Digo nociva, por dañina y desesperanzada, aunque
repetida por estar de moda y aceptada y promovida por graciosa. Ya no se trata
de una expresión de enfado, irritación o asombro. Hoy, dicha pregunta, se ha
convertido en un reconocimiento tácito de una situación, para mi inaceptable,
de descrédito, fracaso, decepción, caída, frustración o descalabro ¿Qué
significa estar jodido? ¿Existe, oficialmente dicho término?
Estar jodido, según el diccionario RAE, significa
reconocer una situación de ruina personal o social; es estar echado a perder,
estar destrozado. Una persona jodida vive sin esperanza, no halla solución a sus
problemas. Una sociedad jodida, lo mismo, aunque a ella se le suma características
generales (principalmente sus antivalores) así como un juicio sobre su historia que no
sabemos quien, donde y cuando lo emitió pero que todos repetimos y asentimos
sin considerar que al hacerlo nos condenamos con nuestras propias palabras y
asumimos culpas y debilidades de otros como nuestras.
Coindico que “la historia de un país no debe servir
para condenarlo. El pasado no fue mejor o peor, es acontecimiento; y como tal,
puede ser interpretado y lección de vida de la cual debemos aprender;
consecuentemente, sugiero que toda construcción de futuro debe cimentarse
también en la revalorización de planteamientos pasados que bien podrían ser
reactualizados y hacerlos viables” (Reluz, 2015).
Jorge Basadre, brillante historiador peruano,
hombre dedicado al estudio profundo de nuestro pasado, definió a nuestro país
como un espacio de contrastes y contradicciones. Indicó que la nuestra, es una
historia de oportunidades perdidas y de posibilidades no aprovechadas; sin
embargo fue capaz de encontrar en medio de todos nuestros tiempos históricos,
muchos de ellos de angustia y sufrimiento, la luz de la esperanza… “esa
angustia, que a la vez fue una esperanza, podría ser llamada la Promesa”. Sobre
lo anterior, el historiador Manuel Burga afirma: “estas son algunas de las
claves de nuestra historia, que según Basadre, no hemos sabido manejar, para
que la promesa se realice
íntegramente, sin exclusiones, ni privilegios, sin mengua de la libertad, sin
autoritarismos ciegos, tercos y antinacionales. A pesar de nuestros conflictos,
o, como él solía decir, de una ´invisible guerra civil´, Basadre miró la
historia peruana para entender la génesis, constitución y desarrollo de la Nación
Peruana. La historia no como lección ejemplar, sino como memoria colectiva, y
comunión, que nos involucre en un proyecto común”.
El Perú de algunos se
jodió desde el momento en que creyeron que, de verdad, estaba jodido. “El Perú
se jodió cuando tomó esta frase y la hizo suya, tan suya, que se convirtió en
lema…”.
Comparto la idea de
Francisco Reluz Barturén, en su obra “Prolegómenos para una nueva Peruanidad”
(2015) al proponer que todos debemos preguntarnos ¿Qué de valioso tengo? ¿Qué
puedo aportar para engrandecer mi país? No podemos seguir con una actitud
negativa propia de una retroalimentación que considera las derrotas, vicios,
trabas y carencias de otros tiempos. Somos otras personas, con una historia
distinta, relacionada con la anterior, pero distinta. Vivimos en un tiempo
ideológicamente diferente, nuestras metas son otras y nuestra visión de país
requiere afirmarse.
Nunca antes, como hoy,
han existido espacios de reflexión y crítica. Somos los peruanos de la promesa.
Aquellos que afirmamos los valores milenarios de nuestra cultura, los que
deleitamos la mirada en los paisajes hermosos de nuestra geografía, ya no somos
indios, somos blancos, cholos, chinos, negros… somos los peruanos de la promesa
mestiza.
Hay algunos que viven
poco orgullosos de su historia y de nuestras posibilidades futuras. Son
aquellos que han hecho de su peruanidad una oportunidad de enriquecerse sobre
la base de la corrupción y la mentira. ¡Pero no todos somos así!
Hay otros que, como el
“zavalita” de Vargas Llosa, serán cuestionados sobre las taras y mediocridades
de una cultura que podemos cambiar si aceptamos la tarea de actuar de manera
esperanzada trabajando desde nuestro lugar para el progreso del Perú.
El Perú no está jodido.
Están jodidos los corruptos, los delincuentes, los mediocres, los ociosos, los
egoístas… el Perú nunca estará jodido.