Conoce tu Tierra y Conocerás el Mundo: El Porqué de la Historia Local de Lambayeque
“Ante todo, la Historia es,
en cada instante,
La memoria del género
humano;
Proporciona a éste
conciencia de sí mismo,
De su identidad, de su
situación en el tiempo,
De su continuidad”.
Rafael
Marín López
(Historiador español)
Introducción
En los últimos tiempos se nota en el ámbito
de nuestra región la divulgación de artículos y trabajos que muestran un, cada
vez mayor, interés por la investigación de temas vinculados a la historia de
nuestras provincias y región. León Tolstoi dijo “Conoce tu aldea y conocerás el
mundo”. He querido titular el presente trabajo con una actualización de su idea
que me parece pertinente e inspiradora.
Mucho se ha discutido sobre la necesidad de
realizar este tipo de estudios. Hay quienes creen que no son necesarios pues
parten de una visión localista y parcializada de la historia. Otros, en cambio,
consideramos que enriquecen nuestra cultura e identidad; pues se ocupan de los
valores ancestrales y, aun, de la cotidianidad que humaniza y hace pertinente,
por su consideración social, a la ciencia histórica. Una idea es clara, la
historia local no debe desvincularse de la historia general que fortalece
nuestra cultura y nos une como nación.
¿Qué es la historia local? ¿Cuál es su
importancia? ¿Cómo debe realizar su trabajo de indagación? ¿Qué debilidades
muestra en los tiempos actuales? Estas interrogantes, entre otras, serán
respondidas a continuación.
La construcción de la Historia Local de
Lambayeque
La “construcción” de la Historia Regional de
Lambayeque implica el reconocimiento de la existencia de realidades locales que
necesitan ser estudiadas desde la perspectiva del nivel microhistórico de la
Historia local. Este último, como forma particular y específica de la
indagación e interpretación de una realidad determinada, permite el
conocimiento de una mentalidad y una visión que coadyuvarán al análisis de
realidades sociales más amplias, sean regionales, nacionales y mundiales o globales.
No tengo la menor duda que el surgimiento de los estudios
de historia local en nuestra región significa una reacción ante la pérdida de
identidad particular debido a los cambios socioeconómicos y políticos a partir
del surgimiento de nuevas tecnologías, mentalidades y políticas de
industrialización globalizadoras. El proceso no es reciente, se ha percibido
desde hace muchas décadas. La necesidad de preservar los valores tradicionales,
la cultura local, la herencia ancestral de nuestros pueblos, entre otros
motivos, ha sido la fuerza inspiradora de ellos. Sobre lo anterior el
historiador de la Universidad de Granada (España) Rafael Marín López en su
trabajo de investigación “Notas sobre el concepto de historia e historia local”
refiere que “la Historia local será percibida por muchas instituciones
regionalistas como una manera de afirmar su personalidad y su pasado, un pasado
que encontrara en el escenario medieval, mítico por excelencia, el espacio para
descubrir sus libertades ciudadanas, la autonomía urbana, los fundamentos
jurídicos e institucionales, el derecho privativo, las ordenanzas municipales, los
gremios, la sanidad, el urbanismo, el arte civil y religioso y por supuesto,
las biografías locales”.
Es indudable, el origen mismo de la historia local en
Lambayeque está íntimamente vinculado a nuestra necesidad de conocer el pasado
y fortalecer la conciencia histórica y la memoria colectiva. El historiador
español Juan Antonio Lacomba (Universidad de Málaga – España) refiere al respecto
que “Todo grupo humano tiene la necesidad social de alcanzar "una conciencia
de su pasado", como "componente inevitable de su presente". El
pasado cuenta "por lo que significa para nosotros"; es el "tejido
fundamental" que constituye la "memoria colectiva". Desde un
enfoque antropológico "el pasado histórico concreto y las etapas evolutivas
de la sociedad son los ingredientes que habría que conocer en primer lugar para
entender el fenómeno actual", la realidad presente. En consecuencia,
importa "descubrir de donde venimos para saber quiénes somos". En
este sentido, la ciencia histórica busca la reconstrucción de la memoria
colectiva de un pueblo. De aquí que se pueda afirmar: "La historia es una
relación activa con el
pasado". En tanto que tal, la recuperación de la memoria histórica implica, siempre, la construcción de un imaginario colectivo”.
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Según el mexicano Luis Gonzales en “Pueblo en vilo.
Microhistoria de San José de Gracia” (1971) la historia local (por el llamada
“historia matria”) comprende la historia de nuestra “patria chica” que cuenta
con un limitado espacio geográfico pero con un tiempo largo de existencia.
Gonzales no puede evitar relacionar a la historia local con la antropología y
la etnología. Sobre el estudio de las realidades locales y el rol de la
historia local, Luis Gonzales señala: “indaga
los avatares de un terruño desde su fundación hasta el presente. Pregunta por
los sucesivos actores y acciones de la mini comunidad. Toma muy en serio la
geografía, los modos de producción y los frutos del municipio. Le da mucha
importancia a los lazos de parentesco y demás aspectos de la organización
social. Destaca los valores culturales de los distintos tiempos. Se asoma a la
vida del pequeño mundo a través de multitud de reliquias y testimonios”.
En “La Inserción de la Historia Local en la Historia
General”, el historiador Juan Antonio Lacomba (Universidad de Málaga – España)
nos dice “La investigación histórica trata de aclarar de donde se viene, como
forma de entender mejor en donde se está y, con ello, plantear más
adecuadamente hacia donde se quiere ir. Es la clásica interrelación
pasado-presente-futuro a la que se han referido muchos historiadores…” La
función social de la historia adquiere plena vigencia en la Historia Local.
Esta realiza el estudio de una realidad comunitaria específica. Es, a su vez,
un elemento de la Historia Regional y el segundo nivel con dirección a la
Historia General.
Me parece pertinente aclarar mi posición con respecto a
los niveles de estudio de la historia. El primer nivel de estudio de la
historia es el personal: la historia de mi vida, el conocimiento de mi cuerpo,
de mis emociones y sentimientos, la aceptación de mis experiencias, la
realización de un proyecto de vida personal… ¡Este es el primer nivel de la
historia! Se trata de conocer las experiencias exteriores a partir del
conocimiento y aceptación de la primera y más importante experiencia interior:
mi propia existencia. Luego vienen los demás niveles: la Historia local, la
Historia Regional, la Historia Nacional, la Historia General.
En mi experiencia he podido notar que la historia local
de Lambayeque ha perseguido siempre el objetivo de insertarse a la historia
nacional (general). El “localismo” no ha sido una preocupación (a pesar de
haber significado una innecesaria presión durante mucho tiempo) pues los
estudios históricos serios han sido realizados con la debida objetividad que
incluye el serio estudio de fuentes. Puedo referir los estudios de Jorge
Zevallos, Julio César Fernández Alvarado, Ricardo Miranda, Enrique Bruning,
Walter Alva, Teodoro Rivero, Pedro Delgado, entre otros.
La validación de estudios de historia
local
Sugiero que validemos estudios de historia local que
incluyan las aproximaciones de territorialidad o espacialidad, temporalidad o
cronología y sistematización del tema específico. La territorialidad fijará los
límites espaciales, la temporalidad nos ubicará en su desarrollo cronológico y
la sistematización del tema específico nos mostrará el abordaje metodológico
del problema de indagación. Todo lo anterior carece de sentido si no se hace un
ensamblaje entre la historia local y la historia nacional. En este sentido, se
ha señalado “que no sólo no hay contraposición entre lo "local" y lo
"general", sino que existe ligazón entre ambos, lo que permite
entender lo "local" como una pieza, singular o representativa, que
forma parte de lo "general".
A continuación una crítica a algunos trabajos
de historia local que se han venido y se vienen realizando en el contexto de
nuestra región, en adelante señalo determinadas características que considero
debilidades de dichos trabajos:
a)
Los “historiadores locales” son, por lo
general, empíricos.
b)
No siempre es científicamente abordada. Por
lo general hace excesivo uso de la anécdota y no presenta un estudio riguroso
de fuentes primarias.
c)
Se ha reducido a crónicas. Se le presta
atención solo en ocasiones festivas.
d)
Algunos trabajos o artículos de divulgación resultan
ser plagio de un autor a otro que le precedió. Muchas veces se arrastran
errores de los documentos originales.
e)
No todos los trabajos se realizan con el
debido estudio de fuentes primarias. Las visitas al Archivo Regional de
Lambayeque o bibliotecas de prestigio son cada vez menos frecuentes.
f)
No se apunta a la sistematización de una
“Historia de Lambayeque” que se realice sobre la base de un serio trabajo de
equipo. Ninguna institución académica lidera, hasta el momento, este trabajo.
La Historia Local de Lambayeque y la
cotidianidad
El historiador
Javier Ocampo indica que “La
vida cotidiana es la vida de todo hombre y del acaecer diario de los pueblos;
es la vida diaria, privada o colectiva del común de las gentes; es la vida de
las familias en el interior de sus hogares; es la vida diaria de los pueblos en
su acontecer cotidiano; es la investigación que se hace con los métodos histórico
social, folclórico, etnográfico, antropológico y sociológico; una de sus
expresiones es lo microhistórico y lo acontecimental”.
Es la historia de las áreas urbana y rural,
de cholos, negros, blancos y mestizos… de los hombres y mujeres que viven en
nuestro territorio. Desarrolla ideas o conceptos sobre vida, costumbres y
tradiciones local y provincial. Es aquella que parte de la intimidad misma del
hombre adentrándose en su propia privacidad. No se puede estudiar y, mucho
menos, comprender la historia si no partimos del estudio y la comprensión de la
historia personal del ser humano.
El lambayecano nace en el ámbito de una
cultura de la cual recibe, directa e indirectamente, influencias de las
tradiciones, creencias, costumbres y formas de vida transmitidas en su tiempo y
espacio histórico como una herencia ancestral. Ni siquiera el mestizaje y la
existencia de culturas foráneas han podido romper este ciclo dinámico que se
recrea; por el contrario lo han nutrido y aun han logrado cambiarlo incluyendo
características que testimoniamos solo para las personas de estos y posteriores
tiempos.
Estudiar historia local permite conocer las
manifestaciones de la cultura viva de Lambayeque. Cada tradición oral
recopilada, cada festividad religiosa, las danzas, el lenguaje y los distintos
términos (lambayecanismos) nos permitirán reconocer permanencias, supervivencias y
cambios en la historia de nuestra región. La historia local se relaciona,
también, con los procesos económicos, sociales, políticos, culturales,
institucionales, religiosos de nuestra región.
La
Historia local y la Globalización
Consolidar la identidad local es una necesidad de inicios
del tercer milenio. Esta consolidación permitirá que nuestra cultura no sea
agredida por las tendencias de la cultura globalizadora de los actuales
tiempos. La visión de “aldea global” de Mc Luhan significa actualmente una
verdad en expansión.
Ocampo
afirma: “en general de todo el mundo, están anhelantes de conocer las naciones,
regiones, provincias y pueblos de todo el planeta. Siempre están preguntando:
¿Quiénes son Ustedes? ¿Cuáles son los fundamentos de su cultura espiritual y
material? ¿Cuál es su folclor, sus costumbres, sus tradiciones? ¿Cuál es su
comida, su vestido, sus danzas típicas, su música y en general, todos los
aspectos de su cultura local, provincial, departamental, nacional? ¿Quiénes son
y cuáles son los aportes de sus escritores, poetas, historiadores, científicos,
líderes representativos de su región? En síntesis, el mundo quiere conocer
quienes somos, cuáles son nuestras costumbres y tradiciones; la cultura
superior, folclórica y popular; nuestra ontología o razón de ser; lo que somos,
y las relaciones con otros pueblos del mundo”.
El mundo desea conocernos,
necesitamos descubrirnos a nosotros mismos. El mundo se acerca con modernidad y
nuevas formas de pensar. No podemos cerrarles la puerta, pero debemos afirmar
nuestros valores y creencias para no vernos agredidos y, luego, asimilados. En
esto la historia local tiene una responsabilidad insoslayable.
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