viernes, 13 de marzo de 2015

Despilfarro Cero del Intelecto y de las Manifestaciones de la Cultura


Despilfarrar es gastar profusamente o consumir desordenadamente los recursos. Se habla, en este sentido de recursos materiales; aunque, es pertinente recordar, que un recurso es el conjunto de elementos disponibles para resolver una necesidad. Por lo cual, entendiendo que existen necesidades materiales e inmateriales, resulta obvio pensar en recursos de ambos tipos.  “No solo de pan vive el hombre”, aunque sean los bienes y alimentos necesarios para suplir un espacio de sus necesidades humanas. La persona vive también del cultivo de su sensibilidad artística, de su creatividad, de su necesidad de conocimiento, de sus manifestaciones extrabiológicas que resultan del desarrollo de su intelecto y de su razón. Si los recursos materiales se despilfarran, los recursos culturales también.
El hombre y la mujer, como seres culturales, entienden que ella les da “… la capacidad de reflexionar sobre sí mismo. Es ella la que hace de nosotros seres específicamente humanos, racionales, críticos y éticamente comprometidos. A través de ella discernimos los valores y efectuamos opciones. A través de ella el hombre se expresa, toma conciencia de sí mismo, se reconoce como un proyecto inacabado, pone en cuestión sus propias realizaciones, busca incansablemente nuevas significaciones, y crea obras que lo trascienden” (UNESCO, 1982). De lo anterior se colige que los recursos del intelecto y las manifestaciones de la cultura, en cuanto a la construcción de una entidad cultural local y regional que de respuesta a las creaciones particulares originadas en nuestra identidad; deben ser conocidos, puestos en valor y relacionados con una planificación de corto, mediano y largo plazo que permita divulgar apropiada y masivamente los aportes de la sensibilidad y el espíritu en este espacio nuestro.
La cultura no es atributo de unos cuantos, no es una cápsula a la que se accede solo con grados académicos y publicaciones, no es el espacio esnob (“snob”) que se apropia del arte, del teatro o la música y danza clásica para lograr una consideración y distinción social que margina y excluye al “resto”. La cultura es, en esencia, las manifestaciones del intelecto, la razón, la sensibilidad y el espíritu de todos. Y, aunque no a todos les interesen los mismos recursos y aunque cada uno tenga atracción distinta hacia la literatura, la música, la danza, la pintura, el cine…; debe divulgarse de manera planificada en base a una política de inclusión y promoción de los intereses culturales de todos.
La anterior, no es una labor solo del estado (aunque debe ser el principal actor). Es fundamentalmente el “oxígeno” de las entidades educativas de la región. Las universidades privadas y pública, cada institución educativa de nivel superior y escolar debería tener un Plan de Desarrollo de los Recursos Culturales con que cuenta. Es indispensable realizar el Plan Estratégico Cultural de la Región de Lambayeque, convocando a personalidades de todos los espacios culturales, instituciones civiles, políticas, educativas y religiosas. De no planificarse el reconocimiento, valoración, promoción y divulgación ordenada de las manifestaciones de los recursos culturales, tendemos al despilfarro del intelecto y de dichas manifestaciones espirituales.
Estamos generando, con buenas intenciones y empirismo, un caos que nace de la buena voluntad de apoyar lo que vemos, lo cercano, mientras mantenemos un estatus quo generador de aquel tipo de ser humano llamado por Ortega y Gasset “hombre - masa”: “… hombre-masa es el hombre previamente vaciado de su propia historia, sin entrañas de pasado y, por lo mismo, dócil a todas las disciplinas llamadas internacionales. Más que un hombre, es sólo un caparazón de hombre constituido por meros idola fori; carece de un ´dentro´, de una intimidad suya, inexorable e inalienable, de un yo que no se pueda revocar. De aquí que esté siempre en disponibilidad para fingir ser cualquier cosa. Tiene sólo apetitos, cree que sólo tiene derechos y no cree que tiene obligaciones: es el hombre sin la nobleza que obliga -sine nobilitate-, snob” (“La Rebelión de las Masas”. Ortega y Gasset, 1930)
UNESCO insta a los estados que suscribieron la “Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales” (2005), entre ellos Perú, a la aplicación de políticas y medidas “…centradas en la cultura como tal, cuya finalidad es ejercer un efecto directo en las expresiones culturales de las personas, grupos o sociedades, en particular la creación, producción, difusión y distribución de las actividades y los bienes y servicios culturales y el acceso a ellos”.

Este artículo reconoce los esfuerzos de personas e instituciones que, en cuanto a cultura, vienen realizando. Sin embargo, será eficaz el esfuerzo en unidad y la planificación a futuro.