La actual zona
de “El Porvenir” se encuentra ubicada en lo que fue, antiguamente, el límite
oeste de la ciudad, en terrenos cercanos al antiguo Barrio Dávila[1].
Según Don Nicanor de la Fuente (Nixa) “fue la primera urbanización legal de
Chiclayo… no fue una invasión, tampoco fue un asentamiento humano forzado…”[2]
Los terrenos
fueron de propiedad del Notario Miranda quien, en 1930, los lotizó y vendió a
personas de diverso estrato social. Las mejores viviendas de la zona
pertenecieron a las familias Miranda y Arbulú. Eran viviendas de corte moderno,
para la época, y de estilo europeo. En el lugar, también construyó su casa el
Mariscal Eloy Ureta. Otras familias destacadas de la zona, según versión de la
maestra María Elena Lazo, fueron los Lazo, los Chafloque, los Corrales, los
Oyola, entre otros.
Los niños y
niñas de la zona se educaban en los colegios 221, 226 o “San José”; apreciaban,
a lo lejos, el paso del ferrocarril que iba a Ferreñafe y Lambayeque o se
divertían jugando al futbol en la antigua Pampa de los Vidrios. Fue
precisamente en este lugar donde se sentaron las bases para la fundación, en
1941, del popular equipo de Alianza Porvenir, animador de la Liga de fútbol de
primera división de Chiclayo.
Además de la
Pampa de los vidrios, verdadero campo deportivo de la zona, se notaba calles
bien trazadas, un parque y una iglesia. Un gran paso en el ordenamiento y
embellecimiento de la zona se logró cuando entre 1949 y 1952, el alcalde de
Chiclayo Carlos Castañeda Iparraguirre ordenó el adoquinado de sus calles. En “El
Porvenir” no había energía eléctrica y el agua se adquiría a los aguateros.
La gente que
habitó el sector fue sencilla, modesta y trabajadora. No se conoció
delincuencia. Las familias se conocían y alternaban con afecto. Cuando ocurría
algún esporádico problema se buscaba a un policía del parque principal de la
ciudad, según manifiesta el amauta Jorge Lazo Arrasco[3].
El nombre de
la zona fue decidido, dicen algunos, por el lotizador; otros aseguran que
fueron los propios pobladores quienes denominaron de tal manera al barrio.
Según Lazo “El provenir es todos los días, mañana puede ser demasiado tarde. Vivir
en El Porvenir fue siempre vivir en el futuro, es decir, vivir adelantado”.
En las
primeras décadas, casi no había familias que no tuvieran un burro. Gracias a
ellos faltaba agua en los hogares, cargaban adobe, ladrillo, yeso, cemento e
incluso leche en porongos. Cuando un vecino pedía prestado un burro decía: “vecino
(o compadre) présteme su doctorcito”. Cuando un borriquero, o conductor de
burros, se embriagaba, era puesto sobre el lomo del animal que conocía a la
perfección el camino de regreso a casa.
Es el barrio
de “El Porvenir” una zona tradicional de nuestra ciudad que pervive pujante
gracias al trabajo y sencillez de su gente.
[1]
El Barrio Dávila se encontraba en la actual zona frente a la sede principal del
Banco de la Nación de Chiclayo y era conocido pues en ella estaba la estación
del ferrocarril de Eten.
[2]
Ver en “El Porvenir de los Miranda” (Diario La Industria, 1951).
[3] Se
puede leer en “Chiclayo: Ciudad símbolo” (P. 68-70) un interesante artículo
sobre “El Porvenir”.
2 comentarios:
Disculpa, en donde haz encontrado esta informacion?
Hola, puedes leer "Chiclayo Ciudad Símbolo" de Jorge Lazo o "Lambayeque Sol, Flores y Leyendas" de Teodoro Rivero.
Saludos
Martín Cabrejos Fernández
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