martes, 17 de enero de 2017

Túpac Amaru de los Zambos


De la rica investigación histórica de Guillermo Figueroa Luna y Ninfa Idrogo Cubas, tomo una que resalta la presencia en Chiclayo del siglo XVIII del zambo Juan Chana, “Juan manael”, “Juan de alba” o “Túpac Amaru de los zambos”, “de 38 años, natural de Chiclayo, soltero y oficial de herrero, de condición libre”. Según Figueroa e Idrogo en ese tiempo “es evidente que la plebe chiclayana llegó repetidas veces a impedir el ejercicio de la autoridad colonial…  (Por eso) uno de los dirigentes rebeldes de la plebe (recibió) el título de Túpac Amaru de los Zambos”.
El 21 de enero de 1781 durante una corrida de toros en la plaza de Chiclayo,  las autoridades del Cabildo de Naturales conducían preso al indio Pedro Ayala, acusado de ladrón. Ante los gritos de auxilio, los zambos Juan Chana y Antonio Gamarra atacaron al alcalde, regidores y alguaciles del cabildo logrando la libertad de Ayala. Al día siguiente se dictó la orden de prisión y embargo de bienes contra Chana y Gamarra, quienes fugaron. Chana, además, fue acusado de otros cargos: de motivar a rebelarse contra el Corregidor, de haber liberado rompiendo la puerta de la cárcel de Chiclayo, al zambo Manuel Laudate, a Manuel Quiroga y otros. De resistirse al arresto afirmando “que mientras viviese sería el redentor de cuantos quisiesen aprisionar por orden y mandato de la justicia”. De gritar “que si no sabían era el segundo Túpac Amaru de los zambos de Chiclayo”.
Chana fue apresado en Luya en junio de 1781, negó los cargos pero aceptó haber liberado a Pedro Ayala, pues creyó “que los indios le habían robado y lo llevaban a la cárcel”. Sobre el mote de “Túpac Amaru de los Zambos”, dijo que “le daban este nombre por burla (Debido a) las embriagueces que ha tenido con otros de su clase”. En junio del mismo año un tumulto intentó sin éxito sacar a Chana de la cárcel de Lambayeque. Poco tiempo después corrió en Chiclayo la voz que Chana fue muerto en prisión provocando que la plebe liderada por Mauricio y Gervasio Briones intente atacar a los vecinos españoles al grito de “¡mata mestizos!”, quienes se escondieron salvando sus vidas. Luego se supo que la versión sobre la muerte de Chana fue falsa y los ánimos se pacificaron.

El fiscal de la causa solicitó para el reo la pena de muerte, pero el 11 de setiembre desistió por “las inquietudes e incomodidades que sufría”. El 23 de setiembre “Túpac Amaru de los Sambos”, Balentín Munar, Juan de la Torre, Bartolo “El Trujillano” y Tiburcio “El Paiteño”, huyeron de la cárcel de Lambayeque rompiendo una puerta y haciendo dos forados. Una vez libre, Chana seguía en Chiclayo agitando a la población y enfrentándose a la autoridad. En 1872, Chana seguía azuzando a la gente. El 3 de abril, junto a Celestino “el clarinetero”, ingresó al cabildo golpeando a los regidores y el alguacil mayor y liberando a once presos que, confiados de la protección de Chana, volvieron a sus casas sin ningún temor. Como el caso se reabrió y se pidió el encarcelamiento de Juan Chana, éste huyó a la sierra. “no se sabe si se cumplió esa orden o si el Túpac Amaru de los Zambos siguió resistiendo a la autoridad junto a la plebe”. 
seguiré divulgando, en artículos breves, interesantes aportes de Fugueroa e Idrogo, a mi juicio, los historiadores que mejor interpretan la historia de los pobladores afroperuanos en Lambayeque.

1 comentario:

Guillermo Figueroa Luna dijo...

Gracias a Martín por este recuerdo y sus elogiosos conceptos. Efectivamente, hemos procurado escribir la historia de "los de abajo", de quienes han sido y son excluidos de la HISTORIOGRAFÍA OFICIAL, porque eran pobres, eran analfabetos y estaban excluidos de toda forma de asociación o representación colectiva (excepto las cofradías).

Y en tan duras condiciones lograron construir una actitud libertaria y acciones políticas dirigidas precisamente contra los organismos del poder colonial, actitud que superaba las enemistades étnicas instigadas por los opresores: Mientras los llamados "criollos" mantenían su servilismo, racismo y despotismo, los afroperuanos que aquí mencionamos captaron muy bien --por encima de las diferencias de casta y de etnia-- el mensaje libertario de Túpac Amaru.

Y que no se pretenda presentarlos como "precursores de la Independencia". No. Ellos fueron actores --igual que su inspirador-- de un proceso más auténtico, profundo y amplio: la lucha por la liberación nacional y social.