domingo, 19 de abril de 2009

"Cerro Mulato"en Chongoyape: Tradición y misterio


http://www.youtube.com/watch?v=dGWrrYlIVu4




Chongoyape es “La tierra del sol y la alegría” según la letra de su Himno. Aunque este hermoso Distrito tenga un nombre que, paradójicamente, significa “Corazón triste” ó “Corazón que llora” en idioma quechua; su paisaje pleno de verdor, su belleza natural y riqueza arqueológica lo convierten en un lugar encantador y lleno de misterios.
Dispuestos a constatar el valor histórico de la zona, vincularse con el entorno geográfico regional y valorar las costumbres y tradiciones de nuestro pueblo, más de medio centenar de estudiantes de la Escuela de Derecho de la Universidad Católica “Santo Toribio de Mogrovejo” liderados por el Profesor Martín Cabrejos Fernández realizaron un viaje de estudios a dicha localidad como parte del Proyecto “Cerro Mulato: Zona de tradición y misterio”.
Chongoyape se encuentra a 60 Km. de Chiclayo y cuenta con una población aproximada de 22 000 habitantes. Rodeado por los Cerros Mulato y Chaparrí, el distrito es puerta de ingreso de Lambayeque para chotanos y cutervinos. Su clima es cálido, seco y con lluvias entre los meses de diciembre y marzo. La población se dedica, principalmente, a la agricultura de arroz, caña de azúcar y maíz.
En el distrito, los miembros de la delegación, fueron recibidos por el R.P Luís Díaz Latorre quien mostró los encantos de la Parroquia “Santa Catalina” tales como su hermoso retablo diseñado en el siglo XIX y documentos históricos de más de 130 años de antigüedad que llamaron la atención de los visitantes. La parroquia celebra cada año las festividades de la “Cruz de tres de mayo”, “Cruz de Chalpón”, “San martín de Porres” y la procesión del “Niño Dios” en el mes de diciembre.
La Municipalidad de Chongoyape se sumó al acto de bienvenida proporcionando información histórica y turística de la zona. Se mencionaron lugares de trascendencia histórica y turística del distrito como Cerro Mulato, Paredones, Tabacal, la pequeña capillita de “La beatita”, Tinajones y la Reserva ecológica de Chaparrí. La exposición incluyó sabrosos potajes como el arroz con pato, el espesado, seco de cabrito, los bizcochuelos, las bizcotelas y la chicha de jora. La disertación tan clara como valiosa por la diversidad de información brindada, se realizó en los ambientes del Palacio Municipal y estuvo a cargo de la señora Mercy Paredes, funcionaria de la comuna.
Concluida su visita al área urbana del Distrito, la delegación hizo su programada visita al “Cerro Mulato” para realizar el reconocimiento y observación del sitio arqueológico. Encontramos, imponentes, cerca de 400 petroglifos distribuidos en diferentes piedras sobre el cerro. Se estima que tengan una antigüedad de hasta 6000 años. Aplicaron en el lugar la técnica del “Calco de Petroglifos” logrando asombrosas imágenes que motivaron la admiración de los estudiantes respecto a su pasado y el compromiso necesario para cuidar y preservar los sitios históricos y arqueológicos de la Región Lambayeque. Nos topamos con aves como los arroceritos, tórtolas, chisco y chiclón; lagartijas y muchos zancudos.
Luego de la expedición los estudiantes y maestro responsable preparan la realización de una muestra fotográfica y de recursos históricos y arqueológicos de Chongoyape para fines del mes de Mayo. Se mostraran ceramios, documentos antiguos de los archivos parroquial y municipal, fotografías antiguas del distrito e imágenes del viaje realizado. Es necesario abrir las ventanas de las aulas universitarias y mostrar a los estudiantes la historia perceptible de nuestro pueblo en contacto con sus fuentes vivas, La riqueza y la grandeza de lo nuestro.

"Caballitos de totora"



Un caballo de totora es gacela intemporal, sobrecoge su diseño y su porte sin igual. Embarcación construida con tallos y hojas de totora, desde tiempos muy lejanos ornamenta nuestras costas. Transporta un solo navegante con todos sus aparejos, hace más de tres mil años, tanto a jóvenes y viejos.
Son totorales, humedales y balsares, los antiguos “Ojos de agua” o wachaques que en el litoral, a las naves, dan el rústico material convirtiendo al cholo humilde en un hombre colosal.
Te han tejido manos cholas para muy duras faenas, puesto al sol, frente a la orilla, vas contándome tus penas: “Llevo a un recio hombre a distancias alejadas y, olvidándome en la arena, de mala forma me paga. Me siento solo en las noches pues no tengo utilidad, yo debo estar en las olas, esa es mi necesidad”.
A la mañana siguiente… llega el porteño recio con su cordel en la mano, seguro avanza en tu lomo a cosechar su pescado. Tu generoso esperas y respetas su presencia, sabes que con paciencia podrá repletar su cesta.
Tiempla el cordel para el voleo, lo hace serio y con estilo, no puede hacerlo distinto, ¡Hay que tomarlo en serio! Lanza unos cuarenta metros, directo a las profundidades, el mar se encarga del resto y le da sus bellos ejemplares.
Luego, caído el sol y culminada la faena, retornas hasta la orilla con un gesto de alegría. ¡Hasta mañana! Piensa el cholo, lo dice mirando al inmenso, tú sonríes ante el gesto del bravo y recio porteño.
Son símbolo de identidad y gran valor histórico, herencia de los ancestros y de un pasado heroico. Los mochicas y chimues, los incas y todos los cholos presentamos mil respetos al “Caballo de totora” símbolo que el pueblo añora para pasear en las aguas, tomar el sol con sus manos, navegar para siempre y, como de fe, poner su destino al frente.