sábado, 23 de agosto de 2008

Chiclayano sin Padre eterno, Lambayecano come pescado


La Heroica Ciudad de Chiclayo, partiendo de Collique y luego de Santa María del Valle de Chiclayo, es resultado de un largo proceso lleno de conversiones denominativas propias del reconocimiento de naturales y foráneos acerca de aquellos logros que, a decir del general José de La mar (Siglo XIX), eran consecuencia lógica del visible progreso que había alcanzado.En 1540 Chiclayo era un curato, en 1556 era reducción de indios haciendo girar su vida en torno al monasterio de los Padres Franciscanos ubicado frente a la plaza principal, entre las actuales calles San José y Pedro Ruiz. Después de los sacerdotes, eran los caciques de Cinto y Collique las máximas autoridades. El visitador Gonzales de Cuenca ya le daba oficialmente a esta zona el nombre de Chiclayo.Para 1578 varios peninsulares, criollos y mestizos afincaron en Chiclayo dando con ello reconocimiento tácito de la importancia de nuestro amado lugar. Chiclayo era cada vez menos rural y más cosmopolita a decir de Jorge Zevallos Quiñónez.Pero mucho antes de ser fundado Chiclayo, Lambayeque ya existía. Tenía en su seno a una mayor cantidad de población española y criolla. Era tal su importancia que tras el terremoto de 1720 que destruyó Saña, la mayor parte de familias buscó refugio en tal lugar mientras otras migraron a Trujillo y sólo unas cuantas afincaron en Chiclayo. Con el tiempo, la incontenible importancia que adquirió Chiclayo produjo discrepancias, enojos y enfrentamientos entre chiclayanos y lambayecanos. Hoy felizmente todo ha sido superado.En 1822 Chiclayo era pueblo, en 1825 era distrito de Lambayeque y el 1827 fue elevada a villa. En 1835 don Felipe Santiago Salaverry la reconoce como Ciudad Heroica y luego como provincia. Aquí surge el problema con los lambayecanos, pues se incluyeron en los nuevos territorios algunos anteriormente pertenecientes a Lambayeque.La pugna entre lambayecanos y chiclayanos se incrementó en tiempos del caudillaje militar. Cada provincia apoyó a un caudillo distinto. Los lambayecanos ingresaron a la Iglesia de Chiclayo y robaron la imagen de San Pedro. En respuesta, los chiclayanos regaron pescado salado en la Plaza de Armas de Lambayeque. Por muchos años los lambayecanos decían: Chiclayanos sin Padre Eterno en referencia a la imagen que ahora estaba en su templo. En respuesta, los chiclayanos decían: Lambayecano, come pescado salado como haciendo recordar las consecuencias de su hurto.Comparto, con el estudioso regional Pedro Alva Mariñas, la posición que Chiclayo es crisol de muchos pueblos y muchas culturas. La veo, como una zona de historia y tradición, estandarte del desarrollo nacional y primer destino turístico del Perú.

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