sábado, 16 de mayo de 2009

Algo más sobre huacas y huaqueros


La palabra “huaquero” deriva del término quechua “wak’a” que significa sagrado y, aunque popularmente se usa para designar en nuestro tiempo a los enterramientos prehispánicos, una Wak’a podía ser una piedra, una cueva, un árbol, un cerro, un lago, en general un sitio de significación sagrada.
En nuestra región los restos arqueológicos de este tipo están intimamente vinculados con las tradiciones, costumbres y creencias locales. De manera que mucho antes que cualquier trabajo de indagación arqueológica los pobladores habían tomado conocimiento y posesión del lugar.
Las huacas, según la tradición, son edificaciones de los “gentiles”, antes de la cristianización española. El término “gentiles” proviene del hebreo “goim” o “gojim” que significa gentes o naciones con creencias distintas y por ello “infieles”. El gentil era idólatra (por extensión) y la idolatría no es admisible en la fe cristiana. Sin embargo es notable la manera en que actualmente ejercen influencia sobre la vida cotidiana del poblador de a pie. Hoy en día, cerca de las huacas, hay capillas como “marcando” la actual creencia cristiana de los pobladores. Y, como “Dios todo lo ve”, se deben hacer misas y rezos debido a la acción de los chamanes y huaqueros foráneos que las usan como altar de sus rituales paganos o como botín de su ilegal ocupación.
Desde hace mucho tiempo existe la costumbre de huaquear durante la “semana santa”. El día preferido es viernes santo, se piensa que “Dios está muerto y no ve”; esa es la razón del huaqueo en tales fechas e implica que muchas prácticas y creencias sincréticas continúen vigentes en diversas zonas de la región de Lambayeque. En este sentido, pienso que el sincretismo religioso en nuestra región se fundamenta en la reinterpretación o adscripción de antiguos significados a elementos nuevos; prometo tratar próximamente este tema con la intención de aclarar algunas ideas.
En lugares como Túcume o Sipán, los pobladores que se dedicaban al oficio eran concientes del carácter sagrado de las huacas. Los tucumanos se convirtieron en huaqueros económicos en otras huacas y lugares que no fueran los suyos. El trabajo del huaqueo en las huacas propias, fue una actividad muy ritualizada y de conocimiento comunitario, hoy en día no es realizado en zonas protegidas.
Algunos de los datos empleados en este y otros artículos forman parte de la tradición oral de los pueblos de Lambayeque. El investigador, Arq. Julio César Fernández Alvarado nos dice sobre la tradición oral en su trabajo “Cerros, huacas y encantos de la costa norte lambayecana del Perú”: “La tradición es una parte del folclor, y por ende del saber popular, sin el, no habría la continuidad de lo que hemos heredado del pasado ancestral. Dentro de este enfoque, una parte de la tradición es la fuente oral, la que se encuentra ejemplificada a través de los mitos, leyendas, cuentos entre otros relatos”.


1 comentario:

Aleyda Amakara Leyva Chévez dijo...

Gracias profesor.
Algunos de sus posts van en mi módulo de trabajo, claro indicando la fuente ;)