domingo, 25 de octubre de 2015

Y quedé Turulato: Reflexión sobre la reelección congresal

Por acá ocurre lo mismo
Atónito, desconcertado, pasmado, sorprendido, patidifuso, boquiabierta, asombrado, en una palabra, turulato; así quedé luego de reparar en la intención de los actuales señores congresistas por la región de postularse a la reelección sin haber hecho méritos, incumpliendo los ofrecimientos que motivaron su elección en el proceso anterior y mostrando, no creo que conscientemente con sus actos, desprecio por las virtudes que deben encarnar, desmedido interés por la figuración mediática, falta de entrega o afición a su trabajo, desempeño individualista que no incluyó los informes habituales al electorado sobre sus acciones periódicas y lo que es más lamentable un escaso nivel intelectual así medido por su falta de preparación académica e incapacidad para proponer, solucionar, crear, innovar, fiscalizar, moralizar…  la cantidad y calidad de sus propuestas legislativas y el casi nulo impacto de su acción parlamentaria en estos cinco años de trabajo en bien de la región son razones más que suficientes para ejercitar una buena práctica ciudadana: la evaluación del trabajo de nuestros representantes. Este acto que implica un ejercicio urgente de nuestra capacidad de pensar y razonar es indispensable para dar un paso positivo en el fortalecimiento de la democracia: elegir a las personas correctas luego de evaluar sus hojas de vida y propuestas, conocedores de su desempeño, valores, intereses e identidad con los objetivos comunes.
Primero, recordemos ¿Por qué motivo usted votó por los congresistas de nuestra región en el proceso anterior? ¿Por el partido político donde milita? ¿Por su experiencia legislativa o en gestión pública? ¿Por su simpatía o carisma? ¿Por su preparación intelectual, académica y actitudinal? Luego, piense ¿Qué hicieron sus representantes por solucionar los problemas de la región? ¿Destacaron por una buena, sana y razonable fiscalización a las autoridades locales, regionales y nacionales? ¿Propusieron proyectos de ley en beneficio de la región y país? ¿Conoce cuáles son? ¿Por qué no los conoce? ¿Se sintió representado por ellos pues interpretaron su forma de pensar en la discusión de los diferentes problemas que atañen a la sociedad? ¿Notó usted preocupación en sus representantes por informar periódicamente sobre el cumplimiento de sus ofrecimientos de campaña? Entonces ¿Cree usted saludable, razonable e inteligente otorgarles el premio de la reelección?
Tomemos una decisión inteligente y no cometamos el mismo error, eso sería una estupidez. Su representante ante el congreso debe ser más que una cara bonita, más que carisma y promesas, más que el candidato de un partido (pregúntese si el partido al que representa lo eligió por sus virtudes o por el dinero que tiene y le permite hacer una campaña política en favor del candidato a presidente). Su representante debe estar preparado para trabajar arduamente en el logro de sus ofrecimientos de campaña. A propósito, evalúe los ofrecimientos de cada candidato, recuerde que un congresista no puede ofrecer obras públicas y de infraestructura, un congresista debe ofrecer propuestas legislativas en pro del logro de los objetivos regionales y nacionales, puede ofrecer ejercer control sobre las instituciones públicas y actuar en defensa de sus representados en temas diversos y de coyuntura, para lo cual se reúne periódicamente con ellos, les escucha e informa sobre las acciones a seguir conforme avance su gestión legisladora. Recuerde que ellos tienen una “semana de representación” cada mes, para cumplir dicho deber, costeada por el propio congreso con el dinero de todos los peruanos.

El congreso está desacreditado y usted y yo somos responsables de ese hecho. Somos nosotros quienes hemos elegido consecutivamente a personas que no poseen las aptitudes y actitudes adecuadas para realizar una gestión legislativa eficiente, eficaz y consistente. Somos usted y yo los llamados a romper este círculo vicioso que es motivo de atraso y subdesarrollo. Piense bien antes de elegir y elija a quien mejor nos represente. Recuerde, se trata de ser inteligente y no estúpido.