viernes, 27 de marzo de 2015

“¿Las Escuelas Matan la Creatividad?”


Un documento de autoría de Sir Ken Robinson, investigador inglés, reconocido a nivel mundial como un experto en temas de creatividad y educación, nos invita a reflexionar sobre el sistema y prácticas educativas. Llegó a mis manos gracias a una de mis alumnas más brillantes, Carolina. Hoy comparto las más importantes ideas:
Debemos interesarnos en la educación para la creatividad. De hecho, la educación les interesa a todos, especialmente a quienes tienen hijos o a quienes piensan en el progreso, tanto como la religión o el dinero. Hemos invertido mucho en ella, en parte, porque suponemos nos llevará a ser exitosos en ese futuro que no podemos comprender. Los niños que ingresan este año a la escuela se estarán retirando del mercado laboral el año 2065 y nadie tiene idea de cómo será el mundo en cinco años; sin embargo, los educamos para eso. Por eso la incertidumbre es extraordinaria.
Existen evidencias extraordinarias de la creatividad humana por su variedad y por su alcance. Además, somos concientes de la calidad creativa de los niños y sus capacidades de innovación. Todos los niños tienen talentos y los malgastamos implacablemente. Actualmente, la creatividad es tan importante en la educación como la alfabetización, y debemos darles el mismo estatus.
Los niños se arriesgan, si no saben hacen el intento, no tienen miedo a estar equivocados, esto no significa que estar equivocados significa lo mismo que ser creativos, pero sabemos que si no estamos dispuestos a equivocarnos nunca haremos nada original… cuando los niños se vuelven adultos han pedido esta capacidad, adquieren miedo a equivocarse y se convierten en adultos que administran empresas estigmatizando los errores. Hoy, en nuestro sistema educativo equivocarte es lo peor que puedes hacer. El resultado es que estamos eliminando la creatividad de la educación. Picasso dijo: “todos los niños nacen artistas, el problema es seguir siendo artistas mientras crecemos”. Al crecer no adquirimos creatividad, sino que crecemos perdiéndola o más bien somos educados para perderla.
Todo el sistema educativo del planeta tiene la misma jerarquía de cursos o asignaturas, en la cima están matemática, ciencias e idiomas, luego humanidades y, en el fondo, arte. No hay un sistema educativo que, a diario, enseñe arte (danza) a los niños al igual que como se enseña matemática y ciencias. ¿Por qué? La matemática es importante, pero la danza también. Los niños bailan siempre, todos lo hacemos, todos tenemos cuerpo.
Al crecer lo niños comenzamos a educarlos de la cintura para arriba, luego nos enfocamos en sus cabezas y ligeramente hacia un lado. Da la impresión que el propósito de la educación en el mundo es producir profesionales súper capacitados más que educar para la vida. No debemos tomar esto como el estándar de lo máximo en los logros humanos; se producen personas que viven en y de sus cabezas y ligeramente a un lado; da la impresión que no tienen cuerpo, consideran a su cuerpo como una forma de transporte de sus cabezas, es una forma de llevar su cabeza a las reuniones.
Nuestro  sistema educativo se basa en la idea de habilidad académica pues fue inventado y surgieron en el tiempo en que avanzaba la industrialización. Su jerarquía está basada en dos ideas: que en la cima del sistema estén las asignaturas más útiles para el trabajo; y la habilidad académica domina nuestra visión de la inteligencia. Ocurre que los sistemas fueron diseñados en las universidades y lo hicieron a su imagen y semejanza.
Nuestro sistema educativo es un prolongado proceso de admisión universitaria, la consecuencia es que muchas personas brillantes, altamente creativas, creen que no lo son, porque en lo que eran buenos, la escuela, nos los valoró o los estigmatizó.
No debemos seguir así. Según UNESCO, en los próximos 30 años, más personas en el mundo se graduarán en el sistema educativo que todas desde el principio de la historia. Con la aparición de nuevas tecnologías, la transformación del trabajo y la enorme explosión demográfica; los títulos profesionales cada vez valen menos. Hoy, de acuerdo a nuestro sistema, no vasta ser licenciado, pues los estándares de calidad prefieren maestrías y doctorados. Es un proceso de inflación académica. Toda la estructura de la educación está caminando bajo nuestros pies.
Necesitamos repensar radicalmente nuestra visión de la inteligencia y considerarla dinámica, única. Nuestros alumnos piensan el mundo según como lo experimentan. Pensamos visualmente, auditivamente, cinestésicamente, de forma abstracta, en movimiento, la inteligencia es maravillosamente interactiva, el cerebro no se divide en compartimientos; de hecho, la creatividad humana es el proceso de tener ideas originales que tienen valor y que, a menudo, resulta de la interacción de las perspectivas de diferentes disciplinas.    
Nuestra única esperanza para el futuro es cambiar nuestra concepción sobre la ecología humana, una en que reconstruyamos nuestra concepción de la riqueza de la capacidad humana. Nuestro sistema educativo ha explotado nuestras mentes igual que nosotros hemos explotado la tierra buscando un recurso en particular, y en el futuro no nos servirá.
Debemos repensar los principios fundamentales sobre los que educamos a nuestros hijos. Debemos celebrar el don de la imaginación y la creatividad humana; debemos procurar usar este don sabiamente para evitar, en el futuro, los escenarios presentes. La mejor forma de hacerlo es viendo a nuestras capacidades creativas como una gran riqueza y a nuestros hijos como personas únicas que pueden enfrentar ese futuro que seguramente no veremos ayudándoles a sacar provecho de el.


miércoles, 25 de marzo de 2015

La Desterritorialización Cultural, Otro Efecto de la Actual Globalización


Es correcto afirmar que “la globalización afecta las categorías básicas de nuestra percepción de la realidad en cuanto trastoca la relación tiempo espacio y la reinventa…” (Hopenhayn, 1999). La aceleración del Tiempo  que ahora se mide por la velocidad de la luz y la contracción de las distancias y los espacios que ahora son más virtuales que físicos, son dos muestras de dicha reinvención. Otra es la novedosa circulación del dinero y las imágenes. Grandes cantidades de dinero e imágenes de diversos tipos, tamaños, formas y color; circulan “sin límites de espacio y en un tiempo infinitesimal”. Esta nueva realidad influye en  las personas y sus culturas. Hay quienes no pueden (por haber sido insertados o capacitados en el manejo de las herramientas tecnológicas de este tiempo), aunque deseen, moverse, producir, intercambiar o comunicar alguna manifestación de su cultura a la misma velocidad  y en los espacios (ahora virtuales) donde circula de ordinario el conocimiento, la información y las evidencias de las manifestaciones culturales. Esta, relega a la periferia del espacio cultural desterritorializado, a todos aquellos que por razones educativas, económicas, religiosas, políticas o  sociales desconocen los accesos a este nuevo espacio. Mientras se afianza con aquellos que, por las mismas razones, tienen acceso sin restricciones al espacio en el que se logra (de facto) desarrollo y progreso. La Desterritorialización que trae consigo la actual globalización es excluyente y marginadora en cuanto las instituciones que norman la vida social y cultural (la principal es el estado) no  tomen medidas que permitan acceder al espacio virtual a todos sin diferencia y en igualdad de condiciones. Los espacios material y virtual no son, en apariencia, complementarios; implican posiciones ideológicas irreconciliables, en cuanto a la pertinencia de su uso y la necesidad de su existencia. Las posiciones neutras al respecto tienen un aire romántico y soñador. Estimo que uno de los dos espacios terminará absorbiendo al otro y, al final, serán las cosas (lo material) menos bello, importante y necesario que aquello que circula en el espacio virtual aunque no esté al alcance de nuestras manos.


El nuevo panorama en nuestra región y país muestra a los integrados y excluidos del espacio virtual desterritorializado como personas reestratificadas, reubicadas en los niveles que impone el territorio virtual merced al grado de accesibilidad del sujeto. Estas son, también, nuevas categorías sociales, pues la interacción humana se realiza en un porcentaje cada vez mayor en las redes sociales que gestan nuevas formas comunicacionales y códigos lingüísticos usuales para unos e incomprensibles para otros. Son cada vez más las personas que no soportan vivir sin tecnología que los conecte con dicho espacio. Las tecnologías que nos conectan con el espacio virtual son todas y cada una extensiones de nuestros sentidos a grado tal que muchos se sienten incompetentes al prescindir de ellas. Una nueva distinción surge, la división joven – adulto, pues a mayor edad habrá menor posibilidad de acceso. La obsolescencia ha pasado de ser un término que califica a las máquinas en desuso al que califica, también, a las personas sin acceso y por lo tanto, improductivas e ineficaces. Esto implica, entonces, la minimización de la dignidad humana, en general, para la “elevación” del homo tecnológicus, en particular.
“La reorganización de los escenarios culturales y los cruces constantes de las identidades exigen preguntarse de otro modo por los órdenes que sistematizan las relaciones materiales y simbólicas de los grupos” (García, 1990) hoy somos testigos de la descentralización de las empresas, la simultaneidad planetaria de la información, la adecuación de ciertos saberes e imágenes internacionales a los conocimientos y hábitos de cada pueblo, el uso de satélites y computadoras en la difusión cultural…la persona de hoy está siendo inducida a ser de un lugar y de todos a la vez, a saber lo suyo y lo de otros independientemente de quien sea o de la pertinencia de dicho saber, a conocer y comportarme de acuerdo a mi cultura y de acuerdo a la de otros al mismo tiempo.
Este es el tiempo del hombre máquina, aquel de quien se piensa puede “funcionar” con tal velocidad  que sepa de todo y los transmita en el mínimo tiempo posible. Aquel que de no acceder al espacio virtual desterritorializado de la cultura será considerado inútil, viejo u obsoleto.







Apuntes Sobre la Memoria Histórica


Aunque no sea propiamente un espacio, la memoria histórica es el lugar interior, y también social, de los recuerdos y hechos significativos; sencillos y trascendentes. Es, ante todo, la capacidad personal de recordar; sin embargo, es innegable que los hechos históricos, aunque tengan interpretaciones personales, implican connotaciones  y, consecuentemente, recuerdos sociales.
La memoria es, según Platón, el lugar de unión o de dispersión a nivel personal y social; afirma que “hay en nuestras almas una tablilla de cera, la cual es mayor en unas personas y menor en otras, y cuya cera es más pura en unos casos y más impura en otros, de la misma manera que es mas dura unas veces y más blanda otras, pero en algunos individuos tiene la consistencia adecuada” (Platón en el Teeteto) Para él, la memoria es un don por el cual si queremos recordar algo que hayamos visto, oído, o pensado, lo podemos actualizar o recobrar de aquella “tablilla de cera” en la cual grabamos las más significativas experiencias y recuerdos.
Es, además, el conjunto de hechos históricos que están escritos o no. Cuando  se escriben se basan en los recuerdos y conocimientos de quien los registra. Los hechos significativos registrados se convierten en documentos considerados fuentes históricas. Para el registro de un hecho histórico son válidos los recuerdos en fuentes escritas y, también, las tradiciones orales en forma de anécdotas, poemas, frases. Estas versiones contienen una riqueza singular que confirma o niega, que resta o exagera, que apoya o ataca. Las versiones orales deben ser registradas aunque no  se constituyan, de inicio, en fuentes confiables pues también manifiestan en grado mayor o menor la creatividad de su autor, casi siempre desconocido y su manera particular de recordar.
Para Petar Ramadanovic, la memoria, es una proto escritura, una escritura primaria, y se pregunta “O es que la escritura ofrece un modelo o una manera de pensar la memoria, que de otro modo permanecería impensable, porque la mayoría, si no todas las teorías de la memoria (incluyendo la de la neurociencia) concibe los recuerdos como impresiones? …se escribe para refrescar la memoria” (Ramadanovic, 1999) La memoria es como un archivo donde se ordenan y clasifican los recuerdos recientes y distantes.
Existen experiencias, lugares o personas que activan y actualizan los recuerdos personales y sociales sobre los hechos históricos antiguos y más recientes. También es posible ingresar a dicho espacio gracias a las fuentes (documentos, monumentos, tradiciones) y podemos, además, incorporar elementos que ayudan en nuestra labor de recreación e interpretación histórica: inferir e imaginar (ya que la memoria no tiene límites internos) comparar y contrastar, relatar, empatizar, etc.
Hay un pasado, pero la memoria se proyecta desde un momento posterior. Es entonces la memoria, la que hace posible la distinción del antes y el después, por tanto del presente, pasado y futuro. En el pasado está lo que recuerdo, el presente es el momento en que recuerdo y el futuro es aquello que no puedo recordar. Antiguamente se creía que la memoria congela el tiempo.
La memoria histórica aporta el recuerdo y, con el, nos trasladamos a lugares desconocidos y nos permite configurar una realidad compuesta por lugares donde no estuvimos y personas a las que no conocimos. Nos  ata a lo que nunca volverá y nos aferramos a ella como  si fuera el futuro mismo que consideramos prometedor a partir de una comprensión visión optimista y esperanzada del nuestra historia patria.
En “la Genealogía de la Moral”, Nietzche afirma “el dolor es lo que mejor ayuda a recordar”. Creo que exageró. Nuestra memoria histórica nos une (en los niveles personal, local, regional y nacional) por recuerdos que resaltan la grandeza de nuestro ancestro y testimonian la creatividad y originalidad de nuestro pueblo.
Una tarea aún pendiente: sistematizar los recuerdos de nuestra memoria histórica local y regional.




viernes, 13 de marzo de 2015

Despilfarro Cero del Intelecto y de las Manifestaciones de la Cultura


Despilfarrar es gastar profusamente o consumir desordenadamente los recursos. Se habla, en este sentido de recursos materiales; aunque, es pertinente recordar, que un recurso es el conjunto de elementos disponibles para resolver una necesidad. Por lo cual, entendiendo que existen necesidades materiales e inmateriales, resulta obvio pensar en recursos de ambos tipos.  “No solo de pan vive el hombre”, aunque sean los bienes y alimentos necesarios para suplir un espacio de sus necesidades humanas. La persona vive también del cultivo de su sensibilidad artística, de su creatividad, de su necesidad de conocimiento, de sus manifestaciones extrabiológicas que resultan del desarrollo de su intelecto y de su razón. Si los recursos materiales se despilfarran, los recursos culturales también.
El hombre y la mujer, como seres culturales, entienden que ella les da “… la capacidad de reflexionar sobre sí mismo. Es ella la que hace de nosotros seres específicamente humanos, racionales, críticos y éticamente comprometidos. A través de ella discernimos los valores y efectuamos opciones. A través de ella el hombre se expresa, toma conciencia de sí mismo, se reconoce como un proyecto inacabado, pone en cuestión sus propias realizaciones, busca incansablemente nuevas significaciones, y crea obras que lo trascienden” (UNESCO, 1982). De lo anterior se colige que los recursos del intelecto y las manifestaciones de la cultura, en cuanto a la construcción de una entidad cultural local y regional que de respuesta a las creaciones particulares originadas en nuestra identidad; deben ser conocidos, puestos en valor y relacionados con una planificación de corto, mediano y largo plazo que permita divulgar apropiada y masivamente los aportes de la sensibilidad y el espíritu en este espacio nuestro.
La cultura no es atributo de unos cuantos, no es una cápsula a la que se accede solo con grados académicos y publicaciones, no es el espacio esnob (“snob”) que se apropia del arte, del teatro o la música y danza clásica para lograr una consideración y distinción social que margina y excluye al “resto”. La cultura es, en esencia, las manifestaciones del intelecto, la razón, la sensibilidad y el espíritu de todos. Y, aunque no a todos les interesen los mismos recursos y aunque cada uno tenga atracción distinta hacia la literatura, la música, la danza, la pintura, el cine…; debe divulgarse de manera planificada en base a una política de inclusión y promoción de los intereses culturales de todos.
La anterior, no es una labor solo del estado (aunque debe ser el principal actor). Es fundamentalmente el “oxígeno” de las entidades educativas de la región. Las universidades privadas y pública, cada institución educativa de nivel superior y escolar debería tener un Plan de Desarrollo de los Recursos Culturales con que cuenta. Es indispensable realizar el Plan Estratégico Cultural de la Región de Lambayeque, convocando a personalidades de todos los espacios culturales, instituciones civiles, políticas, educativas y religiosas. De no planificarse el reconocimiento, valoración, promoción y divulgación ordenada de las manifestaciones de los recursos culturales, tendemos al despilfarro del intelecto y de dichas manifestaciones espirituales.
Estamos generando, con buenas intenciones y empirismo, un caos que nace de la buena voluntad de apoyar lo que vemos, lo cercano, mientras mantenemos un estatus quo generador de aquel tipo de ser humano llamado por Ortega y Gasset “hombre - masa”: “… hombre-masa es el hombre previamente vaciado de su propia historia, sin entrañas de pasado y, por lo mismo, dócil a todas las disciplinas llamadas internacionales. Más que un hombre, es sólo un caparazón de hombre constituido por meros idola fori; carece de un ´dentro´, de una intimidad suya, inexorable e inalienable, de un yo que no se pueda revocar. De aquí que esté siempre en disponibilidad para fingir ser cualquier cosa. Tiene sólo apetitos, cree que sólo tiene derechos y no cree que tiene obligaciones: es el hombre sin la nobleza que obliga -sine nobilitate-, snob” (“La Rebelión de las Masas”. Ortega y Gasset, 1930)
UNESCO insta a los estados que suscribieron la “Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales” (2005), entre ellos Perú, a la aplicación de políticas y medidas “…centradas en la cultura como tal, cuya finalidad es ejercer un efecto directo en las expresiones culturales de las personas, grupos o sociedades, en particular la creación, producción, difusión y distribución de las actividades y los bienes y servicios culturales y el acceso a ellos”.

Este artículo reconoce los esfuerzos de personas e instituciones que, en cuanto a cultura, vienen realizando. Sin embargo, será eficaz el esfuerzo en unidad y la planificación a futuro.  

miércoles, 11 de marzo de 2015

El Fracaso del “Socialismo del Siglo XXI”


La experiencia del “Socialismo del Siglo XXI” significa para algunos venezolanos, aquellos favorecidos por los subsidios y pseudo políticas de inclusión, la “Revolución” que consideró dignificar a los pobres y marginados del capitalismo petrolero. Para los otros,  es el sistema que ha sumido a su país en la más grave crisis económica, política y social de su historia. Una cosa es notoria: Venezuela es un país con una profunda crisis estructural acrecentada por la polarización de sus ciudadanos y las cada vez más notorias formas dictatoriales de su gobierno. Formas sustentadas en un trasnochado patrioterismo y justificado en supuestos intentos de golpe de estado e intromisiones ficticias.
El gobierno venezolano controla todas las instituciones políticas y la economía mediante controles cambiarios y de precios, expropiaciones de empresas aparentemente opositoras o acusadas de acaparamiento, dirección del crédito y un mal manejo de la empresa petrolera estatal (su principal fuente de recursos). Desde 2013, el Presidente Maduro, por la Ley habilitante, puede emitir decretos con fuerza de ley con la consiguiente reducción de las libertades individuales y persecución política. Hoy la economía venezolana es netamente importadora de productos básicos. No se nota una salida fácil a esta situación y resulta sospechoso el silencio (creo cómplice) de la comunidad internacional. Mientras tanto, se afecta cada vez más la calidad de vida de los venezolanos.
Se ha pisoteado el derecho básico a la propiedad “se han expropiado o estatizado más de 50.000 propiedades entre fincas (pequeñas, medianas y grandes), industrias y comercios, entre otros, sin compensación por valor de mercado… se han expropiado empresas o sectores completos: electricidad, telecomunicaciones, banca y finanzas, petróleo y tecnología, entre otros. En noviembre de 2013 se estatizaron dos plataformas petroleras, alegando razones de utilidad pública y de interés  social” (Selman & Fornet, 2014).  Las publicaciones “Haciendo Negocios” del Banco Mundial y el Informe de Competitividad Global del Foro Económico Mundial, consideran a Venezuela como uno de los países con mayores trabas para hacer negocios. Su principal empresa Petróleos de Venezuela, subsidia anualmente 25 mil millones de dólares sobre el costo de combustibles esto afecta  los ingresos totales del estado que son 70% por venta de petróleo y 30% por tributos. A esto debe sumarse una altísima inflación, la crisis eléctrica que se manifiesta en apagones diarios y por sectores, el crecimiento del mercado paralelo o mercado negro, etc.
Lo más preocupante es los constantes atentados contra la libertad de pensamiento y la persecución a los opositores, la utilización de los poderes del estado en dicha persecución y la sensación de impotencia ante la inacción de la OEA, UNASUR, ONU y los estados latinoamericanos, al menos, que no desean enfrentar a petro – estado venezolano pensando más en el petróleo que el las libertades o simplemente porque comparten solapadamente las ideas de Maduro. Tal es el caso de Humala en Perú, Correa en Ecuador o Morales en Bolivia.
Francois de La Rochefoucauld, manifestó: “La libre comunicación de los pensamientos y las opiniones es uno de los derechos más preciados por el hombre” y Víctor Hugo “La libertad es, en la filosofía, la razón; en el arte, la inspiración; en la política, el derecho”. Pienso que los librepensadores de América y el mundo deben, de una vez por todas, influenciar en sus respectivos espacios los pronunciamientos de instituciones políticas y culturales que motiven a los gobiernos de los estados a pedir, con respeto a la soberanía, el respeto a las libertades políticas e individuales en Venezuela.
Los peruanos hemos experimentado tiempos de dictadorzuelos disfrazados de demócratas que terminaron asesinando a sus opositores, esterilizando mujeres, comprando silencios, modificando leyes a su favor y deseando perpetuarse en el poder.

Que hechos como los anteriores, en América unida, nunca más se repitan. Esa es, también, una obligación de los gobiernos democráticos del mundo.

martes, 10 de marzo de 2015

La Globalización de la Indiferencia


Nos es indiferente algo o alguien que no despierta nuestro interés o afecto, que no capta nuestra empatía, que no genera nuestra atención y, últimamente, algo o alguien que definimos sin comprometernos.
El “hombre light” (hombres y mujeres) en una cultura hedonista, cede a la tentación del lujo o la carrera, transforma su vocación en oficio y vive haciendo guiado por objetivos claramente económicos, dejando de lado su trascendencia hasta divagar por las arterias de su propio egoísmo. Le interesa su apariencia física, la ropa y objetos que posee; se deleita compartiéndolo solo con los suyos por una cuestión de estatus… “Debemos contrastar la cultura del bienestar que nos hace insensibles a los gritos de los otros y que nos lleva a la globalización de la indiferencia” (Papa Francisco, 2015)
La indiferencia está de moda, se habla de pobreza, marginación y exclusión en la prensa, revistas, mesas redondas, comisiones de estudio, etc. Todos reflexionan sobre el tema. Da la impresión que a muchos les molesta la insistencia en sacar a la luz algo que debería estar oculto. “Otros pueden pensar que siempre es importante disponer de datos sociológicos, más o menos fiables, bien sea por curiosidad científica, bien para justificar un ejercicio simplemente académico. Por suerte no todo es tan frívolo”.
Muchos deberíamos sentirnos interpelados por una realidad que nos lleva, a preguntarnos ¿De qué me sirven las cifras, hice algo después de conocerlas? ¿Cómo es posible que la marginación y pobreza, el hambre y la exclusión social, se hallen a nuestro lado y no hayamos hecho nada? ¿Cómo es posible que este país, cuyo gobierno presenta al mundo cifras económicas envidiables, no sea capaz de dar una respuesta solidaria y eficaz a esa realidad de millones personas? ¿Qué hago para trascender con mi prójimo? ¿Cómo motivo a quiénes se encuentran en mi entorno a hacer algo sobre esta realidad?
El otro es visible mientras no sea incómodo o violente nuestro estilo de vida. Preferimos vivir teorizando  “Nos estamos acostumbrando a las estadísticas que hablan del desempleo o la pobreza... Nos estamos acostumbrando a que se nos hable de ocho millones de pobres en nuestro país... Nos estamos acostumbrando a las cifras mundiales del hambre... Nos estamos acostumbrando a considerar a nuestros ancianos como a seres inútiles. Nos estamos acostumbrando a todo tipo de economía sumergida...” (García, 1986)

Cuando estamos bien y nos sentimos a gusto, nos olvidamos de los demás, eso es algo que Dios Padre no hace jamás; entonces nuestro corazón cae en la indiferencia. No debemos ser indiferentes ante la injusticia, la indiferencia y el sufrimiento de los demás. Vivir replegados y encerrados en nosotros mismos es el egoísmo típico de este tiempo. Mientras el mundo se cierra, los cristianos se abren y acogen al más débil, al más pobre, al más pequeño...luchemos contra la globalización de la indiferencia

miércoles, 4 de marzo de 2015

Muchas Maneras de Matar: Pobreza y Exclusión Social



El poema “Muchas maneras de matar” de Bertolt Bretch dice: “Hay muchas maneras de matar. /Pueden meterte un cuchillo en el vientre. /Quitarte el pan. /No curarte de una enfermedad. /Meterte en una mala vivienda. /Empujarte hasta el suicidio. /Torturarte hasta la muerte por medio del trabajo. /Llevarte a la guerra, /Sólo pocas de estas cosas están prohibidas en nuestro Estado//”.  Ante el fenómeno del desorden político, la exclusión social y la desigualdad, un pesimista Práxedes Mateo Sagasti (político español del siglo XIX) diría “Yo no sé adónde vamos; pero si sé que doquiera que vayamos, perderemos nuestro camino”. Claro está, el camino está perdido para cualquier estado que basa sus políticas en el deseo de lograr una suerte de desarrollo económico despersonalizado. Discutimos sobre la modernidad, la industrialización y la tecnología; sin considerar, como una responsabilidad urgente, terminar con la desigualdad que es madre de la exclusión y la marginalidad.
Si una soga siempre se rompe del lado más débil; en nuestra sociedad, es el pobre el más débil, desprotegido y (permanentemente) excluido de las políticas de estado que tienden al paliativo y no a la solución. El pobre es “invisible”. Está y nadie lo quiere ver. Da la impresión que su presencia incomoda, pues nos hace recordar que lo hemos convertido en un dato estadístico; se le ha tildado de poco progresista y se le ha condenado a la miseria, la ignorancia y el sufrimiento, del día a día, por subsistir.
El documento elaborado por Carlos Figueroa, y editado por el INEI, “Exclusión Social en el Perú: Hacia una Nueva Política Social” (2014) muestra algunas cifras alarmantes, nacionales y regionales, que bien merece la pena ser conocidas y, luego, reflexionadas y consideradas para tomar medidas, todos y en todos los campos del saber y del hacer.
Las regiones más pobres y excluidas se encuentran en la sierra de nuestro país. El centralismo es notorio, nueve de los diez distritos con mayor índice de desarrollo humano del país se encuentran en Lima. Lo mismo ocurre con el índice de inclusión social donde nueve de los diez distritos más favorecidos se encuentran en la ciudad capital. Un dato interesante es confirmar que en aquellos distritos en los que no se aplican políticas de inclusión social se eleva el índice de pobreza. En mejor situación se encuentran los distritos de la costa seguidos por los de la selva y sierra. Un dato sorprendente, los distritos que no albergan proyectos mineros, en promedio, tienen un índice de desarrollo humano real e inclusión social ligeramente superior que aquellos que tienen proyectos mineros.
Lambayeque es la octava región en el ranking de índice de desarrollo humano y el sétimo en índice de inclusión social. Cañaris es el distrito con menor índice de desarrollo de Lambayeque y el sétimo entre los diez menos desarrollados del Perú. Se puede inferir, entonces, que a pesar de las políticas de inclusión, falta mucho por hacer en dicha zona de la región.
Carl Schmitt, refiere en “Legalidad y Legitimidad” (1994) que “en una novela del mismo autor (Bertolt Bretch) el jefe de una banda de gángsters acaba diciendo a sus pistoleros: el trabajo tiene que ser legal”. No olvidemos, la ley demanda aplicar políticas de de desarrollo inclusivas y no distingue región natural, distritos, realidad geográfica, cultural, costumbres o idioma. Sin embargo, da la impresión que existe tendencia a la homogenización cultural expresada en dichas políticas. No se negocia con las comunidades amazónicas o andinas con realidades culturales distintas a las costeñas. No se propone, se obliga.
Es momento de exigir igualdad de oportunidades en un país variopinto por multiétnico, pluricultural y mestizo. A la hora de elegir, un criterio debe ser revisar las políticas en temas de igualdad que propongan los candidatos a ejercer poder político y, luego, velar por el cumplimiento de dichas políticas. Además, cumplir la ley debe significar allanarse, acercarse con sinceridad a personas que merecen vivir su dignidad.
Al respecto el Papa  Francisco ha dicho “No sirve de mucho la riqueza en los bolsillos cuando hay pobreza en el corazón… a la gente la empobrecen para que luego voten por quienes los hundieron en la pobreza…Quien acaricia a los pobres, toca la carne de cristo” todos debemos hacernos responsables.