José Eufemio Lora y Lora (JELYL) |
Según el poeta Alberto Aznarán “El 14
de diciembre de 1907, a las 11 de la mañana muere en el Hospital de la Charité,
el joven poeta José Eufemio Lora y Lora, a raíz de la herida mortal (el doctor
legista precisa por fracturas múltiples, principalmente en la base del cráneo)
causada por el Metro luego de haber caído accidentalmente a la línea férrea en
la estación 4 de septiembre de la
línea 3 del metro parisino. Además de sus papeles de identidad, llevaba con él
un Carnet que lo acreditaba como redactor del periódico La América Latina y 250 francos. La partida de defunción
establecida por la Alcaldía del Distrito VI de París el 15 de diciembre, indica
que José Lora (así se le llamaba en Francia), de 23 años, era nacido en
Chiclayo-Perú, Hombre de Letras, domiciliado (en el Hotel), N° 44 rue de Jacob,
París VI, soltero y de padres difuntos, de los cuales se desconocen sus
nombres. El 18 de diciembre, el joven poeta es sepultado en el Cementerio de
Bagneux en la División N° 96, Fila N° 4, Tumba N° 2. En 1912, cinco años
después de su muerte, termina la concesión de su tumba, y como no fue renovada,
los restos mortales de José Lora fueron lanzados a la Fosa Común” (Aznarán,
2007). Tan dramático hecho no pasó desapercibido. Nicanor de la Fuente,
refiere: “(a su entierro) acudieron no solo escritores y poetas del Perú y de
Latinoamérica, ya que también hicieron acto de presencia elementos
representativos de las letras y organismos culturales de París”.
El primer intento de repatriación de
sus restos ocurre en 1923. El embajador peruano en Francia, Don Mariano H.
Cornejo, en respuesta al oficio N° 112 que le cursara el Ministro Peruano de
Relaciones Exteriores pidiendo informe sobre los costos que implicarían la
repatriación de los restos, responde escuetamente: “Nos es grato incluir a Ud.
el presupuesto que me ha presentado la casa LAMY TROUVAIN que incluye los
gastos que ocasionaría el envío de los restos del poeta LORA al Perú. Como verá
el Sr. Ministro, la suma es crecida, casi igual al precio de una estatua, 8.500
FF…” no he logrado identificar quien o quienes realizaron la petición al Ministerio.
42 años después, en 1965, el gobierno
destina la cantidad de 60 mil soles a la repatriación de los restos del José
Eufemio Lora. Así, “se organizó un comité cuya labor estaba dirigida a la
construcción de un Mausoleo en el Cementerio General y a cumplir un programa de
recepción de grandes proyecciones. En Lima mismo, el Club Lambayeque y otro
comité, funcionaba activamente con el mismo propósito” (Nixa, 1967). Sin embargo,
llegó de París la noticia abrumadora y desconcertante que daba cuenta de la desaparición
de los restos del egregio poeta chiclayano. El gobierno central, a través de la
legación en París, explicó que tal desaparición se produjo “porque los nichos
temporales solo tienen valor de hospedaje por cinco años… (y) durante la
invasión alemán se produjo el desalojo por cuanto el Perú no tuvo
representación en esa fecha” (ibídem).
La versión del gobierno causó estupor
y resultó en falsa si consideramos que Don Ricardo Miranda Romero, destacado
escritor lambayecano (autor de la “Monografía de Lambayeque”) en carta dirigida
a al escritor José Vicente Rázuri le comunicó su satisfacción por haber visitado la tumba del poeta en
París el 17 de diciembre de 1953. La versión de Miranda es considerada veraz
debido a la calidad de su persona y su solvencia moral e intelectual.
El 20 de octubre de 1966, el entonces
Presidente Arq. Fernando Belaunde Terry firmó la Ley 19296 que destina la
cantidad consignada a la repatriación de los restos de Lora y Lora y entregada
al Comité Pro repatriación, a la edición del libro “José Eufemio Lora y Lora y
su Tiempo” del escritor José Vicente Rázuri y encarga al Concejo Provincial de
Chiclayo la edición de la misma.
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