miércoles, 28 de diciembre de 2011

Apuntes Sobre Evolución Histórica de la Iglesia Católica Lambayecana

En una anterior investigación (“Apuntes sobre el inicio de la Evangelización en Lambayeque”, marzo del 2011) mencioné a Jefrey Klaiber, Sacerdote y Doctor en Historia, que en su obra “La Iglesia en el Perú” (PUCP – 1996) afirma: “… en buena medida, la Iglesia en el Perú, como en cualquier otra parte del mundo católico, ha sido influida, moldeada y condicionada por el medio social en el que existe. La Iglesia no vive aislada de la sociedad donde actúa. Aunque parece elemental afirmarlo, es necesario enfatizar el hecho de que hay una relación de influencia mutua entre la sociedad y la Iglesia”. Hoy con información obtenida de la “Monografía General del Departamento de Lambayeque” (1959) de Ricardo Miranda, es mi deseo presentar algunos datos históricos sobre la evolución histórica de la Iglesia Católica lambayecana, desde su establecimiento hasta la actualidad. Se trata de datos generales que pueden ayudar a la sistematización de la Historia de la Iglesia en nuestra Región. Existen vacíos que, de seguro, serán llenados en posteriores investigaciones dentro del proceso indispensable de escribir la Historia general de la Región de Lambayeque.
Sobre el inicio de la Evangelización en las tierras lambayecanas, Don Teodoro Rivero Ayllón, indica “En 1559 estaba ya autorizada y asegurada la fundación de la Iglesia y del primer convento bajo amorosa advocación de Santa maría del Valle de Chiclayo… la adoctrinación o evangelización de estas tierras la inician los discípulos de il poverello de Asís”. Pero la evangelización de los pueblos de nuestra región se había iniciado algún tiempo antes. En 1533 viene desde Cajamarca, a pie, un sacerdote franciscano “ganoso de decir la Palabra de Cristo entre los indios de Cinto y Collique”; el primer evangelizador de nuestra tierra fue el Padre Alonso de Escarcena, llamado por Diego Córdova y Salinas, en su Crónica de 1651, uno de los  “Doce Apóstoles de San Francisco”. La ruta del Padre Escarcena incluyó, posteriormente, los pueblos de Huanchaco y Mansiche (Trujillo); a dichos lugares llegó desde Chiclayo “a pie y descalzo, siguiendo el camino de la orilla del mar”. Chiclayo fue, según Córdova y Salinas, el segundo lugar del Perú donde se escucha el mensaje del Evangelio; el primer lugar había sido Cajamarca.
En 1563, destacó el fruto de la evangelización, cuando en Zaña se edificaron notables Iglesias y conventos como “San Francisco”, “La Merced”, “San Agustín”, “Santa Ana”, “San Juan de Dios”, “Santa Lucía”, etc. Además, desde aquella villa, la presencia preclara de Santo Toribio Alfonso de Mogrovejo, tan venerada por todos los lambayecanos, fortalece nuestro cristianismo.
El primero en dar razón escrita de la Jurisdicción Eclesiástica en el Departamento es el Iltmo. Arzobispo de Lima, Santo Toribio Alfonso de Mogrovejo en 1593. En el informe de su visita pastoral por nuestra tierra, llama a nuestro lugar Chiclayo e indica: “En el pueblo de San Francisco de Chiclayo consta por testimonios del Escribano y Corregidor, encontré 770 indios tributarios, en los cuales entran los indios que están reducidos en el pueblo de San Miguel y en el pueblo de Eten”. La primera Orden Religiosa en Lambayeque fue la de los Padres Franciscanos cuya influencia sería notoria.
Siendo parte de la jurisdicción del Obispado de Trujillo, es necesario anotar que la catedral de Trujillo fue erigida, según Ricardo Miranda, el 14 de octubre de 1616 “con las provincias de Trujillo y Zaña, Cajamarca con sus dos partidos, Huambos y Huamachuco, Chachapoyas, Cajamarquilla, Pataz y Luya, Chillaos, Jaén y Piura”. En aquel tiempo fue Obispo de Trujillo Fr. Francisco Díaz Carrera y, años más tarde, Fr. Pedro Luque, quien vino trasladado de la Diócesis de Puerto Rico.
El 14 de febrero de 1619, a raíz del terremoto que devastó la ciudad de Trujillo y que fue llamado “terremoto de San Valentín”, el Obispo y su cabildo se trasladaron a la ciudad de Lambayeque, oficializando la nueva sede con Auto del 10 de marzo del mismo año. Según el cura Antonio de la Calancha, como consecuencia del terremoto murieron 350 personas y se produjo una plaga de grillos y ratas. La tierra tembló durante quince días. Días después, el Virrey del Perú Francisco de Borja y Aragón, conocido como Príncipe Esquilache, ordenó al Obispo Díaz Carrera restituir a Trujillo como sede de la Diócesis; la orden no pudo ser cumplida por el fallecimiento del Obispo el 25 de abril de 1619.
Según Ricardo Miranda, en 1760, la Provincia Eclesiástica de Zaña, comprendía los siguientes dieciséis Curatos:
1.    Villa de Zaña (con el anexo de Chérrepe).
2.    San Juan de la Punta o de Los Ingenios (con anexos de dieciséis haciendas).
3.    Jayanca
4.    Pacora (con el anexo Mórrope).
5.    Illimo
6.    Mochumí (con el anexo Túcume).
7.    Ferreñafe
8.    Lambayeque (con cuatro curatos en la misma población).
9.    Chiclayo.
10. Monsefú.
11. Reque.
12. Mocupe.
13. San Ildefonso o Pueblo Nuevo.
14. Chepén.
15. Jequetepeque.
16. San Pedro de Lloc.
Cuatro años después, en 1764, la lista sube al número de veinte; destacando los nuevos curatos de San Miguel de Picci y Eten.
Llama la atención la siguiente referencia de Ricardo Miranda “Por Cédula del 1 de febrero de 1753, estaba prohibido que para el desempeño de los curatos se eligiesen frailes; y solo por excepción, dejose el curato de Chiclayo servido por uno de los frailes franciscanos, cuyo convento existía ubicado en dicha población, desde fecha remota”. Es necesario aclarar que por aquel tiempo existía una controversia entre el clero secular y la Orden franciscana por el control de los curatos de indios en toda América y no solo en el Perú. La investigación de Adriana Rocher Salas de la Universidad Autónoma de Campeche en México, acerca de la política eclesiástica regia, indica “Son innegables la gran influencia de los frailes sobre la población indígena como el interés de la corona, manifestada en una política eclesiástica regia, por limitar la autonomía y el poder del clero regular fortaleciendo las posiciones del clero diocesano a través de la secularización de los curatos administrados por los religiosos”.
El 25 de febrero de 1778, es nombrado Obispo de Trujillo Don Baltasar Jaime Martínez Compañón y Bujanda. Fue ungido por el Arzobispo de Lima en su casa de Miraflores y tomó posesión del cargo el 13 de mayo de 1779. Consciente de la necesidad de visitar su jurisdicción, inició esta labor el 9 de abril de 1780 iniciándola por la Iglesia Catedral de Trujillo. Según José Gómez Cumpa, en su trabajo “La Provincia de Chiclayo en el Siglo XVIII”, “(Martínez Compañón) Hasta febrero de 1781 termina de visitar las parroquias y el Seminario de la Ciudad de Trujillo, iniciándose la visita eclesiástica de los curatos de su jurisdicción. A mediados de 1782 se hallaba en Cajamarca de donde pasó a Moyobamba, por la ruta de Chachapoyas, a la que también visitó; recorre así las lejanas provincias de los Motilones, Lamas, Chillaos y Jaén de Bracamoros, hacia el Norte, llegando a Huancabamba en febrero de 1783. Continúa por Piura llegando por último a la ciudad de Lambayeque, a los pueblos de Chiclayo, Ferreñafe y parroquias vecinas. Llega así el ilustre prelado el 7 de Junio de 1784, tal como se registra en el auto de la Visita que se conserva en el Archivo Episcopal de Chiclayo”.
De la visita del Obispo Martínez a nuestra tierra lambayecana podemos tomar la siguiente significativa información:
1.    Fray Antonio de Muchotrigo, responsable de la Iglesia de Chiclayo, fue calificado como “celoso, vigilante y fiel en el cumplimiento de sus obligaciones pastorales”.
2.  Se propuso la erección de escuelas y el ordenamiento urbano de las comunidades existentes.
3.  Indica Gómez Cumpa: “Entre las disposiciones de interés urbano en esta visita, el Obispo Martínez de Compañón, encarga en el primer capítulo que el cura de Chiclayo procure que los padres de familia ejecuten la propuesta que les hiciera el mismo Obispo de construir dos alcobas, ".la una para dormitorio de sus hijos varones, y la otra de sus hijas de 4 años en adelante afín de que desde dicha edad duerman separados de sus padres y los unos de los otros entre sí como pide la honestidad y el decoro". Lo cual evidencia cierta precariedad en las viviendas indígenas en la época, de la cual no tenemos mayores detalles.
4.    Se escribió información sobre el clima, producción, valores, industrias, comercio, riquezas y abundantes y curiosos datos estadísticos.
En 1783, de los casi veinticuatro mil habitantes de la provincia de Zaña, habían:
cargo
Chiclayo
Lambayeque
Ferreñafe
Zaña
Eclesiásticos
2
32
7
2
Religiosos
9
3
0
8
Total
11
35
7
10
            En cuanto los pueblos del Perú manifestaron sus deseos de independencia del poder español y el de Lambayeque se pronunció en diciembre de 1820 por la causa de la libertad; los frailes del convento de San Francisco de Chiclayo huyeron a España, a pesar de la garantía de respeto por parte de los líderes y residentes. “Establecida la República y al publicarse el Decreto de 28 de setiembre de 1826 (art. 7 y 8) por el que se disponía la supresión o clausura de todo convento que no tuviere ocho sacerdotes, se consideró entre los supresos al de San Francisco de Chiclayo”. Los frailes que quedaron en Chiclayo, unos se secularizaron, otros fueron a Lima y otros a españa.
Los curatos de Chiclayo, en 1862 fueron:
1.    Chiclayo.
2.    Reque.
3.    Eten.
4.    Monsefú.
5.    Zaña.
6.    Pueblo Nuevo.
7.    Jequetepeque.
8.    Guadalupe.
9.    San Pedro de Lloc.
10. Lagunas.
11. Chongoyape.
Los curatos de Lambayeque fueron:
1.    Jayanca.
2.    Ferreñafe.
3.    Incahuasi y Cañaris.
4.    Mochumí.
5.    Salas y Penachí.
6.    Motupe.
Sobre algunos de los templos más importantes edificados en la provincia de Chiclayo, podemos mencionar los siguientes:
1.    La Iglesia Matriz de Chiclayo o Convento de San Francisco.
2.    La “Iglesia Nueva” o Iglesia Santa María Catedral.
3.    La Capilla La Verónica: Construida por José Leonardo Ortiz, siendo gobernador de Chiclayo Don Enrique Vela. Intervinieron en los trabajos Don Vicente Gamarra “piquesito” y Don Dámaso Cosio. Se gastó la suma de cinco mil pesos. Fueron padrinos de la edificación el Vicario de la Provincia, el Padre Farfán, y la señora Jacinta Beltrán. El cura de Chiclayo era Don Manuel Vargas Machuca. Como dato anecdótico debo indicar que José Leonardo Ortiz pidió ser sepultado en la capilla (1871), hecho que no fue permitido por el alcalde municipal Don Francisco Quiñones y Lastres.
4.    La Capilla de Nuestra Señora de la Misericordia. Construida en 1908 por el fraile franciscano secularizado Antonio Rodríguez, con permiso del Obispo de Trujillo Monseñor Ismael Puirredón. Fue anexada a la capilla La Verónica desde 1914 por el Obispo García Irigoyen.
5.    La antigua Capilla de Patazca. Construida en 1863 por los hermanos Manuel y Fermín Bullón y entregada a Fray Masía y varios misioneros descalzos que habían venido acompañando al Obispo Francisco Orueta y Castrillón. Se colocó una cruz y fue destruida en 1934, año en que la Beneficencia Pública de Chiclayo procedió a urbanizar los terrenos.
6.    La Capilla de Las Mercedes. Construida al interior del hospital del mismo nombre por el arquitecto Víctor Mora.
7.    La Capilla de Chiclayo chiquito o Villa del sol. Construida por los negros liberados, durante el gobierno de Ramón Castilla, que decidieron radicar en Chiclayo. Actualmente se encuentra en la esquina de las calles Leticia y Arica. En ella se puede observar la famosa cruz de Chiclayo chiquito que fue objeto de veneración en el siglo XIX.
La Diócesis de Chiclayo, independiente de la Trujillo, fue creada por Bula de S.S Pío XII el 17 de diciembre de 1956 “en la misma fecha era trasladado de Huancayo a Chiclayo, el Obispo Monseñor Daniel Figueroa Villón, quien entró en posesión de la Diócesis por medio de su Vicario General Monseñor Jerónimo Mondoñedo, en febrero de 1957, haciendo su entrada solemne en la sede el 28 de abril del mismo año”.
Al momento de su fundación, la Diócesis de Chiclayo según Ricardo Miranda, abarcó el departamento de Lambayeque y las provincias de Cutervo, Chota y Santa Cruz. Tenía treinta y tres parroquias reunidas en la rectoría de Chiclayo y tres vicarías foráneas (arciprestazgos): Lambayeque, Cutervo y Chota. La Diócesis de Chiclayo fue constituida como sufragánea de la Arquidiócesis de Trujillo.
En su artículo “Día de la Diócesis de Chiclayo” el Dr. José Antonio Jacinto Fiestas indica: “Ha tenido dos obispos diocesanos: Mons. Daniel Figueroa Villón (+30-01-1967) y Mons. Ignacio María de Orbegozo y Goicoechea (+04-05-1998). Sus restos mortales reposan en la Cripta del Santuario de Nuestra Señora de la Paz. También trabajó, primero como obispo auxiliar y luego como Administrador Apostólico, Mons. Luis Sánchez Moreno Lira (+28-09-2009). Actualmente, el territorio de la Iglesia Particular de Chiclayo comprende cuatro provincias: Chiclayo, Lambayeque, Ferreñafe y Santa Cruz (provincia del departamento de Cajamarca). En total, suman 18 226 km² y tiene 1218 habitantes, de los cuales el 91,5% son bautizados (Cfr. Anuario Pontificio 2007). Está dividida en 47 parroquias, agrupadas en 5 decanatos o arciprestazgos: Zona Centro, Zona Norte, Zona Litoral, Zona Cooperativas y Zona Sierra. El 7 de abril de 1963 fueron desmembradas las provincias de Chota y Cutervo para erigir la Prelatura de Chota. El cuidado pastoral de la diócesis se encomienda al obispo “con la cooperación del presbiterio”. En la diócesis hay 82 sacerdotes (= presbíteros) seculares y 27 sacerdotes religiosos. Además, también trabajan en la evangelización miembros de otras instituciones eclesiásticas: 3 Comunidades de Monjas contemplativas, 40 Comunidades de Congregaciones Religiosas y Asociaciones, un Instituto Secular (de Las Cruzadas de Santa María), 8 Movimientos Apostólicos y la Prelatura Personal de la Santa Cruz y Opus Dei”.


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