lunes, 11 de enero de 2010

¡Lambayeque es Raza de Algarrobos!



El algarrobo, árbol longevo de nuestra tierra, pertenece a la familia de las leguminosas y se yergue soberano como raza única templada por el sol, dotada de una gran capacidad para vivir en el desierto o en el bosque seco lambayecano, debido a su habilidad para captar nitrógeno y agua por sus largas raíces. Su tronco retorcido alcanza hasta 18 metros de altura y 2 metros de diámetro, con largas ramas flexibles, algunas de ellas espinosas. Nuestro “lugar de ramas verdes”, Chiclayo; se cubre bajo su sombra eterna y se eleva trascendente con el viento de sus ramas. El algarrobo es flora, tradición, historia, poema y motivo de inspiración.

En la Obra “Chiclayo, Ciudad Símbolo” del Amauta chiclayano Jorge Lazo Arrasco, el autor afirma “El algarrobo es el símbolo de una raza mestiza que perdura; es el cholo inteligente, hábil, alegre, amable, valiente y creador; es la apropiación del destino lambayecano; es la imagen de un pueblo que no se doblega; es la especie ubicua, presente al mismo tiempo en todas partes; es, en fin, la forja anónima de quienes aman la tierra, respetan a sus muertos y luchan por el bienestar. Por todo eso y mucho más, ¡Lambayeque es raza de algarrobos!”.
“A golpe de arpa - folklore lambayecano de humorismo y costumbres” obra de anécdotas y artículos históricos y costumbristas, pertenece al género clásico de la prosa ampulosa escrito en 1935 (1934 según José Gómez Cumpa) en homenaje al centenario de la creación de la Provincia de Chiclayo por Augusto León Barandiarán y Rómulo Paredes ; registra el texto “Los algarrobos” en cuyos dos primeros párrafos se afirma: “Pueden vanagloriarse los grandes pueblos de la tierra de sus obras monumentales, productos del hombre o de la naturaleza. Nosotros, los lambayecanos, hemos tenido un orgullo único: el de nuestros algarrobos. Los algarrobos son la mejor muestra del vigor de nuestro medio. Los podemos exhibir como ejemplos de fuerza y de poder, de majestad y de grandeza. Casi siempre solitarios brindan, generosos, sus frutos de oro y su sombra plácida. Sus fibras son de acero y su fronda pródiga. Sus ramas se yerguen como los puños de Ayax. Sus raíces fuertes y rugosas, se clavan en el suelo como músculos de atleta; y sobrios y rebeldes, viven de la humedad y del aire, sin disputarle la savia a otras plantas. Ávidos del sol y sedientos de cielo, no toman el sustento de la tierra. Son modelos de altivez, de dolor concentrado y de soberbia. Arrogantes y magníficos desafían a las tempestades. Misántropos y altivos se retiran a la altura de los médanos, mas cerca del cielo y de las nubes, para no contaminarse con la estulticia de los hombres”.
El poema “Cholo eternal” (Martín Cabrejos, 2009) lo menciona: “Entre algarrobos frondosos/ Nace el alma de mi tierra/ Entre su tronco y la huaca/ Crece una esperanza nueva/ Se eleva con raíz profunda/ Aferrándose en el tiempo/ En Bosque seco ha nacido/ el cholo es algarrobo macho.
En “Algarrobo centenario”, Víctor Velásquez (argentino) dice: “Viejo algarrobo, tu sombra /centenaria y bonachona/ trae frescuras al alma/ de distancias y de auroras/ Cuántas lunas y luceros/ alumbraron tu silencio/cuantos recuerdos lejanos/ te han arrimado los vientos”.




1 comentario:

Anónimo dijo...

¿¿¿ Alguien sabe cómo puedo conseguir un ejemplar de A GOLPE DE ARPA (Folklore lambayecano de humorismo y costumbres) de Augusto L. y Rómulo ????

Si alguien me puede ayudar, por favor comuníquenmelo en el mail: lidialopher@hotmail.com

Gracias !!!!