico en la moda limeña. Según O’Phelan (2007) “Con la dinastía borbón se introducen los denominados «trajes de corte», conformados, en el caso del atuendo femenino, por la saya del siglo anterior —falda con pliegues acolchados que ahora podía llevarse hasta media pierna o prolongarse hasta los tobillos— a lo que se agrega la camisa o jubón, pero modificándose algunas de sus características: las mangas se llevan a medio brazo (aunque se les aplican encajes y blondas en un afán por cubrir la piel), el escote se vuelve redondeado dejando al descubierto el cuello y el pecho, favoreciendo estos diseños el uso de gargantillas, collares, brazaletes (…) , Con esto, podemos inferir que las joyas llegan a ser tan importantes, como el vestido,  ya que son estas las que demuestran el estatus económico de la mujer que lo lleva».

Las esclavas tenían que vestir bien, incluso en el tema de las joyas, porque eso daba la apariencia de tener suficiente dinero, como para vestir bien a sus sirvientes. Así como lo señala Alva (2009), el lujo en las vestimentas fue uno de los principales medios de la sociedad limeña del siglo XVIII ya que con esto, se manifestó el honor y estatus.  Este manifiesto fue principalmente por las mujeres, ya que fueron las que expusieron esta tendencia.

El vestido, ha sido un elemento de distinción y cumplió un papel importante dentro de Hispanoamérica en el siglo XVIII,  esto influyo mucho en la consideración social, mucho más un dentro del periodo colonial, esto incluía la venta de telas, y según O’Phelan es así como el papel de la mujeres como consumidoras se consolida en el siglo XVIII. Sin embargo la moda francesa influye de manera radical en la colonia limeña, incluso existe la necesidad  de las mujeres vuelvan al tradicional modelo de austeridad, diseñado para ellas. Existe un tipo de derroche y empezó a ser criticado, este lujo fue condenado ya que implicaba vanidad y ostentación; Se dio mucha más crítica a la mujer debido al papel que ella estaba dejando de cumplir, el de una mujer conservadora, y dedicada totalmente a la familia.  Este cambió también se vio reflejado y criticado debido al poco recato exhibido que presentaban las mujeres en su vestir: pronunciados escotes y la reducción de mangas.

Conclusión


Habiendo analizado la información de diversas fuentes, se concluye que la vestimenta y los objetos personales de la mujer durante el siglo XVIII, en la ciudad de Lima tomaron un papel fundamental en cuando la relación de estos objetos con el estatus económico, debido a la importancia del honor y las apariencias durante la época colonial. También la importancia de las reformas borbónicas y la influencia que estas tuvieron en el periodo y esto hizo que los hábitos de consumo en las mujeres aumentarán en el sentido que se consume más telas importadas desde Francia. Finalmente que mientras más se daba a conocer la fortuna de la persona, mucho más se podía ver reflejado el estatus económico de la persona, el cual era sumamente importante en esta época. 

Referencias:

O’Phelan S. G. (2007) La moda francesa y el terremoto de Lima de 1746 en Bulletin de l’Institut Français d’Études Andines. Lima: Perú.  Ed. Instituto Francés de Estudios Andinos.

Ferradas L. (2009) “Los Objetos de mi Afecto: La Importancia del Vestuario y Trastes Mujeriles en el Mundo Femenino en Lima de Fines del Siglo XVIII”.(Tesis de maestría, Pontificia Universidad Católica del Perú). Recuperado de http://tesis.pucp.edu.pe/repositorio/bitstream/handle/123456789/76/FERRADAS_ALVA_LISSETTE_OBJETOS_DE_MI_AFECTO.pdf?sequence=1

Fisher J. (2000) EL PERÚ BORBÓNICO 1750 – 1824 [Versión de IEP Ediciones] Recuperado de http://archivo.iep.pe/textos/DDT/peruborbonico.pdf

Morales Cerón, C. (2010) “Teoría política y fundamentos del poder real en el Virreinato del Perú” (siglos XVI-XIX) Lima: Perú. Ed. Universidad Nacional Mayor de San Marcos 

Historia Regional e Historia de la Iglesia en Lambayeque: Una propuesta de Investigación

La necesidad de conocer en profundidad las particulares características de cada provincia, distrito, pueblo o caserío de nuestra región, es lo que ha permitido que, en la actualidad, los hechos de la Historia Regional de Lambayeque sean solicitados cada vez con mayor interés. Sin embargo, los contenidos propios de una Historia de la Iglesia en Lambayeque no son tratados con suficiente atención. Examinar la Historia de la Iglesia en todas las etapas históricas y en cada lugar de nuestra región al mismo tiempo es una actividad inabarcable. 

Considero que es tiempo de planificar integralmente esta tarea que debe considerar lugares, tiempos y hechos concretos, la búsqueda de fuentes históricas, análisis, relación, comparación, contraste y sistematización de sus contenidos; para la redacción de una Historia de la Iglesia en Lambayeque. En esta labor, que a mi entender debe ser liderada por la Diócesis de Chiclayo, deben participar investigadores locales (de preferencia), además de instituciones civiles diversas, en especial, las universidades de la región.


Coincido con José Jesús García Hourcade y Antonio Irigoyen López, maestros de la Universidad Católica de Murcia, quienes afirman, en “Historia, Iglesia e Historia de la Iglesia”, que “La historia es fundamental para el cristianismo... El cristianismo es fundamental para la historia de Occidente... La situación actual de los estudios sobre la historia de la Iglesia, en muchas ocasiones, no es coherente con las dos primeras afirmaciones”. Estimo que ha llegado la hora de reconocer la importancia que tiene para nosotros la historia objetiva externa e interna de la Iglesia y el cristianismo a lo largo del tiempo.

El Dr. Pablo Arce Gargollo, Presbítero español y especialista en el tema, refiere “Llaman la atención los hechos admirables de santidad que encontramos en la Iglesia a lo largo de la historia. Hay también, ciertamente, errores, miserias y flaquezas de los hombres, consecuencia de la resistencia de algunos al amor de Dios… Sin embargo, es importante señalar que estas deficiencias humanas, sólo empañan un poco la faz de la Iglesia… “. Me queda muy claro que la evangelización de nuestra tierra, la relación con la población de todos los tiempos, la religiosidad popular, la participación de la Iglesia en educación, salud y tareas sociales, entre otras actividades, merecen ser conocidas en detalle por los lambayecanos del presente y del futuro.


La Historia de la Iglesia de Lambayeque debe permitirnos conocer la evolución de este cuerpo o institución en su orden interno y sus relaciones externas desde su instalación en nuestro espacio geográfico durante el tiempo de la conquista española; conocer los hechos en los que participó de manera objetiva e imparcial sin prejuicios y con el deseo de mostrar siempre la verdad. 

Hay mucho por hacer. El trabajo principal será examinar y reproducir con fidelidad las fuentes transmitidas por la Historia de la Iglesia. Se deben conocer los repertorios o bibliografías de carácter general, nacional y regional, así como las colecciones de documentos existentes al respecto. Hará falta filólogos (para la reconstrucción e interpretación de documentos), especialistas en Diplomática, estadística, arqueología, arte cristiano, geógrafos… todos son necesario en esta tarea de suma importancia para nuestra historia.


Qué duda cabe, Lambayeque es un pueblo que vive la fe cristiana de manera intensa y dinámica desde hace más de cuatro siglos. Es tan necesario conoce sobre personajes, como de hechos y de instituciones, entre ellas, la más importante por su presencia, impacto y compañía es la Iglesia Católica. Invoco con mucha humildad la consideración de mi propuesta.

sábado, 27 de septiembre de 2014

La Política de Pinocho

Sería excelente que aquellos que gobiernan o aspiran a gobernar fueran como Pinocho; que ese recordado y simpático muñeco de madera, que aún vive dentro de nuestra infantil memoria, fuera el responsable de proponer planes de gobierno de la ciudad y la región, porque así sabríamos que lo que dice no es verdad, porque le crecería la nariz con cada mentira.

Curioso fenómeno el de la mentira en política que, por relación, afecta todos los ámbitos de la sociedad. Es cierto, su práctica cotidiana está salpicada de falacias, de las que no se salvan ni las “propuestas” de hoy, que son actualidad, ni las de ayer, que constituyen su historia. Las historias de vida de los personajes que aspiran a ser gobernantes deben, por exigencia de ellos mismos (o para “respaldar” su eficacia), mostrar a líderes “iluminados”, y terminan salpicadas de leyendas e imaginación con las que se llenan los huecos de sus propias carencias intelectuales y profesionales.

Mucha información que recibimos en sus propuestas, y damos por cierta, ha sido manipulada por razones de búsqueda de popularidad o de propaganda. La política que es un organismo vivo termina siendo atacado con mucha frecuencia por el virus de la mentira. En el país, región y ciudad, en las actuales, anteriores o, a lo mejor, en las futuras gestiones se puede apreciar esta lamentable realidad. Es cierto, hay 104 sinónimos de mentira pero solo 39 de verdad. En política, la separación entre verdad y mentira se ha vuelto casi imposible.


Los personajes más famosos de la historia de la humanidad no se salvan de los rumores, el mito y las fabulas. Sin embargo, nuestra fauna política huye del rumor sin darse cuenta que preguntar e indagar sobre ellos no debe significar un peligro; claro está, a no ser que tengan algo que ocultar. Allí donde no llega el conocimiento se acomoda la leyenda, el tópico y ya puedes llamarte Napoleón,  Einstein o Jesucristo pero te alcanzará la tergiversación, mucho más si aspiras a gobernar.

Salvador Espriu decía: “La verdad es como una estrella que estalla y de la que cada uno tenemos una parte”. Marie France Cyr afirmó:” la triste verdad es que la mayoría de la gente prefiere sus ilusiones a la realidad…la verdad es que todos nos mentimos a nosotros mismos”. No es malo pensar que no hay nada inmutable. En términos mortales, temporales, terrenos, no hay nada absoluto, ni la verdad, mucho menos en política, al menos en la política que experimentamos día a día y que se aproxima a un zoológico con el respeto que merece el reino respectivo     . Adentrarse por la vía de la política, tal como está siendo concebida, es un viaje por la zona de las mentiras, unas perduran y otras no, pero todas están ahí, cuando no se convierten en mitos y leyendas, aún más irrebatibles, por su carácter que la realidad. La propuesta política se convirtió hace un tiempo en una corta historia que se cuenta con mil mentiras.

Un sutil velo separa la verdad de la mentira y, a veces, somos nosotros mismos quienes no queremos descorrerlo. Por eso preferimos quedarnos con la versión que nos cuentan, aunque se sustente en bases de barro en lugar de sólidos cimientos. La llave para abrir esta puerta puede estar en la curiosidad, en la incómoda incertidumbre.


Nada es blanco o negro, la política tiene matices y colores. Sería bonito que la política la hiciera Pinocho, pero no es posible. Cuestionarse no es de débiles, sino de subversivos, es el antídoto contra la arrogancia y el dogma. La verdad absoluta, en la historia, en la ciencia, en la política, en la vida, queda para los otros: para los Pinochos profesionales, a quienes, por mucho que embauquen, mientan o falseen, no les crecerá nunca la nariz. 

martes, 23 de septiembre de 2014

Las Caras Ambivalentes de la Tecnología

Desde la década de 1950, tiempo en el Marshall Mc Luhan definía a las tecnologías como extensiones del cuerpo y los sentidos del hombre, la ciencia ha desarrollado tan novedosos inventos que, da la impresión, existe una dependencia estricta del hombre respecto de ellas.

La ciencia y la tecnología permitieron desde siempre suplir las necesidades humanas: el remo, la rueda, la pala, la máquina para hilar… los ordenadores, celulares, televisores, entre otros; se han convertido en parte de nuestra vida cotidiana. Las distancias son cada vez más estrechas, el mundo se achicó con el desarrollo de las tecnologías que nos permiten la comunicación en tiempo real. Además, un “mundo virtual” se va desarrollando en paralelo; da la impresión que sin tecnología somos seres expuestos, débiles y vulnerables. No ataco a las tecnologías actuales como medios de desarrollo; sin embargo, creo, que es momento de reflexionar sobre su uso adecuado que facilita la vida humana y su abuso que despersonaliza y crea dependencia y adicción.

Muchos podrían prescindir de todo, menos de las tecnologías. A tal extremo ha llegado el uso y abuso de las nuevas herramientas de la tecnología que hay quienes se sienten menos personas sin celular, sin computadora, sin televisión… en algún momento renunciamos al placer de las conversaciones cara a cara para dar paso al “chat” que nos alejó de la palabra hablada y modificó los códigos lingüísticos. Entonces, aquello que el hombre inventó para facilitar su existencia ha originado tal dependencia que lo va despersonalizando tan velozmente que hemos cedido a las máquinas muchas de nuestras labores, también nuestra misión de pensar, razonar e indagar  ¿Controlamos la tecnología o ella nos controla a nosotros? ¿Será esta la característica de los próximos tiempos? ¿En qué medida la tecnología despersonaliza al ser humano?

Sin duda alguna, nadie podría prescindir de electricidad, vehículos, teléfonos… la tecnología, en general, nos ha permitido superar muchas limitaciones produciendo en nosotros, los usuarios, la sensación de satisfacción y comodidad. Pero, es innegable, que han generado también: ruido, irritación, estrés, despersonalización de las relaciones humanas… la tecnología dejó de ser un medio para convertirse en un fin.
"Ambivalente" de Saban (2013)

“Suele observarse que el desarrollo tecnológico muestra caras ambivalentes. Por un lado, la persistente situación de indigencia y marginación de gran parte de la población mundial, junto con la destrucción del medio ambiente y su biodiversidad, parecieran validar las más pesimistas visiones sobre la tecnología. Por el otro, la gran cantidad de conocimientos, técnicas y artefactos valiosos para la humanidad que se han desarrollado, o que prometen hacerlo, tornan necia una condena totalizante. Esta confusa situación llama a un esfuerzo de integración en tanto que ambos diagnósticos, optimistas y pesimistas, parecieran llevar algo de razón”.


Robert Lee Frost, célebre literato estadounidense, escribió en la década de 1950 un hermoso poema: “Segando”. Nicholas Carr, estudioso de esta ambivalencia de la tecnología notó en el poema el deseo del autor por que dejemos de sentirnos amos o esclavos de la tecnología. He aquí un fragmento: “No había ningún sonido en el bosque, tan solo/el susurrado ritmo de mi larga guadaña/hablando con la tierra. No sé bien qué decía/acaso comentara sobre el calor o el sol/o quizá algo acerca de aquel vasto silencio/ y por ello su voz era solo un murmullo/No le hablaba del sueño nacido de los ocios/del oro regalado por un duende o un hada/fuera de la verdad todo resulta endeble/para el intenso amor que alineó las gavillas/dejando algunas flores (pálidas orquídeas)/espantando de paso a una verde serpiente/los hechos son el más dulce sueño que el trabajo conoce/musitó la guadaña y olvidose el heno”

viernes, 19 de septiembre de 2014

¿Dios no Existe?

Hace unos días leí en una de las paredes laterales del antiguo Hospital “Las Mercedes” de Chiclayo el siguiente mensaje: “Dios no existe”. Quedé impactado. No sé cuánto tiempo lleva dicho mensaje en la pared, cuanta gente lo leyó, ni cuál fue su reacción. Mientras escribo estas líneas, pasado un tiempo, sigo sorprendido; aunque mi tolerancia, activada por necesidad, me lleva a la comprensión y aceptación sobre la existencia de tal diversidad de ideas, algunas similares y otras contrarias a las mías y, sin embargo, todas merecedoras de mi respeto aun en la discrepancia y el desacuerdo.


Volvamos al mensaje. Su contenido, claramente ateo, extraño en estos lares, no es novedoso en cuanto a su divulgación en otras partes del mundo. En Londres (Inglaterra), por ejemplo, desde el año 2008 se desarrolla la “Campaña del Bus ateo” que incluye ómnibus de pasajeros que circulan por las calles de dicha ciudad con un mensaje en el vehículo: “Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y disfruta de tu vida”. El mensaje, ideado por la periodista Ariane Sherine, fue acogido en otras ciudades del Reino Unido y lugares como Washington, Barcelona, Madrid, Valencia y, Málaga.

Toda la amplia gama de “verdades” que coexisten de manera más o menos pacífica, ocupando cada uno su respectivo espacio y un número variable de adeptos se han hecho, en los últimos tiempos, acreedoras de respeto, tolerancia y respaldo legal para el desarrollo de sus ideas en concordancia con las leyes del estado.

Particularmente soy creyente. Me alegra ser cristiano católico. Disfruto, junto a mi familia, de la vida de fe otorgada como gracia por mi Padre Dios, a quien deseo, con respeto a la diversidad, desagraviar. Para nosotros, los creyentes, la fe en la existencia de Dios no es motivo de preocupación, ni es tampoco un obstáculo para gozar honestamente de la vida, sino que es un sólido fundamento para vivir la vida con una actitud de solidaridad, de paz y un sentido de trascendencia. No ocupamos nuestro tiempo agraviando al que no cree pues nuestra misión en la tierra no es juzgar ni criticar a quien no comparte nuestra fe; deseamos atraerlos a un Dios vivo a través del testimonio propio de una vida coherente. Quienes creemos sabemos que tenemos pies de barro y, por lo tanto, no somos perfectos, pero no necesitamos andar pintando las paredes con mensajes como “Dios existe” pues somos ordenados y respetamos las formas, medios y lugares para la divulgación de nuestras creencias.

“La libertad de expresión es un derecho fundamental. Todos pueden ejercerlo por medios lícitos. Pero los espacios públicos que deben ser utilizados de modo obligado por los ciudadanos no deben ser empleados para publicitar mensajes que ofenden las convicciones religiosas de muchos de ellos. Si se hace así, se lesiona el derecho al ejercicio libre de la religión, que debe ser posible sin que nadie se vea necesariamente menospreciado o atacado. (...)Insinuar que Dios probablemente sea una invención de los creyentes y afirmar además que no les deja vivir en paz ni disfrutar de la vida, es objetivamente una ofensa a los que creen. (...)Las autoridades competentes deberían tutelar el ejercicio pleno del derecho de libertad religiosa” 


Considero que aquel mensaje que referí al inicio de esta nota es parte de la normalidad de un país democrático que está fundamentado, entre otros derechos, en la libertad de expresión. Más allá de la sorpresa y el impacto inicial, considero que el mensaje no implica un ataque al cristianismo sino una defensa a una idea atea. Sin embargo, como ciudadano si me es posible demandar respeto a las formas y a las leyes. No arruinar espacios públicos es, por ejemplo, una señal de respeto a todos y de madurez aun en la discrepancia.

El Inicio de la Nueva Globalización

Afirmo que estamos en un tiempo al que llamo “Postglobalización” un tiempo que sirve de puente a otro, nuevo en su dinámica ideológica, económica, social, política, cultural… la hora del cambio ha llegado. Esta experiencia histórica no es novedosa pues, la presente, no es la primera globalización experimentada por la humanidad.

Thomas Firedman en “La tierra es plana: Breve historia del mundo globalizado del siglo XXI” (2005)propone, al menos, tres experiencias globalizadoras anteriores: La más tardía, el descubrimiento y conquista de América, que abrió el comercio entre el viejo y el nuevo mundo . La Revolución industrial y tecnológica producida entre 1800 y el 2000, fue la segunda,  que introdujo la concepción de multinacionalidad (cultural, en general, y económica, social y política en particular). La más reciente, el poder de los individuos adquirido a través del conocimiento que hizo real el lema “saber y conocer es poder”.

Las distintas culturas del mundo se integraron encogiendo y aplanando la tierra a una velocidad tal que, de hacerlo por pleno convencimiento y conveniencia o arrastradas por una fuerza incontenible que las introdujo violentamente en una realidad distinta y diferente en cuanto a sus estereotipos y formas de ver el mundo, configuraron una realidad nueva, un mundo más integrado (sic) tecnologizado como nunca antes en la historia humana, con reacciones en cadena en todos los campos, especialmente el económico; sensible, solícito a la tolerancia (en términos generales) que nos hizo tan propios como ajenos, de aquí y de allá, particulares y generales, en una lucha cultural constante por adquirir o respetar nuevos valores y creencias, sin renunciar a las antiguas o siendo capaces de transformarlas a la luz de los tiempos nuevos.

Sostengo que este nuevo tiempo de transición surge como resultado de la dinámica cultural que, en cadena, provocó también los cambios anteriores. Esta cuarta etapa del proceso globalizador que afirmo es el resultado de las transformaciones propiciadas por las tres anteriores. No me es posible afirmar cuantas experiencias globalizadoras seguirán a las presentes y, sin embargo, soy capaz de inferir las transformaciones que sucederán en los próximos años. Baso las ideas que siguen, a continuación, en hechos históricos, en estudios sociales y en mi propia experiencia no muy lejana a la suya y la de otros.

La próxima globalización se sustentará en los valores de cada una de las culturas. Los pueblos más notables de la futura experiencia globalizadora serán aquellos a los que identificamos como “culturas milenarias”. Que no resulte extraño, entonces, que llegue el día (aunque nuestros ojos no lo vean) en que para una realidad como la nuestra se construyan perfiles basados en la verdad, la laboriosidad y la honradez; rememorando los valores del antiguo incanato. Es que en los actuales tiempos, las naciones demandan menos individualismo y más comprensión, acogida, respeto y solidaridad entre los pueblos y las personas. Los pueblos anhelan respeto a sus nacionalidades, a su realidad idiomática y tradiciones particulares. Se desea una integración que respete la identidad de cada persona y de cada pueblo como base de la unidad en todos los campos.

Esta segunda década del siglo XXI es el tiempo de puente, la nueva globalización esta próxima, a lo mejor, se ha iniciado.