lunes, 23 de mayo de 2022

Sobre la demolición de las huacas de Chiclayo

 

El periódico "El Diario - Edición de la Tarde" fechado en Chiclayo el 14 de enero de 1904 da cuenta de la demolición de una Huaca durante el gobierno municipal de Virgilio Dall´Orso. La nota considera (para nosotros de manera inaceptable) las demoliciones como actos "por el bien de la cultura de Chiclayo", dice así:

"Desde ayer ha comenzado la demolición de una huaca pequeña que existe en la calle de ganaderos, esquina de Pimentel. Muy bien, ya hemos dicho que por allí existe otra también pequeña pero que está encorralada entre las casas números 26 y 28 de la calle de Pimentel y ojalá también la hicieran demoler para bien de la cultura de Chiclayo" La calle de ganaderos es, actualmente, Tacna. La demolición fue realizada por los presos de Chiclayo y obreros contratados para tal efecto por la municipalidad.

Desde el mismo año de 1904 comenzó la venta de todos los terrenos que ocuparon las antiguas huacas de Chiclayo. El proceso fue liderado por la Municipalidad de esta ciudad. De dichas ventas, queda el testimonio de la realizada en 1912 y que es relatada a continuación:

Según el periódico “El Heraldo” de Chiclayo del 20 de julio de 1912; el 27 de marzo de 1912, la Municipalidad de Chiclayo pone en venta 8 lotes en terrenos donde antiguamente se encontraban las huacas de Chiclayo y que fueron demolidas durante la gestión edilicia de Virgilio Dall'Orso para, aparentemente, dar "avance y permitir el desarrollo de la ciudad". El precio fue de 60 centavos el metro cuadrado. Los lotes puestos en venta estuvieron ubicados:

Lote 1: Entre las calles “Santo Domingo”, “Progreso” y “Pimentel” con un total de 2375 metros cuadrados subdivididos en 14 pequeños lotes al interior. Colindaba con la propiedad del señor Chirinos.

Lote 2: Entre las calles “Maravillas”, “Colón” y “Ganaderos” con un total de 476 metros cuadrados subdivididos en 3 lotes más pequeños en su interior.

Lote 3: Entre las calles “del suspiro” y “7 de enero” con un total de 4220 metros cuadrados subdivididos en su interior en 25 pequeños lotes; colindó con la propiedad de A. C. Townsend.

Lote 3: Entre las calles “de la Esperanza”, “Maravillas” y “de los Ángeles” con un total de 7886 metros cuadrados en dos secciones.

No aparece la página que consigna los lotes 4 y 5; menciona, directamente los lotes del 6 al 8. Considerando que la venta de los 8 lotes se en marzo y la noticia se reporta en julio los lotes no mencionados pudieron haber sido vendidos en alguno de los meses precedentes.

Lote 6: Entre las calles “San José” y “San Lino”; con un total de 646 metros cuadrados, terreno colindante con la propiedad del señor Figueroa.

Lote 7: Entre las calles “Del Prado” y “Santa Inés” con un total de 2324 metros cuadrados, colindante con la propiedad del señor Federico Bullón.

Lote 8: Entre las calles “Real” y “José Leonardo Ortiz” colindante con la propiedad del señor Wenceslao Dávila y la estación del ferrocarril y muelle de Eten.

De lo anterior se infiere que las antiguas huacas de Chiclayo sirvieron también para delimitar las propiedades de los antiguos pobladores de esta ciudad, las enumeraciones de las casas en algunas calles (legado de la invasión chilena de Chiclayo) fueron una referencia menor y no tan importante sobretodo cuando se enunciaban los linderos de los terrenos con áreas mayores. Además, se puede notar que poco tuvo que ver la modernidad de la ciudad en cuanto los terrenos vendidos irían a parar a manos de muy pocas personas por los precios de entre 5 y 11 centavos el metro cuadrado de los lotes subastados. Nótese que los lotes puestos en venta en 1912 se encontraban literalmente en el centro de nuestra actual configuración citadina.

Hoy, nuestra ciudad muestra un deplorable panorama en lo que respecta al cuidado de las antiguas edificaciones. Es menester hacer algo para restablecer su infraestructura y revalorar su presencia histórica. No vaya a ser y, a lo mejor, algunos otros piensen que derrumbarlas sea la única solución.