martes, 4 de agosto de 2020

La danza de los márgaros o ingleses de Mochumí

Danza de los márgaros o ingleses de Mochumí

Es posible que la danza de los márgaros o ingleses (que forma parte del folclor lambayecano), se haya originado en el distrito de Mochumí, entre 1830 y 1840; y no, como afirman otros autores que la relacionan con otros pueblos costeños (de Piura y Lambayeque) y la ubican cronológicamente a fines del siglo XIX. He llegado a esta conclusión después de su interpretación y la revisión de documentos históricos disponibles de la época.  Esta danza “representa en forma satírica a los marineros ingleses que llegaban a la región en los vapores de carga. La embarcación es reemplazada por una carreta halada por dos bueyes de donde descienden los danzantes hablando con acento extranjero (¡Oh, mucho lo bueno margarito, …) y yendo a cumplir la devoción a la Virgen! Márgaro o margarito, alude a la condición de afeminados que se les da para acentuar la burla que se hace de ellos” (Casas, 1993, p. 314). A continuación, el fundamento histórico de la danza:

En 1826, el Cónsul Charles Milner Ricketts, informa que Lambayeque, el valle es el más amplio de la costa con una población estimada de veinticinco mil habitantes (150 blancos); que produce arroz, azúcar, tabaco, quina, algodón, lana de vicuña y oveja, cueros, grandes cantidades de jabón y cordobanes; tocuyos, sombreros de paja y esteras. Para nuestro objetivo, lo más importante, es su reconocimiento de la importancia económica de nuestra región ya que desde el Puerto menor de Lambayeque se exportó hacia Europa y Gran Bretaña azúcar, arroz, frijoles y otros productos. Más adelante, en 1834, el Cónsul británico Belford Hinton Wilson, informa a Londres que los productos británicos vendidos en el Perú, pueden ser calculados en 4 millones de dólares u 800 mil libras esterlinas y se vendieron en Lima o para su transbordo a los puertos norteños de Pacasmayo o Lambayeque, Huacho y Paita. En ambos casos es de inferir la presencia de marineros británicos que, de seguro, recorrieron algunos lugares del departamento; entre ellos, Mochumí. En documentos de 1871 y 72 se reconoce el movimiento comercial de azúcar y ron, también en Chiclayo, Eten y Tumán, así como el guano de la Isla de lobos. En 1878, se describe el muelle y ferrocarril de Eten y se da a conocer un proyecto de ferrocarril en Pimentel.

La presencia de ingleses en nuestra región no consta de manera oficial y en documentos en la mayoría de los casos. Los mismos documentos consulares señalan que en nuestra región el contrabando era un problema de significación mayúscula. Los contrabandistas no se registran y pasan “desapercibidos” ante la ley. A continuación, algunos de los datos escasos que permiten confirmar la presencia y residencia de ciudadanos ingleses en Lambayeque: El antiguo padrón de extranjería de 1850 a 1930 contiene el registro de 11 ingleses que radicaron en nuestra región. Los apellidos de los ciudadanos que se inscribieron fueron Fleming, Hunter, Esson, Miller, Levi, Milner, Marsh, Cambell. Además, el censo nacional de población de 1876 arrojó que en Lambayeque hubo 516 ciudadanos británicos. En abril de 1880, el Ministro residente de la legación británica en Lima, Spenser St. John, dirige una carta al Sr. Pedro José Calderón, Ministro peruano de Relaciones Exteriores, informando el arresto del inglés Tomas Murray en Eten y su traslado a Chiclayo acusado de ser espía chileno, tal ciudadano inglés tenía radicando en Lambayeque más de treinta años; se casó con la dama Juana Yáñez y tuvo una hija, Fortunata Nicolasa Murray.

En la danza se observa a un jefe o capataz con gorra de marinero o sombrero de copa más alta acompañado por dos mujeres (hombres disfrazados) con vestidos de colores encendidos y cabellera rubia, junto al resto de sus hijos vestidos con traje oscuro y sombrero negro de copa. La danza original tenía cantos y zapateos que no se practican más. En 1920 un mochumano de apellido Sarmiento compuso la melodía que hasta hoy se conoce y la acompañó con su violín hasta 1973. Desde 1976, se usan saxofón, clarinete y bombo. Dos fotografías de Enrique bruning, registran la versión de la danza en sechura (1890) y Jayanca (1904). Ambas versiones difieren de la que se interpreta en Mochumí.