jueves, 16 de enero de 2014

El Barrio de “El Porvenir”

La actual zona de “El Porvenir” se encuentra ubicada en lo que fue, antiguamente, el límite oeste de la ciudad, en terrenos cercanos al antiguo Barrio Dávila[1]. Según Don Nicanor de la Fuente (Nixa) “fue la primera urbanización legal de Chiclayo… no fue una invasión, tampoco fue un asentamiento humano forzado…”[2]

Los terrenos fueron de propiedad del Notario Miranda quien, en 1930, los lotizó y vendió a personas de diverso estrato social. Las mejores viviendas de la zona pertenecieron a las familias Miranda y Arbulú. Eran viviendas de corte moderno, para la época, y de estilo europeo. En el lugar, también construyó su casa el Mariscal Eloy Ureta. Otras familias destacadas de la zona, según versión de la maestra María Elena Lazo, fueron los Lazo, los Chafloque, los Corrales, los Oyola, entre otros.

Los niños y niñas de la zona se educaban en los colegios 221, 226 o “San José”; apreciaban, a lo lejos, el paso del ferrocarril que iba a Ferreñafe y Lambayeque o se divertían jugando al futbol en la antigua Pampa de los Vidrios. Fue precisamente en este lugar donde se sentaron las bases para la fundación, en 1941, del popular equipo de Alianza Porvenir, animador de la Liga de fútbol de primera división de Chiclayo.

Además de la Pampa de los vidrios, verdadero campo deportivo de la zona, se notaba calles bien trazadas, un parque y una iglesia. Un gran paso en el ordenamiento y embellecimiento de la zona se logró cuando entre 1949 y 1952, el alcalde de Chiclayo Carlos Castañeda Iparraguirre ordenó el adoquinado de sus calles. En “El Porvenir” no había energía eléctrica y el agua se adquiría a los aguateros.

La gente que habitó el sector fue sencilla, modesta y trabajadora. No se conoció delincuencia. Las familias se conocían y alternaban con afecto. Cuando ocurría algún esporádico problema se buscaba a un policía del parque principal de la ciudad, según manifiesta el amauta Jorge Lazo Arrasco[3].

El nombre de la zona fue decidido, dicen algunos, por el lotizador; otros aseguran que fueron los propios pobladores quienes denominaron de tal manera al barrio. Según Lazo “El provenir es todos los días, mañana puede ser demasiado tarde. Vivir en El Porvenir fue siempre vivir en el futuro, es decir, vivir adelantado”.

En las primeras décadas, casi no había familias que no tuvieran un burro. Gracias a ellos faltaba agua en los hogares, cargaban adobe, ladrillo, yeso, cemento e incluso leche en porongos. Cuando un vecino pedía prestado un burro decía: “vecino (o compadre) présteme su doctorcito”. Cuando un borriquero, o conductor de burros, se embriagaba, era puesto sobre el lomo del animal que conocía a la perfección el camino de regreso a casa.
Es el barrio de “El Porvenir” una zona tradicional de nuestra ciudad que pervive pujante gracias al trabajo y sencillez de su gente.








[1] El Barrio Dávila se encontraba en la actual zona frente a la sede principal del Banco de la Nación de Chiclayo y era conocido pues en ella estaba la estación del ferrocarril de Eten.
[2] Ver en “El Porvenir de los Miranda” (Diario La Industria, 1951).
[3] Se puede leer en “Chiclayo: Ciudad símbolo” (P. 68-70) un interesante artículo sobre “El Porvenir”.