Por acá ocurre lo mismo |
Primero, recordemos ¿Por
qué motivo usted votó por los congresistas de nuestra región en el proceso
anterior? ¿Por el partido político donde milita? ¿Por su experiencia
legislativa o en gestión pública? ¿Por su simpatía o carisma? ¿Por su
preparación intelectual, académica y actitudinal? Luego, piense ¿Qué hicieron
sus representantes por solucionar los problemas de la región? ¿Destacaron por
una buena, sana y razonable fiscalización a las autoridades locales, regionales
y nacionales? ¿Propusieron proyectos de ley en beneficio de la región y país?
¿Conoce cuáles son? ¿Por qué no los conoce? ¿Se sintió representado por ellos
pues interpretaron su forma de pensar en la discusión de los diferentes
problemas que atañen a la sociedad? ¿Notó usted preocupación en sus
representantes por informar periódicamente sobre el cumplimiento de sus
ofrecimientos de campaña? Entonces ¿Cree usted saludable, razonable e
inteligente otorgarles el premio de la reelección?
Tomemos una decisión
inteligente y no cometamos el mismo error, eso sería una estupidez. Su
representante ante el congreso debe ser más que una cara bonita, más que
carisma y promesas, más que el candidato de un partido (pregúntese si el
partido al que representa lo eligió por sus virtudes o por el dinero que tiene
y le permite hacer una campaña política en favor del candidato a presidente).
Su representante debe estar preparado para trabajar arduamente en el logro de
sus ofrecimientos de campaña. A propósito, evalúe los ofrecimientos de cada
candidato, recuerde que un congresista no puede ofrecer obras públicas y de
infraestructura, un congresista debe ofrecer propuestas legislativas en pro del
logro de los objetivos regionales y nacionales, puede ofrecer ejercer control
sobre las instituciones públicas y actuar en defensa de sus representados en
temas diversos y de coyuntura, para lo cual se reúne periódicamente con ellos,
les escucha e informa sobre las acciones a seguir conforme avance su gestión
legisladora. Recuerde que ellos tienen una “semana de representación” cada mes,
para cumplir dicho deber, costeada por el propio congreso con el dinero de
todos los peruanos.
El congreso está
desacreditado y usted y yo somos responsables de ese hecho. Somos nosotros
quienes hemos elegido consecutivamente a personas que no poseen las aptitudes y
actitudes adecuadas para realizar una gestión legislativa eficiente, eficaz y
consistente. Somos usted y yo los llamados a romper este círculo vicioso que es
motivo de atraso y subdesarrollo. Piense bien antes de elegir y elija a quien
mejor nos represente. Recuerde, se trata de ser inteligente y no estúpido.
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