El maestro,
jurista y político Juan de Dios Lora y Cordero, nació en Chiclayo el 13 de
marzo de 1864. Fue hijo de don Juan de Dios Lora y doña Manuela Cordero. Su
formación escolar la realizó en Chiclayo y, luego, estudió leyes en la
Universidad Mayor de San Marcos. “Periodista de buena sepa, atacó los vicios políticos y sociales de
la nación con perseverancia; combatió las explotaciones y abusos que se
realizaban con los indios. Uno de los capítulos más significativos en la vida
política del doctor Lora y Cordero, es su participación decisiva y rotunda en
la célebre revolución de 1894-1895, que culminó con el triunfo del Partido
Demócrata y entrada de Don Nicolás de Piérola a Lima por Cocharcas el 17 de marzo
de 1895”. Se casó con doña Rosaura Olivares. Fue padre del poeta Juan José Lora
y Olivares, y tío del poeta José Eufemio Lora y Lora.
Teodoro
Rivero Ayllón, califica a Lora como un hombre “con amplia obra dispersa en
diarios y revistas de Lima, Chiclayo, Piura y Trujillo”. Lora y Cordero fue
Alcalde de Chiclayo en 1899, Director del Colegio Nacional San José de 1901 a 1904, Fiscal de
la Corte Superior desde 1908, líder del Partido Liberal, Diputado por Chiclayo entre 1895 y 1890. Dirigió
los Colegios Nacionales de San Juan de Trujillo y Guadalupe de Lima desde 1912. Perseguido
bajo el régimen de Cáceres, fue Director de Gobierno durante el período de don
Nicolás de Piérola” (Rivero, 1976).
Al Colegio San Juan de Trujillo, llegó para
reemplazar al maestro Alemán Gustavo Ríes en 1916. Fue maestro, según Luis Facundo
Antón, en el Primer Colegio femenino de Chiclayo, “Nuestra Señora de la
Concepción”. Una de sus principales estudiantes fue la, posteriormente, poetisa
y maestra Sara Bullón La Madrid. Años
después, junto a otro insigne maestro de nuestra tierra, don Nicolás La Torre
García, fundó el antiguo Colegio Bolognesi de Chiclayo. También fue Director de Justicia durante el gobierno de Don Guillermo Billinghurst,
quien fuera apodado “pan grande”.
A Lora y Cordero se le recuerda como un
orador brillante y de sólidos argumentos. Publicó la obra “Para la historia del
departamento de Lambayeque” (1905) donde hace una severa crítica a la clase
política lambayecana, a las formas de elección de las autoridades municipales y
a la Junta de departamental de Lambayeque, vigente por aquel tiempo. Apoyó a la
montonera del Cura Casimiro Chumán en 1910. En Trujillo, Lora y Cordero,
dirigió en el Colegio San Juan al maestro y poeta brillante César Vallejo.
El
literato Saniel Lozano, narra una anécdota de ambos: “El director acostumbraba
hacer un recorrido por los pasadizos y claustros del plantel. Una tarde, empezó
su recorrido habitual. Avanzando por el claustro del segundo patio, le llamó la
atención el gran silencio que reinaba en el aula del primer año que, por
tratarse de niños, deberían estar, como siempre, movidos y bulliciosos. Se
acercó, pues, el director a la puerta y, con gran sorpresa, contempló al
profesor César Vallejo, quien, reclinado sobre su pupitre, dormía
profundamente, mientras los niños en el salón permanecían en el más grave y
respetuoso silencio. Ante la sorpresiva presencia del director, los niños
trataron de ponerse de pie, pero, reaccionando de inmediato, el doctor Lora les
hizo en forma apresurada señales con ambas manos para que no se movieran y, llevándose
el índice a los labios: “¡Shist!”, les invocó silencio. Y prosiguió su paseo
por los demás salones del claustro” (Lozano, 2013).
Ejerció como Fiscal de la Corte Superior de Piura hasta que, al fundarse
la Corte Superior de Lambayeque y a pedido de muchos ciudadanos que enviaron un
memorial a las autoridades de gobierno, fue trasladado a la ciudad de Chiclayo.
Falleció el 28 de febrero de 1924. Los restos
de Lora y Cordero, quien falleció el 28 de febrero de 1924, se encuentran en el
nicho N° 117 del cuartel San Guillermo del cementerio “El Carmen” de nuestra
ciudad. En su honor, la antigua calle de “Santa Catalina”
cambió su denominación por la de “Juan de Dios Lora Y Cordero” o simplemente,
“Lora y Cordero”, como es actualmente conocida.
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