martes, 27 de junio de 2017

La Elección Municipal en Lambayeque - 1813

Página de presentación de la Constitución de Cádiz de 1812

Antes de 1813 en Lambayeque como en el resto del Perú colonial los cabildos o ayuntamientos, conformados por alcaldes, regidores y procuradores síndicos, se habían constituido por el sistema de Regimiento Perpetuo (Cargos a perpetuidad durante el siglo XVI) y el de venta y tráfico de oficios, inclusive hasta el siglo XIX. En 1813, con la vigencia de la Constitución de Cádiz, se ordenó el cese de los oficios perpetuos, la instalación de ayuntamientos en pueblos con más de mil almas (personas), la elección de oficios en proporción con la población y el inicio de la gestión edil (por espacio de un año) a partir del 01 de enero, y actos de elección se realizarían en diciembre. La reelección se permitiría solo después de dos años y para ser elegido se debía tener 25 años o más y 5 años de residencia. La constitución de 1812, liberal por su contenido, se elaboró en ausencia del Rey Fernando VII debido a la invasión francesa de España y la elección arbitraria del José Bonaparte como Rey hispánico. La norma garantizaba a las personas  “libertad de escribir, imprimir y publicar sus ideas políticas sin necesidad de licencia, revisión y aprobación alguna anteriores a la publicación” entre otras disposiciones novedosas.
El proceso de 1813 fue convocado por el Virrey Abascal, cumpliendo con el Decreto de las Cortes del 31 de octubre de 1812, y se desarrolló en casi todo el Virreinato del Perú entre diciembre de 1812 y el trascurso de 1813. En Lambayeque se elegiría 2 alcaldes, 8 regidores y 2 procuradores síndicos. Es oportuno mencionar que no todas las autoridades del interior del virreinato estuvieron de acuerdo con lo dispuesto en la Constitución de 1812, así ocurrió en la Intendencia de Trujillo a la cual pertenecía el Partido de Lambayeque.
En el pueblo de Cinto del Partido de Lambayeque, según Valentín Paniagua (2003) las elecciones se realizaron bajo la regulación antigua: “Los indios nobles protestaron por la elección de indios del común para los empleos municipales…sostenían que los elegidos eran indios de escasa y nula instrucción…” con lo cual pretendieron descalificarlos. Nuria Sala Vila (2007) refiere a Christine Hunefeldt e indica que en la protesta los indios principales señalaron que “…habiendo indios de más instrucción que huyen de la embriaguez sufren mantener de alcaldes a quienes notoriamente tienen este vicio y ninguna capacidad para el desempeño de su cargo”; solicitaban la nulidad de las elecciones para convocar otras que tomaran en cuenta el respeto de los derechos de los principales o indios nobles.
En el pueblo de Chiclayo los vecinos presentaron una petición al subdelegado para la conformación del ayuntamiento y ante su negativa exigieron ante el Intendente de Trujillo, Gil de Taboada, la conformación del mismo. El intendente, fiel a la normativa antigua, eligió arbitrariamente al alcalde de españoles desencadenando la protesta de los vecinos chiclayanos que exigieron el respeto a la nueva constitución.   

En 1814, todo volvió a la “normalidad” con el retorno al poder del Rey Fernando VII. La gente coreaba “El regreso de Fernando” que a la letra decía: Vuelve al trono, Fernando querido/ sube en brazos del pueblo más fiel/ Tu le harás tan feliz como ha sido/ sostenido y vengado por el//.

Referencias Bibliográficas:
1. Paniagua V. (2003) Los orígenes del gobierno representativo en el Perú. Lima: Perú. Ed. PUCP
2. Sala N. (1993) La Constitución de Cadiz y su impacto en el gobierno de las comunidades indígenas en el Virreinato del Perú. Madrid: España.Boletín americanista.

viernes, 23 de junio de 2017

La Goleta "Francisca" y su hundimiento en el Puerto de Santa Rosa


Gracias a la generosidad del historiador piurano Leonardo A. Rosas Vallebuona, presidente de la Sociedad de Fundadores de la Independencia de Piura; he obtenido copia de su obra “Los Rosas – Varela del Perú” y de una carta fechada 10 de mayo de 1840 recuperada del Archivo Histórico de Marina – Capitanía del Puerto de Lambayeque – Folios 2 y 3, en la que el capitán del Puerto de Santa Rosa, Juan de Corrochano, informa al Contralmirante General de Marina y este, a su vez, al Ministro de Guerra y Marina, Ramón Castilla y Marquesado, el hundimiento de la goleta “Francisca” frente al litoral lambayecano. La carta de Corrochano enviada a Lima por el correo de valles inicia aseverando: “Pongo en conocimiento de usted que el día 8 del presente al amanecer que a barlovento de este puerto varaban fragmentos de buque…”. Menciona que ante lo ocurrido “… en el momento me he puesto en marcha y he encontrado a sotavento del Puerto de Santa Rosa a las cinco de la mañana la goleta Francisca hecha pedazos sobre la tasca”. La goleta estaba comandada por el capitán Manuel Antonio del Corazón de Jesús Rosas – Varela Grados y su nombre fue en honor a la madre del capitán de la nave la dama Francisca Grados, acaudalada dama lambayecana casada con el gallego José Simón Rosas-Varela y Galdo.
La misiva muestra las medidas inmediatas del capitán de puerto “… mi primer cuidado fue el salvar la gente que con grandes voces pedía socorro…” así salvó a cinco hombres y al piloto de la nave para lo cual mandó traer “… de Santa Rosa veinte caballitos pescadores” o caballos de totora. Los sobrevivientes informaron al capitán del puerto que “… habían varado desde las dos de la mañana y que la lancha se ha dado un golpe de mar con el resto de la gente” indicaron, también, que la embarcación fue auxiliada por los buques que estaban cerca del puerto y lograron salvar a tres pasajeros, un marinero y un mozo. El capitán de marina Don Manuel Rosas – Varela y Grados, su amigo Don Manuel Goyburu y un criado perecieron en el accidente. Agrega Corrochano que el accidente y pérdida de la embarcación se produjo “… por la ignorancia y descuido de su capitán y oficiales…”; luego agrega el sumario de la carga e indica “… La carga del buque se componía la más de sal, un poco de tabaco y fardos de cordobán que sacó de Paita”.
Según Leonardo Rosas “El cuerpo del joven capitán, de 32 años de edad, finalmente pudo ser rescatado del fondo del mar. Murió soltero y sin dejar descendencia conocida. Su cadáver fue enterrado, de mayor, 3 días después del naufragio de la goleta Francisca en el cementerio de Lambayeque. La tumba del capitán Manuel Antonio Rosas-Varela, actualmente ha desaparecido no así el recuerdo del trágico hundimiento de su embarcación en el puerto de Santa Rosa”.  
¿Será posible en este tiempo recuperar alguno de los restos de ese naufragio?