1.- El nombre
Entre las versiones más interesantes sobre el nombre de nuestra ciudad es oportuno destacar las siguientes:
· Pudo deberse a un indio aborigen llamado “chiclayoc” o “chiclayep” que hacía acarreo de yeso entre las primigenias ciudades de Zaña, Lambayeque y Mórrope.
· Otra versión sostiene que por aquellas épocas, cuando la ciudad se encontraba en plena formación, se daba en abundancia un fruto de color verde llamado “chiclayep” o “chiclayop”, que en lengua mochica significa «verde que cuelga». En la actualidad en los pueblos de la sierra cajamarquina a la calabaza se la conoce con el nombre de chiclayo; se cree, por tanto, que la ciudad toma su nombre de ese fruto.
· Otra denominación indica que es una palabra traducida del Muchik y deriva de «Cheqta» que significa «la mitad» y «Yoc» que significa «propiedad de» o «terreno del medio de propiedad común».
· Otros indican que en lengua mochica hay palabras semejantes a Chiclayo, por ejemplo, “Chiclayap” o “Chekliayok”, que quiere decir «lugar donde hay ramas verdes.
Walter Sáenz Lizarzaburu calificó a “Santa María de la Concepción de los Valles de Chiclayo” como “un gran puerto interior” donde se realizaban operaciones comerciales, mediante el trueque de productos de la sierra y la costa. Un mercado este de gran movimiento. Se sabe que Francisco Pizarro lo entregó como encomienda a Blas de Atienza en 1536. Unos años más tarde siendo corregidor Juan Bautista Nano procedió a la donación del terreno que recibieron los franciscanos para una iglesia y convento en 1585. Durante el virreinato los productos mejor negociados en Chiclayo fueron el tabaco, algodón y azúcar.
2.- Las calles
Algunos creen que cuando se fundó Lambayeque ya existía Chiclayo, lo cierto es que muy pronto Chiclayo adquirió un movimiento e importancia mayor que la generosa y benemérita ciudad siendo llamada o reconocida, en su tiempo, como “La perla del norte del Perú”. “Sus calles más antiguas se trazaron en una forma desordenada, anárquica y en eso reside su gracia”.
Elías Aguirre fue la Calle Real.
Luís Gonzáles fue la calle San Sebastián.
Manuel María Izaga fue la Calle San Isidro
Miguel Grau fue la Calle Nueva. Larco Herrera ó “La morgue”.
Vicente de la Vega fue la Calle San Pedro.
Juan Cuglievan fue la Calle Santo Domingo.
Alfredo Lapoint fue la Calle Teatro.
Lora y Cordero fue la Calle Santa Catalina.
No se ha podido enderezar su disposición, de manera que su recorrido desafiante a los reclamos de la modernidad mantiene vivo el recuerdo de su romana proyección. Además, en ellas, muchas de las construcciones antiguas mantienen “Capillas” con vigas de algarrobo pintadas de yeso contribuyendo a reconocer el pasado en nuestro presente. Existen todavía viejas casitas que, con patios abiertos, ventanas de rejas y banderitas blancas adornadas de verduras frescas, nos hacen pensar cada lunes en un “Domingo chiquito” como en tiempos casi perdidos.
sábado, 20 de septiembre de 2008
Sobre el nombre y las calles e Chiclayo
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4 comentarios:
Hola, soy estudiante de Ciencias de la Comunicaciòn y estoy haciendo un trabajo sobre los antiguos nombres de las calles de Chiclayo y he visto en tu blog informaciòn sobre este tema.
Quisiera saber si me podrìas facilitar màs informaciòn y donde profundizar la informaciòn.
Podrìas darme alguna dirección de correo donde te pueda contactar.
Gracias.
Con todo gusto. Mi correo es ccabrejos@usat.edu.pe
un abrazo
martín
muchas gracias por la información...estoy haciendo un trabajo de historia de chiclayo
Profesor martin muchas gracias , esta información. Me ayudo mucho en un trabajo de fundamentos urbanos de arquitectura .. Saludos Eduardo sampen
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