Katherine Gottschalk y Keith Hjortshoj son investigadoras de la Universidad de Cornell en Estados Unidos, responsables del programa “Escribir en todas las asignaturas” y autoras de importantes obras como “The Elements of Teaching Writing” considerada como un gran aporte en el campo de la alfabetización académica. De ellas, principalmente, Paula Carlino, Doctora en psicología de la educación, miembro del Consejo Nacional de investigaciones científicas y tecnológicas y del Instituto de Lingüística del la Universidad de Buenos Aires (Argentina); toma su fuente de información para entregarnos “Escribir, leer y aprender en la universidad” editada por el Fondo de Cultura Económica de Argentina y recientemente puesta a disposición de la comunidad académica internacional.
Deseo aportar algunas ideas centrales del texto que, sin lugar a dudas, redundarán en beneficio de nuestra práctica educativa y de nuestros estudiantes.
1.- La exposición del docente tiene funciones específicas de gran valor potencial: Proveer información actualizada sobre investigación y teoría recientes, sintetizar ideas que se encuentran dispersas en la bibliografía, señalar contradicciones y problemas implícitos, adaptar explicaciones a los estudiantes y transmitirles entusiasmo. Sin embargo, la escritura y el habla pueden ser utilizadas por los alumnos para construir mejores comprensiones y también para incrementar su retención, porque los estudiantes recuerdan mejor lo que ellos han dicho (en tanto es su propio conocimiento) que lo que los docentes les han contado.
2.- Aprender en la universidad no es un logro garantizado. Depende de la interacción entre alumnos, docentes e instituciones. Depende de lo que haga el aprendiz, pero también depende de las condiciones que ofrecemos los docentes (y las que nos brindan las instituciones) para que el primero ponga en marcha su actividad cognitiva.
3.- El modelo didáctico habitual, que implica la exposición de lo que un maestro sabe sobre el tema, permite que quien más aprende en el proceso previo de selección y cruce de información sea el propio maestro. Omite enseñarles uno de nuestros más valiosos saberes: los modos de indagar, de aprender y de pensar en un área de estudio, modos vinculados con las formas de leer y de escribir que hemos ido desarrollando dentro de la comunidad académica a la que pertenecemos.
4.- Alfabetización académica es el conjunto de nociones y estrategias necesarias para participar en la cultura discursiva de las disciplinas así como en las actividades de producción y análisis de textos requeridas para aprender en la universidad; además de el proceso por el cual se llega a pertenecer a una comunidad científica y/o profesional, precisamente en virtud de haberse apropiado de sus formas de razonamiento instituidas a través de ciertas convenciones del discurso.
Pienso que alfabetizar académicamente implica abrir el currículo para permitir que ingresen a el los estudiantes con sus fortalezas, debilidades, anhelos y necesidades. Luego saldrán contenidos que fortalezcan el vínculo y la interrelación maestro alumno. Es necesario incluir la enseñanza de la lectura y escritura integrando la producción y el análisis de textos en la enseñanza de todas las materias pues leer y escribir son parte fundamental del desarrollo profesional y académico de maestros y futuros graduados. Además “elaborar y comprender escritos son los medios ineludibles para aprender los contenidos conceptuales que se deben conocer”.
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