sábado, 27 de septiembre de 2008

El pan nuestro de cada día

Eladio Cabañero, poeta español y uno de los más importantes representantes de la generación de los cincuenta, inicia su hermoso poema “El pan” con la siguiente indicación: “Puesto sobre la mesa el pan premia y bendice”; luego agrega en la primera estrofa:


Poned el pan sobre la mesa
Contentaos y quedaos mirándolo
Para tocar el pan hay que apurar
Nuestro poco de amor y esperanza
.


De todos los alimentos que componen nuestra dieta, el pan es el más emblemático. Se anhela en las mesas más humildes y abundantes. Lo desean hombres y mujeres de toda raza y nación de generación en generación; quienes lo han convertido en un alimento intemporal y global.
Es un alimento con significado pues se incluye en relatos históricos y legendarios que lo contienen para explicar, en muchos casos, el origen, la evolución o la respuesta a circunstancias apremiantes de muchos pueblos de la tierra. Entonces, conocer la historia sobre el origen y la evolución del pan nos acerca a la comprensión misma de nuestras costumbres y tradiciones. Conocer sobre la historia del pan es, también, conocer algo más sobre nosotros mismos.
Se sabe que los egipcios fueron los primeros en elaborarlo hace 6000 a.C. al descubrir de manera casual la fermentación, aunque muchos atribuyen sus orígenes también al pueblo babilónico. En ambos lugares se han encontrado hornos cronológicamente contemporáneos.
El trigo es el elemento esencial, en la mayoría de pueblos, para la elaboración del pan. La palabra “Trigo” proviene del vocablo latino Triticum, que significa “Quebrado”, “Triturado” o “Trillado”.

Ved que el pan es rugoso y recogido
Y tiene los colores mas humildes
Y puede compararse a todas las virtudes
Y hasta a los cabellos blancos y piadosos de un anciano


Los egipcios molían el grano de trigo con dos piedras cilíndricas llamadas Rabi, agregaban agua con lo cual formaban la masa. La masa era colocada en moldes de tierra antes de ser cocinada. El Hori, así llamaban al exquisito pan suave que lograban gracias a la fermentación, era un manjar consumido únicamente entre los faraones. Finalmente los egipcios lograron más de 60 clases distintas de pan, muchos de ellos amasados también con leche o miel. Entre ellos tenemos el de centeno, trigo negro, avena, etc.
En Mesopotamia y Asiria se elaboraban galletas cocidas que se consumían con cebolla. Se sabe que “Los griegos elaboraban galletas de pasta sin levadura”.
Los hebreos consumían el pan ácimo que resulta de la mezcla de harina de trigo, cebada ó maíz con agua y sal. Este fue el tipo de pan que consumía el pueblo judío en su huída de los egipcios y lo llamaban Matzá. Hoy la tradición católica nos invita a comer la hostia que es “Un tipo de pan ácimo en forma de oblea” el cual, consagrado por intervención del sacerdote en el acto de la transustanciación “Admirable y singular conversión de toda la sustancia del pan en el cuerpo de nuestro Señor Jesucristo” según el Concilio de Trento en 1547, nos concede el alimento que nos lleva a la Vida Eterna, alimento verdadero y sin igual.


Poned el pan sobre la mesa
Junto al vaso con agua
Ponedlo con solemne esmero sobre la mesa
Por ese sitio donde el sol dora el mantel, hilo a hilo
Y decid a los vuestros que se sienten
A rezar el padrenuestro
De la comida en paz.

La expansión del consumo de pan se logró a través de las conquistas territoriales del Imperio Romano aunque en Roma tal consumo correspondía a los miembros de la aristocracia. Solo en la Península Ibérica el pan había sido anteriormente introducido por los celtíberos que eran una de las tribus celtas de dicha península y que tuvieron el control de la región hasta la conquista romana. En pueblos como India se consume, desde aquellos tiempos, panes ácimos conocidos como Roti, Chapati y Phulka.
Durante la Edad Media los problemas climáticos sumados a la crisis rural y demográfica originan un descenso del cultivo de cereales que ocasiona una terrible hambruna complicada por la peste. En este tiempo el pan se elaboraba solo en los monasterios. Posteriormente, con el paso del tiempo, el consumo masivo de pan se normaliza pasando a ser responsabilidad del gremio de panaderos.


Ay, también, los mendigos
Con las manos extendidas a nuestra caridad
Que es lo mejor de ellos y de nosotros
Mujeres que tienen muchos pobre hijos pobres
Que los ojos les brillan mucho y los pómulos les escuecen
Que los cabellos se les enredan de bajar y subir hijos del suelo
Y porque lo criminales y los renegados
Aman el pan y a sus madres
Y porque los suicidas nunca cruzan los trigos
Y porque casi nadie lo mira sin llorar
A la hora de tener que confesar las culpas.


En el continente asiático se consume hasta hoy el pan ácimo con denominaciones como Mochi, Pita. En Asia existen también los panes Paratha y Puris que son elaborados con aceite. En Centroamérica se consumen las Arepas y las Pupusas.
El nuestro país se consume el pan de forma masiva y lo encontramos en variedades según la región geográfica en la que sean elaborados: El pan grande y dulce de Chachapoyas, el pan costeño más seco y pequeño, el pan del oriente similar al costeño pero de color más oscuro.
Deseo referirme a una variedad llamada “Tantawawa” cuyo término proviene de las voces aymaras Tanta que significa pan y wawa que significa niño. Se consume en la sierra central del Perú y, en la fiesta de todos los santos, se añade al consumo de Achacáis (figuras de personas morenas ancianas), Caballos, Coronas, Escalera y otras variedades.



Poned el pan sobre la mesa
Junto al vaso de agua
En ese momento los que amamos pueden llegar
Pueden llegar empujando las puertas y quedarse maravillados
Porque el pan es el mejor recibimiento
Cuando los que queremos llegan a nuestra casa.


Señor, el pan nuestro de cada día dánoslo hoy y perdona por no valorarlo o compartirlo como debiéramos hacerlo.