Una Comunidad China en la Costa del Perú (S/a - S/f) |
Según Fernando de Trazegnies (1994) “de
manera genérica, no puede decirse sin matices que los chinos estuvieron mal
tratados en las haciendas donde cumplieron sus contratas: hay casos de buen
trato y casos de mal trato”. Sin embargo, hubo quejas del maltrato recibido por
los chinos en muchas haciendas de la costa, lo cual motivó que el 27 de enero
de 1885 el Comisionado General chino en el Perú, Ghiu Chi Yeung en carta
dirigida al Diario “El Comercio”, manifieste: “¿Por qué es que los chinos se
prestan a contratarse para ciertas haciendas y no para otras? Tomen ustedes un
intérprete chino y vayan al distrito en que habitan los chinos y encontrarán
ustedes que existen listas de las haciendas a donde reciben buen trato y lo
contrario, y naturalmente se oponen a contratarse para ser maltratados”.
En 1887, una comisión del gobierno
chino integrada por los diplomáticos Moore Chan Fan y Ling Y You y asesorada
por el militar peruano, representante del Ministerio de Gobierno, Tte. Crnl.
Emilio Escobar y Bedoya; visitó las haciendas del litoral peruano entre ellas
las ubicadas en Chiclayo y Lambayeque. Su objetivo fue observar in situ la
condición de los trabajadores chinos llegados al Perú desde 1849 bajo el
sistema de “contrata” y la de aquellos que habiendo concluido su contrato iniciaba
la “recontrata”. En el expediente de archivo sobre estas averiguaciones ubicado
en la Biblioteca Nacional no se encuentra la versión de los diplomáticos chinos
pero sí la de Emilio Escobar quien afirmó “el resultado general de la inspección
ha sido satisfactorio, salvo excepciones que han encontrado remedios conciliadores
con intervención de mi autoridad… me felicito que se haya conocido de manera
auténtica el estado de prosperidad en que se encuentra la colonia asiática y el
buen trato que reciben los individuos de ella…” y sobre lo observado en
Cayaltí, mencionó “…la comisión china quedó sumamente complacida del buen trato
que reciben sus compatriotas como igualmente el que suscribe, del orden y
exactitud en todos los trabajos de la hacienda indicada…”.
Trazegnies afirma que el “buen trato”
recibido por los chinos en Cayaltí fue debido a que los señores Aspíllaga “fueron
particularmente humanitarios y considerados con sus trabajadores chinos…”
aunque reconoce que “el trato era estricto pero ordenado y sujeto a reglas”, lo
cual es contradicho por la afirmación del historiador Michael Gonzales en su investigación
“La experiencia china en Cayaltí: 1865 – 1900” en la que afirma “la vida en Cayaltí
fue dura y muchas veces cruel para los chinos… los Aspíllaga se prepararon bien
para la inspección cubriendo todas las cosas e impresionando a los comisionados
con sus buenos modales” mientras Humberto Rodríguez Pastor, sostiene que las
observaciones favorables de la comisión en Cayaltí se deben a que se entrevistó
a “chinos libres” es decir a quienes ya habían concluido su contrata y
trabajaban como peones libres o arrendatarios de parcelas.
Los Aspíllaga, expropietarios de Cayaltí Foto de Cudelio Córdova (s/f) |
Perú, el país de las colinas de arena
fue el nuevo hogar de los hijos del celeste imperio; así lo vio Juan de Arona que en “Inmigración en el Perú”
(1891) dedicó a los chinos los siguientes versos “No hay donde al chino no le
halles/ desde el ensaque del guano/ hasta el cultivo en los valles/ desde el
servicio de mano/ hasta el barrido de las calles/ Aún de la plebe es sirviente/y
no hay servicio ¿lo oís?/ que él no abarque diligente/ ¿Y la gente del país?/¡Está
pensando en ser gente!//”
1 comentario:
Interesante la investigación de los chinos y sobre todo que hayas rescatados esos versos, de describen tan bien, el escenario de antaño
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