El 07 de junio de 1919, a las 5.30 am
encalló frente a las costas de la Caleta, actual distrito, de “Santa Rosa” (por
aquel tiempo, jurisdicción de Puerto Eten) el vapor “Limari” de propiedad de la
C.S.A.V (Compañía sudamericana de vapores) de Chile. Traía a bordo carga y
varios cajones de dinero en efectivo. Según los informes, la causa del
encallamiento fue un error por falta de pericia del piloto de la nave. Tras el encallamiento
del vapor “Limarí”, según el diario El País de Chiclayo del 30 de enero de 1920,
una compañía de seguros compró el cargamento de sus bodegas y procedió a
desembarcarlo. En el proceso contribuyeron pobladores de Santa Rosa contratados
para tal fin. Antes de eso, parte de los enseres de la nave fueron saqueados.
El vapor “Limarí” no era ajeno en nuestras cosas. Medios de información de
Lima, Chiclayo y otras ciudades del país, consignan publicidad constante de la
compañía propietaria del vapor y de la embarcación como parte de la línea de Valparaíso
a Panamá “con escala en Coquimbo, Antofagasta, Iquique, Arica, Mollendo,
Callao, Salaverry, Pacasmayo, Eten, Paita y Panamá”.
La Revista Variedades de Lima, en una
de sus ediciones de junio de 1919, refiere el hecho en los siguientes términos “una
nota sensacional de los últimos días ha sido el encallamiento del vapor chileno
Limarí frente a la caleta de Santa Rosa, siendo auxiliado oportunamente
por el barco peruano Mantaro (que regresaba de Panamá con dirección al
puerto del Callao) y por los remolcadores de la firma comercial, también
peruana, de la Vda. De Piedra e hijos, de Eten”. En otra de sus ediciones, el
27 de diciembre de 1919, señala “… la posición en que quedó el barco y la falta
de elementos necesarios para el salvamento hicieron que poco a poco fuera
perdiéndose por el embate de las olas. Felizmente, ahora, se trata de salvar la
nave y para el efecto se han llevado todos los elementos indispensables para
esta obra. El barco permanece encallado frente a la caleta de Santa Rosa, cerca
de Eten, y ha podido hacérsele recobrar su posición primitiva. Quizás dentro de
poco tiempo podrá ser reflotado el buque y puesto en servicio activo. Las familias
de Puerto Eten (Santa Rosa y otros lugares cercanos) aprovechando estas circunstancias
acostumbran llevar a cabo paseos dominicales al barco naufragado, dada la poca
distancia que lo separa de la playa. Estos paseos son muy pintorescos…”.
Las referencias al encallamiento y
las metáforas y curiosidades surgidas a raíz de este hecho se han prolongado en
el tiempo. El imaginario popular lo ha referido hacer comentarios y
comparaciones diversas. Por ejemplo, el periódico “Ahora” de Chiclayo del 26 de
agosto de 1934, presenta una crónica sobre el distrito de Santa Rosa denominando
a la antigua caleta como “Reina de los chiclayanos” y refiriendo el incidente
del “Limarí” con mucho sarcasmo para hacer burla del señor Mariano Pagador
(candidato y político de aquel entonces) poniendo en su boca las siguientes
palabras “cuando yo sea senador haré que se eche a pique un barco mensualmente,
pero un barco más grande que el Limarí”. Otra metáfora de corte político
la publicó en semanario “El diablo predicador” de Chiclayo del 21 de junio de
1919 (a 14 días del hundimiento) señalando “ROMPE CABEZAS - ¿saben ustedes en
qué se parece el actual gobierno al vapor Limarí? Porque tiene que encallar
indefectiblemente el 16 de agosto”.
Los antiguos santarroseños refieren
que el hundimiento del vapor ocurrió debido al estado de embriaguez de sus
tripulantes; que entre los enseres antiguos de muchas familias del distrito
existen muebles saqueados de la embarcación; que muchos varones de la caleta
participaron en el rescate de los pasajeros y que la embarcación siniestrada fue
visitada en muchas oportunidades por pobladores y curiosos de muchas ciudades
del Perú.