lunes, 9 de julio de 2012


Conoce tu Tierra y Conocerás el Mundo: El Porqué de  la Historia Local de Lambayeque

“Ante todo, la Historia es, en cada instante,
La memoria del género humano;
Proporciona a éste conciencia de sí mismo,
De su identidad, de su situación en el tiempo,
De su continuidad”.
Rafael Marín López
 (Historiador español)
Introducción
En los últimos tiempos se nota en el ámbito de nuestra región la divulgación de artículos y trabajos que muestran un, cada vez mayor, interés por la investigación de temas vinculados a la historia de nuestras provincias y región. León Tolstoi dijo “Conoce tu aldea y conocerás el mundo”. He querido titular el presente trabajo con una actualización de su idea que me parece pertinente e inspiradora.
Mucho se ha discutido sobre la necesidad de realizar este tipo de estudios. Hay quienes creen que no son necesarios pues parten de una visión localista y parcializada de la historia. Otros, en cambio, consideramos que enriquecen nuestra cultura e identidad; pues se ocupan de los valores ancestrales y, aun, de la cotidianidad que humaniza y hace pertinente, por su consideración social, a la ciencia histórica. Una idea es clara, la historia local no debe desvincularse de la historia general que fortalece nuestra cultura y nos une como nación.
¿Qué es la historia local? ¿Cuál es su importancia? ¿Cómo debe realizar su trabajo de indagación? ¿Qué debilidades muestra en los tiempos actuales? Estas interrogantes, entre otras, serán respondidas a continuación.


La construcción de la Historia Local de Lambayeque
La “construcción” de la Historia Regional de Lambayeque implica el reconocimiento de la existencia de realidades locales que necesitan ser estudiadas desde la perspectiva del nivel microhistórico de la Historia local. Este último, como forma particular y específica de la indagación e interpretación de una realidad determinada, permite el conocimiento de una mentalidad y una visión que coadyuvarán al análisis de realidades sociales más amplias, sean regionales, nacionales y mundiales o globales.
No tengo la menor duda que el surgimiento de los estudios de historia local en nuestra región significa una reacción ante la pérdida de identidad particular debido a los cambios socioeconómicos y políticos a partir del surgimiento de nuevas tecnologías, mentalidades y políticas de industrialización globalizadoras. El proceso no es reciente, se ha percibido desde hace muchas décadas. La necesidad de preservar los valores tradicionales, la cultura local, la herencia ancestral de nuestros pueblos, entre otros motivos, ha sido la fuerza inspiradora de ellos. Sobre lo anterior el historiador de la Universidad de Granada (España) Rafael Marín López en su trabajo de investigación “Notas sobre el concepto de historia e historia local” refiere que “la Historia local será percibida por muchas instituciones regionalistas como una manera de afirmar su personalidad y su pasado, un pasado que encontrara en el escenario medieval, mítico por excelencia, el espacio para descubrir sus libertades ciudadanas, la autonomía urbana, los fundamentos jurídicos e institucionales, el derecho privativo, las ordenanzas municipales, los gremios, la sanidad, el urbanismo, el arte civil y religioso y por supuesto, las biografías locales”.

Es indudable, el origen mismo de la historia local en Lambayeque está íntimamente vinculado a nuestra necesidad de conocer el pasado y fortalecer la conciencia histórica y la memoria colectiva. El historiador español Juan Antonio Lacomba (Universidad de Málaga – España) refiere al respecto que “Todo grupo humano tiene la necesidad social de alcanzar "una conciencia de su pasado", como "componente inevitable de su presente". El pasado cuenta "por lo que significa para nosotros"; es el "tejido fundamental" que constituye la "memoria colectiva". Desde un enfoque antropológico "el pasado histórico concreto y las etapas evolutivas de la sociedad son los ingredientes que habría que conocer en primer lugar para entender el fenómeno actual", la realidad presente. En consecuencia, importa "descubrir de donde venimos para saber quiénes somos". En este sentido, la ciencia histórica busca la reconstrucción de la memoria colectiva de un pueblo. De aquí que se pueda afirmar: "La historia es una relación activa con el pasado". En tanto que tal, la recuperación de la memoria histórica implica, siempre, la construcción de un imaginario colectivo”.
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Según el mexicano Luis Gonzales en “Pueblo en vilo. Microhistoria de San José de Gracia” (1971) la historia local (por el llamada “historia matria”) comprende la historia de nuestra “patria chica” que cuenta con un limitado espacio geográfico pero con un tiempo largo de existencia. Gonzales no puede evitar relacionar a la historia local con la antropología y la etnología. Sobre el estudio de las realidades locales y el rol de la historia local, Luis Gonzales señala: “indaga los avatares de un terruño desde su fundación hasta el presente. Pregunta por los sucesivos actores y acciones de la mini comunidad. Toma muy en serio la geografía, los modos de producción y los frutos del municipio. Le da mucha importancia a los lazos de parentesco y demás aspectos de la organización social. Destaca los valores culturales de los distintos tiempos. Se asoma a la vida del pequeño mundo a través de multitud de reliquias y testimonios”.

En “La Inserción de la Historia Local en la Historia General”, el historiador Juan Antonio Lacomba (Universidad de Málaga – España) nos dice “La investigación histórica trata de aclarar de donde se viene, como forma de entender mejor en donde se está y, con ello, plantear más adecuadamente hacia donde se quiere ir. Es la clásica interrelación pasado-presente-futuro a la que se han referido muchos historiadores…” La función social de la historia adquiere plena vigencia en la Historia Local. Esta realiza el estudio de una realidad comunitaria específica. Es, a su vez, un elemento de la Historia Regional y el segundo nivel con dirección a la Historia General.

Me parece pertinente aclarar mi posición con respecto a los niveles de estudio de la historia. El primer nivel de estudio de la historia es el personal: la historia de mi vida, el conocimiento de mi cuerpo, de mis emociones y sentimientos, la aceptación de mis experiencias, la realización de un proyecto de vida personal… ¡Este es el primer nivel de la historia! Se trata de conocer las experiencias exteriores a partir del conocimiento y aceptación de la primera y más importante experiencia interior: mi propia existencia. Luego vienen los demás niveles: la Historia local, la Historia Regional, la Historia Nacional, la Historia General.

En mi experiencia he podido notar que la historia local de Lambayeque ha perseguido siempre el objetivo de insertarse a la historia nacional (general). El “localismo” no ha sido una preocupación (a pesar de haber significado una innecesaria presión durante mucho tiempo) pues los estudios históricos serios han sido realizados con la debida objetividad que incluye el serio estudio de fuentes. Puedo referir los estudios de Jorge Zevallos, Julio César Fernández Alvarado, Ricardo Miranda, Enrique Bruning, Walter Alva, Teodoro Rivero, Pedro Delgado, entre otros.

La validación de estudios de historia local

Sugiero que validemos estudios de historia local que incluyan las aproximaciones de territorialidad o espacialidad, temporalidad o cronología y sistematización del tema específico. La territorialidad fijará los límites espaciales, la temporalidad nos ubicará en su desarrollo cronológico y la sistematización del tema específico nos mostrará el abordaje metodológico del problema de indagación. Todo lo anterior carece de sentido si no se hace un ensamblaje entre la historia local y la historia nacional. En este sentido, se ha señalado “que no sólo no hay contraposición entre lo "local" y lo "general", sino que existe ligazón entre ambos, lo que permite entender lo "local" como una pieza, singular o representativa, que forma parte de lo "general".

A continuación una crítica a algunos trabajos de historia local que se han venido y se vienen realizando en el contexto de nuestra región, en adelante señalo determinadas características que considero debilidades de dichos trabajos:
a)    Los “historiadores locales” son, por lo general, empíricos.
b)    No siempre es científicamente abordada. Por lo general hace excesivo uso de la anécdota y no presenta un estudio riguroso de fuentes primarias.
c)    Se ha reducido a crónicas. Se le presta atención solo en ocasiones festivas.
d)    Algunos trabajos o artículos de divulgación resultan ser plagio de un autor a otro que le precedió. Muchas veces se arrastran errores de los documentos originales.
e)    No todos los trabajos se realizan con el debido estudio de fuentes primarias. Las visitas al Archivo Regional de Lambayeque o bibliotecas de prestigio son cada vez menos frecuentes.
f)     No se apunta a la sistematización de una “Historia de Lambayeque” que se realice sobre la base de un serio trabajo de equipo. Ninguna institución académica lidera, hasta el momento, este trabajo.
La Historia Local de Lambayeque y la cotidianidad
El historiador Javier Ocampo indica que “La vida cotidiana es la vida de todo hombre y del acaecer diario de los pueblos; es la vida diaria, privada o colectiva del común de las gentes; es la vida de las familias en el interior de sus hogares; es la vida diaria de los pueblos en su acontecer cotidiano; es la investigación que se hace con los métodos histórico social, folclórico, etnográfico, antropológico y sociológico; una de sus expresiones es lo microhistórico y lo acontecimental”.

Es la historia de las áreas urbana y rural, de cholos, negros, blancos y mestizos… de los hombres y mujeres que viven en nuestro territorio. Desarrolla ideas o conceptos sobre vida, costumbres y tradiciones local y provincial. Es aquella que parte de la intimidad misma del hombre adentrándose en su propia privacidad. No se puede estudiar y, mucho menos, comprender la historia si no partimos del estudio y la comprensión de la historia personal del ser humano.

El lambayecano nace en el ámbito de una cultura de la cual recibe, directa e indirectamente, influencias de las tradiciones, creencias, costumbres y formas de vida transmitidas en su tiempo y espacio histórico como una herencia ancestral. Ni siquiera el mestizaje y la existencia de culturas foráneas han podido romper este ciclo dinámico que se recrea; por el contrario lo han nutrido y aun han logrado cambiarlo incluyendo características que testimoniamos solo para las personas de estos y posteriores tiempos.

Estudiar historia local permite conocer las manifestaciones de la cultura viva de Lambayeque. Cada tradición oral recopilada, cada festividad religiosa, las danzas, el lenguaje y los distintos términos (lambayecanismos) nos permitirán  reconocer permanencias, supervivencias y cambios en la historia de nuestra región. La historia local se relaciona, también, con los procesos económicos, sociales, políticos, culturales, institucionales, religiosos de nuestra región.

La Historia local y la Globalización

Consolidar la identidad local es una necesidad de inicios del tercer milenio. Esta consolidación permitirá que nuestra cultura no sea agredida por las tendencias de la cultura globalizadora de los actuales tiempos. La visión de “aldea global” de Mc Luhan significa actualmente una verdad en expansión.

Ocampo afirma: “en general de todo el mundo, están anhelantes de conocer las naciones, regiones, provincias y pueblos de todo el planeta. Siempre están preguntando: ¿Quiénes son Ustedes? ¿Cuáles son los fundamentos de su cultura espiritual y material? ¿Cuál es su folclor, sus costumbres, sus tradiciones? ¿Cuál es su comida, su vestido, sus danzas típicas, su música y en general, todos los aspectos de su cultura local, provincial, departamental, nacional? ¿Quiénes son y cuáles son los aportes de sus escritores, poetas, historiadores, científicos, líderes representativos de su región? En síntesis, el mundo quiere conocer quienes somos, cuáles son nuestras costumbres y tradiciones; la cultura superior, folclórica y popular; nuestra ontología o razón de ser; lo que somos, y las relaciones con otros pueblos del mundo”.   

            El mundo desea conocernos, necesitamos descubrirnos a nosotros mismos. El mundo se acerca con modernidad y nuevas formas de pensar. No podemos cerrarles la puerta, pero debemos afirmar nuestros valores y creencias para no vernos agredidos y, luego, asimilados. En esto la historia local tiene una responsabilidad insoslayable.



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