lunes, 20 de octubre de 2014

Algunos Datos Históricos de Pimentel entre los siglos XVI y XIX


Deseo afirmar el origen prehispánico y brindar algunos datos históricos de importancia sobre Pimentel.

En el Siglo XVI, durante su visita a Lambayeque (1566 a 1567), Don Gregorio Gonzales de Cuenca visitó, entre otros, el repartimiento de indios de Chuspo (actualmente Monsefú). Indicó que dichas personas realizaban faenas de pesca artesanal. Por la descripción de la zona de sus faenas, es posible inferir que se refería a la zona del litoral ubicada entre las actuales playas de Monsefú y Pimentel.

En el siglo XVI, según indica Pablo Rodríguez, en 1620 habitó en esta zona la familia Filcullán. Indica que los herederos de la familia (de apellidos Seclén Filcullán) fueron quienes vendieron 869 hectareas a Don Virgilio DalOrsso. Esta afirmación se basa en el testamento de Alfonso Filcullán ante el escribano de cabildo Francisco Minche.

En el siglo XVIII, se realizó la visita del Obispo de Trujillo Baltazar Martínez Compañon y Bujanda a toda la Diócesis. En el registro de su visita a Saña, llamada así la actual zona territorial de Lambayeque, hay un mapa en el que se puede apreciar como lugares costeros las zonas de San José, Puerto Nuevo (Pimentel) y Santa Rosa. No aparece Eten. El documento data de 1785 y ha sido estudiado por el historiador José Gómez Cumpa.

En el siglo XIX, la relación entre partidarios de la independencia de Guayaquil y Lambayeque era estrecha. En una visita realizada a Guayaquil, pude comprobar el vínculo desarrollado  a través de las logias masónicas. La madera usada para la construcción de algunas casas de personas notables fue traída desde Guayaquil. De seguro, San José y la Caleta de la Concepción de los valles de Chiclayo (Pimentel) eran los lugares de estiba y desestiba de productos e intercambio de comunicación verbal y escrita.

En la obra póstuma de Mariano Paz Soldán titulada "Geografía del Perú" (1862), Chiclayo aparece como provincia del Departamento de La libertad e indica que "... contiene catorce distritos, una ciudad que es Chiclayo, una Villa, quince pueblos, una estancia y once curatos". Se menciona a Eten y San José como Distritos del litoral. Sin embargo, Pimentel no aparece en la lista de distritos o curatos. ¿Por qué? infiero que es debido a su escasa importancia económica. 

El lugar evolucionó de Puerto Nuevo a caleta de la Concepción de los Valles de Chiclayo a Caleta de Salaverry y, finalmente, Pimentel. No pudo haber tenido mucha importancia debido a las inundaciones de los años 1821, 1871 y 1875. Sin embargo, durante la guerra del Pacífico esta ya era una zona más poblada y medianamente próspera. Los informes escritos por el general chileno patricio Lynch indican que, tratando de erradicar la fiebre amarilla, dictó algunas medidas y ordenó que los gastos sean asumidos por los de Pimentel.

Para fines del siglo XIX, Pimentel era una zona sin importancia económica.  En la visita realizada a Lambayeque, Ernest Middendorf, médico e investigador alemán, describe la travesía que vivió indicando que la llegada de pasajeros se hacía por la zona de Eten. Describe a dicho lugar como poco adecuado para la realización de la estiba, desestiba y traslado de pasajeros debido al fuerte oleaje. Esta condición mejoró con la construcción del Muelle y Ferrocarril de Pimentel, pero esa, es otra historia que, posteriormente, comentaremos.


sábado, 11 de octubre de 2014

Pobreza y Consumismo ¿Qué hacer?


El PNUD es el organismo de las Naciones Unidas que se ocupa de analizar y monitorear los indicadores de la pobreza y el desarrollo en el mundo. En su informe sobre la situación mundial hasta el año 2013 refiere “(en el mundo) la riqueza está repartida de manera extremadamente desigual…” y, aunque descendió la pobreza extrema mundial de 36% a 19% (hay 620 millones menos de pobre extremos en el mundo) el problema de la desigualdad es notorio y refleja, a mi entender, una caída en los indicadores morales de las diversas sociedades en las que, a pesar de las cifras, el consumismo se fortalece como parte de una cultura individualista disfrazada de prosperidad y que, en términos prácticos, muestra la laxitud de valores como la solidaridad, caridad y justicia; la despreocupación por el prójimo y la reducción de los objetivos de vida únicamente a los referidos al bienestar económico y el logro de la riqueza. Dígase de paso, no hay problema en ser rico mientras se tenga clara la idea del compartir o repartir con justicia, según sea el caso.

Si la riqueza mundial estuviera distribuida equitativamente, indica el mismo informa, una familia media, de dos adultos y tres hijos, podría disponer de ingresos por 2.850 dólares al mes. Sin embargo, un ser humano de cada tres no dispone de las instalaciones sanitarias más elementales, uno de cada cuatro no tienen electricidad, uno de cada siete vive en zona de extrema pobreza, uno de cada ocho tiene hambre y uno de cada nueve no dispone de agua potable. Cada persona podría disponer de un ingreso medio de 19 dólares al día, pero uno de cada vive con menos de 1,25 dólares al día.

Rafael del Peral, propone “actualmente vivimos en un mundo en el que consumimos de manera masiva, y ha llegado el momento de plantearse ciertas preguntas, como ¿por qué consumimos?, ¿quién se beneficia con mi consumo?, ¿a quién perjudica?”. Mientras Susana Rodríguez refiere que “…ha triunfado en las últimas décadas un estilo materialista y egoísta que ha acabado por ocasionar un agravamiento de la desigualdad social que ha sido, con toda probabilidad, una de las causas de una crisis que, para algunos, no es solamente de carácter económico, sino también una crisis cultural, de valores”. Creo que en nuestro tiempo, cada quien reclama su derecho a consumir y, con ello, se va perdiendo la integración social por la actitud de un consumidor que rinde pleitesía a los caprichos o veleidades que estimulan la producción de objetos superfluos que no cubren necesidades primarias y vitales.

Francisco Coriñaupa en “Autoridad ¿Existe?: Consumismo, moda y otras fantasías capitalistas”, indica: “el sujeto postmoderno, o sea, construido socialmente a imagen y semejanza del capitalismo, se maneja entre el consumismo y el individualismo de forma muy natural, no teniendo que buscar alguna relación sino viviendo identificado a ella, y no solo a través de la economía, que da sentido al consumismo, sino por las ideas y claro, por la conducta que irradia de ellas, es decir la idea de vivir aquí, ahora y rápido, con la mayor satisfacción posible, y buscar la manera para hacerlo tangible, es lo ´normal´”.

Consumo y consumismo no es lo mismo. El primero implica satisfacción de necesidades. El segundo superficialidad, egoísmo, individualismo, injusticia, inequidad… vale la reflexión seria de este hecho en el que, a lo mejor, nosotros mismos estemos sometidos.


viernes, 10 de octubre de 2014

La Familia y la Vida se Defienden


Una Resolución del Consejo de Derechos Humanos emitida el 25 de junio pasado reconoce que la familia es el núcleo natural y fundamental de la sociedad, cuya responsabilidad primaria es nutrir y proteger a los niños a quienes brinda un ambiente y una atmósfera idónea de felicidad, amor y entendimiento que les permite un desarrollo completo y armonioso de su personalidad. Señala que la sociedad y el estado de cualquier país tienen el deber y el derecho de protegerla. Un dato curioso es que la resolución fue aprobada por 26 votos contra 14 y se suma seis abstenciones, entre ellas la de Perú.

 ¿Por qué Perú se abstuvo de votar a favor de la resolución? La resolución fue redactada en base a documentos suscritos por el estado peruano tales como la Carta de las Naciones Unidas y la Declaración Universal de Derechos Humanos y la Declaración, entre otros documentos a cuyos límites se adscribió en Perú. Entonces ¿Cuál fue la razón de fondo?

Es curioso, al revisar los antecedentes y la coyuntura hasta el momento de la aprobación de la resolución de la ONU, en nuestro país, se discutían dos temas relacionados con la estabilidad de la familia: el matrimonio entre homosexuales y el aborto terapéutico. En ambos casos se conocieron las posturas de los agentes políticos del gobierno y de la oposición política. Pero hubo, también, espacio para la expresión de la opinión de otras instituciones y personalidades que públicamente se definieron a favor o en contra. El debate se cerró abruptamente debido a la violencia expresada y la incomodidad que su discusión provocó en la clase política. Dígase de paso, fue un debatillo cargado de muchas emociones y poco conocimiento, de muchas marchas y pocos foros académicos, de mucho interés mediático y poco compromiso moral. La posición del estado no se dio a conocer oficialmente y su presencia resultó débil y ambigua. No se le vio asumiendo el rol que le da el derecho internacional como entidad protectora de la familia. Se notó, por el contrario, un deseo (acaso una política) de apoyar la posición abortista y el matrimonio homosexual; dígase de paso, la más altisonante, “victimizada”, colorida, intolerante de las posiciones.

Ya la resolución, al hacer la definición de familia, indicó tácitamente la inexistencia de varios tipos de familia y dio como característica de su origen la unión natural, vale decir, respaldó el origen de la familia en la unión entre un hombre y una mujer. Esto significó un duro golpe a quienes pretenden inventar matrimonios y familias a partir de la unión entre personas del mismo género.

Un comentario personal. Es bueno que Perú sea uno de los últimos países en que se viene realizando el debate de mediadas “antifamilia” y “antivida”, pues hemos podido ver lo que ocurrió en otros dondeen se desarrollaron medidas y políticas en favor de aborto y el matrimonio gay. La Corte Suprema de EEUU viene suprimiendo temporalmente, para ser estudiadas, las normas que permiten matrimonios gay en varios estados de la “gran nación americana” debido a sus negativas e inesperadas consecuencias. Las uniones libres y su consecuente falta de compromiso hacen, a las “modernas” sociedades europeas, añorar los valores familiares. En Perú, más del 70% de personas están en contra de ambas medidas. La minoría es más bulliciosa, pero es minoría. Reclamo, desde esta tribuna, se dé a conocer la posición del gobierno peruano respecto de ambos temas y que dicha posición sea representativa de la voluntad de la inmensa mayoría de peruanos.

   

martes, 7 de octubre de 2014

La Historia y Su Nuevo Aliado, El Cine

Fernando Martínez Gil, Maestro de la Universidad de Castilla – La Mancha, ha realizado el interesante estudio titulado “La Historia y el Cine: ¿Unas amistades peligrosas” (2013) en el aporta interesantes ideas acerca de la novedosa interacción entre la Historia y el Cine. Por el uso, casi cotidiano, de vídeos y películas históricas en instituciones educativas escolares y superiores me parece recomendable trascribir las más importantes ideas del trabajo de Martínez.

Sobre el inicio de esta interacción, Martínez afirma que en el pasado la historia y el cine se trataron con recelo e incluso con desprecio. En las dos últimas décadas la historia ha descubierto al cine no solamente como un recurso didáctico hoy accesible y lleno de posibilidades para recrear y explicar el pasado, sino como un auténtico documento necesario para investigar y comprender el siglo XX. Pero la imagen en movimiento presenta unas características propias que exigen un tratamiento distinto al de los documentos escritos, tanto por parte del profesor que la utiliza en sus clases como por el investigador que se sirve de ella para documentar su trabajo.

Sobre el uso intencional de los aportes del cine histórico, indica que la historia, superando el positivismo, ha ampliado el concepto de fuente a todo vestigio que proporcione información sobre el pasado, lo que incluye como tal desde un paisaje a un objeto artesanal, desde una obra artística a una fotografía y, naturalmente, a la imagen en movimiento. La insistencia de los recientes planes de estudios académicos en la innovación docente ha hecho el resto, en un momento en que el acceso al patrimonio cinematográfico acumulado a lo largo del último siglo se ha democratizado hasta límites insospechados gracias a la difusión del vídeo, el DVD e Internet. No se puede pedir a una película ambientada en el pasado que sea ante todo rigurosa y veraz, sino, en todo caso, verosímil.


Deja claro el hecho que la historia intenta aprehender un pasado que ya no existe; y no lo hace reproduciéndolo “tal como era”, como pretendía el positivismo, sino interpretando los vestigios que se han conservado de ese pasado ya desvanecido mediante la aplicación de una metodología transparente y avalada por su rigor. Para llevar a cabo su tarea el historiador se sirve de la crítica textual y de la densidad argumentativa que le proporciona el lenguaje escrito, con su capacidad analítica, sus excursos y citas de autoridad. La historia es, pues, ante todo rigor en su acercamiento a la realidad. Pero no solamente eso. Está obligada a ser creativa.

El cine también remite a la realidad, puesto que la representa o incluso la suplanta. Pero, al ser forzosamente una obra colectiva y un producto comercial que es preciso financiar, el rigor suele supeditarse a la necesidad de amortizar la inversión, por lo que una película debe entretener y satisfacer los gustos y las expectativas de la crítica y del público, de la sociedad a que se dirige; y en virtud de ello el cineasta ha de respetar todo un cúmulo de convenciones que limitan su libertad (los géneros, la censura o la autocensura, los límites de lo mostrable, etcétera) o bien subvertirlas.


Creo que una fuente histórica, cualquiera que sea su naturaleza, solamente puede ser interrogada de forma correcta y fiable si se la conoce por dentro, si se es consciente de sus especificidades, sus posibilidades y limitaciones. No basta, sin embargo, contentarse con su dimensión sincrónica y contextualizadora; es preciso también situarla diacrónicamente. Lo que quiero decir es que un historiador no ha de saber sólo mucha historia; ha de conocer de forma suficiente la historia del cine si es que piensa utilizar las películas como documentos que sustenten su investigación o su enseñanza. 

domingo, 5 de octubre de 2014

¿Somos corruptos?... ¡No soy corrupto! … ¿Y tú?


Corromper, según la Rae, significa “Alterar y trastrocar la forma de algo. Echar a perder, depravar, dañar, pudrir. Sobornar a alguien con dádivas o de otra manera. Pervertir o seducir a alguien. Estragar, viciar. Incomodar, fastidiar, irritar. Oler mal”. Entonces, la corrupción tiene una serie de acepciones que tocan las actividades más simples como las más complejas. No es correcto limitar el impacto de la corrupción únicamente a la actividad política o a la función pública, como solemos hacerlos. Este tiempo debe servir para sincerar los actos personales y grupales y ceñirlos al estricto uso de la moral y la ética.


Son corruptos los gobernantes que se enriquecen haciendo mal uso de presupuestos o dineros destinados para obras públicas. Los empresarios que ofrecen coimas de 10% para obtener ganancia. Los policías que se hacen de la vista gorda ante quien ostenta el poder y aplican el peso de su función solo a los más débiles de la sociedad. Los maestros que cobran a cambio de una nota aprobatoria o solicitan dinero por copias fotostáticas por encima de su costo real. Son corruptos los trabajadores que aceleran los trámites para sus conocidos y demoran más de lo debido para aquellos que no conocen o les resultan incómodos.

El corrupto se edifica un ficticio castillo amurallado, con ladrillos de dinero, cemento de inmoralidad y bases de sufrimiento ajeno; dentro del cual habita “el hombre fuerte” (realmente frágil) en un ambiente que le da “seguridad” con la sensación de intocable y un “selecto” grupo de ladronzuelos que corean en coro su nombre, asienten ante cualquier idea de su líder “Non Plus Ultra” y recogen las migas y las sobras que su jefe deja caer.

Son corruptos los pastores que hurtan los diezmos de sus fieles y los sacerdotes que hacen mal uso de las limosnas. Los comerciantes que cobran de más y dan menos peso del debido. Es corrupta la empleada del hogar que roba sistemáticamente los bienes de sus jefes. El médico que, para “dar un mejor servicio”, te sugiere lo visites en su consultorio particular y no en el hospital público. Es corrupto el periodista que vende su conciencia tergiversando la realidad y poniéndose al servicio de intereses deshonestos convirtiéndose en la voz o la palabra escrita de la maldad.

La corrupción se convierte en un mal endémico cuando invade nuestra conciencia y anula nuestra actitud ante ella. Pensamos, erróneamente, que es imposible hacer algo contra ella, creemos que es más la gente indecente que la honrada, seria, honesta y responsable. ¡Estamos equivocados! El bien siempre derrota al mal y para eso se hace preciso dar batalla. Creo que la nueva corrupción, es la del silencio indiferente que termina tomando forma de permisividad cómplice que nos separa un espacio en aquel castillo del que hablé líneas arriba.


A cada uno le toca dar lucha en la pequeña parte de la sociedad que nos toca transformar. Sea el mercado, la escuela, la universidad, la iglesia, el hospital, la oficina, la fábrica, la empresa, los medios de comunicación… la labor dejó de ser de procuradores o contralores que también, sospecho, deben ser controlados. La labor es tuya y mía. Es urgente. Es la lucha de este tiempo.


Leí el poema “Corrupción” escrito por un estudiante español en medio de las protestas por la crisis europea en la ciudad de Madrid, les dejo este extracto: “La corrupción aquí y allá se disfraza de legalidad/ tiene nombre y se llama impunidad/me ha tocado la puerta, más no entrará/la corrupción me sonríe/más, a mi vida, no la dejo entrar”. Habla o grita, cuando no hables escríbelo; di no cuando debas, construye un lugar seguro con la conciencia limpia. Destruyamos el “castillo” de los corruptos a fuerza de verdad, honradez, honestidad y caridad.

jueves, 2 de octubre de 2014

La vestimenta y objetos de uso femenino y su relación con la situación económica en el virreinato del Perú del siglo XVIII

Por: Carolina Pareja y Martín Cabrejos Fernández 

El virreinato del Perú constituido en 1542, después del sometimiento del Imperio Inca; abarcó Perú, Ecuador, Bolivia, Colombia, parte de Argentina y Chile. Francisco de Toledo, virrey del Perú, logra encauzar la situación y establecer un marco administrativo estable, que duraría todo el período colonial. La capital fue la ciudad de Lima, «Ciudad de los Reyes», mientras que el puerto del Callao, monopolizaba todo el comercio marítimo americano. Durante el siglo XVIII, de acuerdo a Fisher (2000) los principales, virreyes, fueron: Gabriel de  Avilés y del Fierro (1801-1806), José Fernando de  Abascal y Souza (1806-1816) , Joaquín de Pezuela y Sánchez Muños de Velasco , (1816-1821),  José de  La serna y Hinojosa (1821-1824).

El siglo XVIII estuvo lleno de reformas: La corona de España pasa de dinastía austriaca a borbónica, Francia tuvo una fuerte influencia en la Península. Las reformas borbónicas, se comprenden como un sistema metropolitano del rey Carlos III, para poder organizar nuevamente las colonias donde se facilita el tránsito a la modernidad. Además de acuerdo a Fisher (2000), el Perú borbónico comenzó alrededor de 1750, y aunque concluyó formalmente en 1824, varios de sus rasgos perduraron hasta 1850. Al final del primer gobierno de Castilla el Perú republicano comenzó a tomar su forma definitiva, en esencia tanto como en teoría. 

Sabemos que la sociedad colonial fue clasista, racista y esclavista. Notoriamente estratificada por el origen racial y la posición en el ámbito económico. Jurídicamente la sociedad colonial estaba dividida en dos repúblicas:

La República de Españoles es de origen europeo y la clase dominante. Constituido en tres estratos: La nobleza donde se encontraba la Peninsular (Burocracia) y la Indiana, los cuales son descendientes de los primeros invasores. Ambos poseen títulos de Nobleza. En la clase media se encuentra la Burguesía comercial, intelectuales peninsulares y criollos de relativa solvencia económica; Finalmente el Bajo Pueblo, donde se encuentran los españoles y criollos. La República de indios es el sector dominado, considerados vasallos del Rey y jurídicamente considerados como menores de edad. Después los indios comunes, sector explotado, y a su vez la clase productora y tributaria. Ambas estaban separadas con leyes diferentes, pero se emparentaron por medio del proceso de mestizaje biológico y cultural producido durante la colonia.  A pesar que la corona defendió las diferencias sociales de raza, el mestizaje racial se dio. Finalmente las clases marginales: los Mestizos, cruce entre el español y la india; Los Negros, reducidos a una vida de esclavitud.  Según Morales (2010), “El orden es la jerarquía frente a la igualdad, que es sinónimo de desorden”  

La economía hispanoamericana, durante el periodo borbónico, dio cambios sustanciales en el intercambio comercial entre Europa y América, mucho más en la intensidad de la distribución. Al igual que en los siglos XVI y XVII, en el XVIII América continuó siendo fuente de metales preciosos, principalmente de plata, esenciales para el funcionamiento del capitalismo moderno y financiar el comercio europeo con otras regiones del mundo, como el Lejano Oriente. La producción de plata peruana se mantuvo constante, en unos diez millones de pesos anuales, mientras que la Nueva España se multiplicó, llegando a unos 25 millones de pesos.  Debido a este progreso económico y  la influencia de Francia la sociedad limeña se involucró en su aspecto novedoso: La moda.  

Según Alva (2009) “Es a través de los testamentos que se da a conocer que las cantidades de prendas utilizadas en esta época y que se utilizan prendas más caras y lujosas. Se puede decir que en el mercado limeño existía una demanda más amplia por las telas importadas; Eventualmente en los tejidos de seda franceses se ganaron una reputación de máxima calidad y “de allí que dentro de los productos rematados por la expedición Martinet, en 1719, durante el gobierno del virrey príncipe de Santo Buono, destacarán nítidamente: bretañas (439 037,034 pesos), ruan (396 796,622 pesos), cambray (58 840,188 pesos), encajes (54 699,545), paño (46 703,292 pesos), tafetán (54 463,834 pesos), seda (29 426,125 pesos), raso (13 141,126 pesos).”

El rol de la fortuna, la economía y el poder fueron siendo más importantes cada vez en el aspecto social durante ese periodo, por ende según Alva (2009), “Fue necesario un mayor despliegue de lujo y poder por parte de la población, Lima fue sin duda una de las capitales más refinadas de Hispanoamérica colonial”.

La dinastía borbónica tendrá peso en este cambio. Durante el siglo XVIII el rey Felipe utilizaba color negro, símbolo de elegancia, mientras que en Francia se utilizaban ya los colores brillantes y esto llegaría a España, es así como se notó la influencia del cambio borbónico en la moda limeña. Según O’Phelan (2007) “Con la dinastía borbón se introducen los denominados «trajes de corte», conformados, en el caso del atuendo femenino, por la saya del siglo anterior —falda con pliegues acolchados que ahora podía llevarse hasta media pierna o prolongarse hasta los tobillos— a lo que se agrega la camisa o jubón, pero modificándose algunas de sus características: las mangas se llevan a medio brazo (aunque se les aplican encajes y blondas en un afán por cubrir la piel), el escote se vuelve redondeado dejando al descubierto el cuello y el pecho, favoreciendo estos diseños el uso de gargantillas, collares, brazaletes (…) , Con esto, podemos inferir que las joyas llegan a ser tan importantes, como el vestido,  ya que son estas las que demuestran el estatus económico de la mujer que lo lleva».

Las esclavas tenían que vestir bien, incluso en el tema de las joyas, porque eso daba la apariencia de tener suficiente dinero, como para vestir bien a sus sirvientes. Así como lo señala Alva (2009), el lujo en las vestimentas fue uno de los principales medios de la sociedad limeña del siglo XVIII ya que con esto, se manifestó el honor y estatus.  Este manifiesto fue principalmente por las mujeres, ya que fueron las que expusieron esta tendencia.

El vestido, ha sido un elemento de distinción y cumplió un papel importante dentro de Hispanoamérica en el siglo XVIII,  esto influyo mucho en la consideración social, mucho más un dentro del periodo colonial, esto incluía la venta de telas, y según O’Phelan es así como el papel de la mujeres como consumidoras se consolida en el siglo XVIII. Sin embargo la moda francesa influye de manera radical en la colonia limeña, incluso existe la necesidad  de las mujeres vuelvan al tradicional modelo de austeridad, diseñado para ellas. Existe un tipo de derroche y empezó a ser criticado, este lujo fue condenado ya que implicaba vanidad y ostentación; Se dio mucha más crítica a la mujer debido al papel que ella estaba dejando de cumplir, el de una mujer conservadora, y dedicada totalmente a la familia.  Este cambió también se vio reflejado y criticado debido al poco recato exhibido que presentaban las mujeres en su vestir: pronunciados escotes y la reducción de mangas.

Conclusión


Habiendo analizado la información de diversas fuentes, se concluye que la vestimenta y los objetos personales de la mujer durante el siglo XVIII, en la ciudad de Lima tomaron un papel fundamental en cuando la relación de estos objetos con el estatus económico, debido a la importancia del honor y las apariencias durante la época colonial. También la importancia de las reformas borbónicas y la influencia que estas tuvieron en el periodo y esto hizo que los hábitos de consumo en las mujeres aumentarán en el sentido que se consume más telas importadas desde Francia. Finalmente que mientras más se daba a conocer la fortuna de la persona, mucho más se podía ver reflejado el estatus económico de la persona, el cual era sumamente importante en esta época. 

Referencias:

O’Phelan S. G. (2007) La moda francesa y el terremoto de Lima de 1746 en Bulletin de l’Institut Français d’Études Andines. Lima: Perú.  Ed. Instituto Francés de Estudios Andinos.

Ferradas L. (2009) “Los Objetos de mi Afecto: La Importancia del Vestuario y Trastes Mujeriles en el Mundo Femenino en Lima de Fines del Siglo XVIII”.(Tesis de maestría, Pontificia Universidad Católica del Perú). Recuperado de http://tesis.pucp.edu.pe/repositorio/bitstream/handle/123456789/76/FERRADAS_ALVA_LISSETTE_OBJETOS_DE_MI_AFECTO.pdf?sequence=1

Fisher J. (2000) EL PERÚ BORBÓNICO 1750 – 1824 [Versión de IEP Ediciones] Recuperado de http://archivo.iep.pe/textos/DDT/peruborbonico.pdf

Morales Cerón, C. (2010) “Teoría política y fundamentos del poder real en el Virreinato del Perú” (siglos XVI-XIX) Lima: Perú. Ed. Universidad Nacional Mayor de San Marcos 

Historia Regional e Historia de la Iglesia en Lambayeque: Una propuesta de Investigación

La necesidad de conocer en profundidad las particulares características de cada provincia, distrito, pueblo o caserío de nuestra región, es lo que ha permitido que, en la actualidad, los hechos de la Historia Regional de Lambayeque sean solicitados cada vez con mayor interés. Sin embargo, los contenidos propios de una Historia de la Iglesia en Lambayeque no son tratados con suficiente atención. Examinar la Historia de la Iglesia en todas las etapas históricas y en cada lugar de nuestra región al mismo tiempo es una actividad inabarcable. 

Considero que es tiempo de planificar integralmente esta tarea que debe considerar lugares, tiempos y hechos concretos, la búsqueda de fuentes históricas, análisis, relación, comparación, contraste y sistematización de sus contenidos; para la redacción de una Historia de la Iglesia en Lambayeque. En esta labor, que a mi entender debe ser liderada por la Diócesis de Chiclayo, deben participar investigadores locales (de preferencia), además de instituciones civiles diversas, en especial, las universidades de la región.


Coincido con José Jesús García Hourcade y Antonio Irigoyen López, maestros de la Universidad Católica de Murcia, quienes afirman, en “Historia, Iglesia e Historia de la Iglesia”, que “La historia es fundamental para el cristianismo... El cristianismo es fundamental para la historia de Occidente... La situación actual de los estudios sobre la historia de la Iglesia, en muchas ocasiones, no es coherente con las dos primeras afirmaciones”. Estimo que ha llegado la hora de reconocer la importancia que tiene para nosotros la historia objetiva externa e interna de la Iglesia y el cristianismo a lo largo del tiempo.

El Dr. Pablo Arce Gargollo, Presbítero español y especialista en el tema, refiere “Llaman la atención los hechos admirables de santidad que encontramos en la Iglesia a lo largo de la historia. Hay también, ciertamente, errores, miserias y flaquezas de los hombres, consecuencia de la resistencia de algunos al amor de Dios… Sin embargo, es importante señalar que estas deficiencias humanas, sólo empañan un poco la faz de la Iglesia… “. Me queda muy claro que la evangelización de nuestra tierra, la relación con la población de todos los tiempos, la religiosidad popular, la participación de la Iglesia en educación, salud y tareas sociales, entre otras actividades, merecen ser conocidas en detalle por los lambayecanos del presente y del futuro.


La Historia de la Iglesia de Lambayeque debe permitirnos conocer la evolución de este cuerpo o institución en su orden interno y sus relaciones externas desde su instalación en nuestro espacio geográfico durante el tiempo de la conquista española; conocer los hechos en los que participó de manera objetiva e imparcial sin prejuicios y con el deseo de mostrar siempre la verdad. 

Hay mucho por hacer. El trabajo principal será examinar y reproducir con fidelidad las fuentes transmitidas por la Historia de la Iglesia. Se deben conocer los repertorios o bibliografías de carácter general, nacional y regional, así como las colecciones de documentos existentes al respecto. Hará falta filólogos (para la reconstrucción e interpretación de documentos), especialistas en Diplomática, estadística, arqueología, arte cristiano, geógrafos… todos son necesario en esta tarea de suma importancia para nuestra historia.


Qué duda cabe, Lambayeque es un pueblo que vive la fe cristiana de manera intensa y dinámica desde hace más de cuatro siglos. Es tan necesario conoce sobre personajes, como de hechos y de instituciones, entre ellas, la más importante por su presencia, impacto y compañía es la Iglesia Católica. Invoco con mucha humildad la consideración de mi propuesta.