domingo, 28 de diciembre de 2008

Túcume: Edén de Pirámides


¡No hay tierra mas hermosa que la mía!. Es una verdad que orgulloso deseo compartir. Túcume es cuna de hombres sencillos y trabajadores. Mis abuelos y sus ancestros, mi madre, tíos y primos dan vigor a tal idea. Su paisaje, historia, religiosidad y tradiciones la convierten en una tierra de ensueño cuyo innegable valor para dar forma a la historia de nuestra Región deseo demostrar brevemente a través de la información que brindo a continuación.


Sobre el valle que Cala Fundara

Con la estirpe ancestral de Naylamp

Surge Túcume, edén de pirámides,

Noble cuna del gran Villarreal.


De la lectura de la “Leyenda de Naylamp” narrada por el cura lambayecano Justo Modesto Rubiños y Andrade, cura de Pacora y Mórrope en la época del Obispo de Trujillo Baltazar Jaime Martínez Compañón y Bujanda, y Don Miguel cabello de Balboa; se puede desprender que los nietos de Naylamp Señor fundador de las tierras lambayecanas; se dispersaron, entre otros lugares, por Jayanca y Túcume. Los pobladores de aquellos centros poblados construyeron y usaron con diligencia en Canal Taymi, torrente de agua que hasta hoy permanece, para el desarrollo y expansión de su actividad agrícola.
Mas adelante entre los años 1100 y 1350 el complejo urbano de Túcume era el centro político de Lambayeque. Tal fue su importancia que, según el investigador monsefuano David Ayasta (Quien hace referencia a investigaciones de Enrique Bruning y Susan Ramírez) tenía una pachaca o parcialidad especializada de pescadores o “lizeros” llamada Faquescoch en el litoral lambayecano.
A la llegada de los españoles, Túcume fue uno de los lugares que mayor interés despertó. Habían ingresado a Motux y lo encontraron vacío; en Xayanca no se detuvieron. En Túqueme o Tucmi pernoctaron en su transito a Caxamalca apoyados por los Cañaris con la finalidad de conocer y capturar al Inca Atahualpa.



Lambayeques aguerridos forjaron

En tus lares su audaz capital

Y plasmaron solemnes pirámides

Prototipos de tu identidad


El pueblo de “Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción de Túcume” fue “fundado” por el visitador Gregorio Gonzales de Cuenca el año 1566 durante la visita realizada a las tierras lambayecanas entre 1566 y 1567, con los pobladores de Túcume viejo y Muchumí (Mochumí). En aquel tiempo García de vargas era Corregidor del Repartimiento de Túqueme y Lorenzo Zamudio era Encomendero de dicho Repartimiento. No se puede hablar de una fundación dando a esta el mismo rigor que el aplicado para dar a luz ciudades coloniales. Lo de Gonzales de Cuenca fue la oficialización de la existencia del centro poblado en documentos de la corona. Antes de aquella “fundación” Juan Roldán Dávila y Juan de Osorno habían sido encomenderos del lugar.
El visitador hace referencia en sus documentos al nombre del pueblo como “Túqueme” recogiendo la versión de Pedro Cieza de León en “Crónica del Perú” publicada en 1553 (Primera parte) información resultante de su recorrido por el Perú desde 1548. Este término (”Túqueme”) es distinto del utilizado por el cronista Gracilazo de la vega que, en “Comentarios Reales”, lo denomina Tucmi. Se sabe que el nombre del pueblo proviene de la voz yunga “Tok” que significa Hogar. La actual ubicación geográfica data de los años 1620 a 1622 cuando Túcume viejo fue inundado por el Río La leche.

Hoy tus valles sonríen fecundos

Y la leche ilumina tu faz,

Villarreal navegando en tus vientos

Su paciencia te supo entregar.


Luis Millones, en su publicación “Dioses Familiares: Festivales populares en el Perú contemporáneo” publicada por la Editorial del Congreso de la República el año 1999, refiere en el capítulo V sobre “Dioses y demonios de Túcume” que una vez fundado el pueblo se estableció la parroquia y la Virgen Inmaculada como patrona. Hace alusión al trabajo de los curas que se encargaron de motivar a la población a una lucha contra luzbel (Satanás) enraizado en las prácticas idólatras de la antigua población prehispánica; contando con la protección de la Santísima Virgen que puso en manos de un ángel la lucha del bien, siempre victorioso, contra el mal condenado a la derrota eterna. Así se explica el origen de la tradicional danza de los “Diablicos” que todos los años acompaña la procesión de la Virgen María.


Tucumanos con fe y trabajo

Procuremos la superación

Desde el cielo, nos guía la virgen

De la purísima Concepción.


En tiempos republicanos notamos que fue durante el segundo gobierno de Don Andrés Avelino Cáceres que se crea el Distrito de Túcume el día 17 de Noviembre de 1894, estableciendo como capital el centro poblado del mismo nombre. Su extensión es de 90 Kilómetros cuadrados y sus actuales límites son: Al norte, con el distrito de Illimo, al sur con el Distrito de Mochumí, al este con el distrito de Pítipo y al oeste con el distrito de Mórrope. Hoy el pueblo, debido a su crecimiento demográfico, se ha extendido dando pie a la formación de los Pueblos jóvenes “Federico Villarreal” y “Rudecindo Zavaleta” , la gente de mi tierra dedica su esfuerzo a la agricultura y la ganadería; en centros poblados como “Cruz blanca”, “Sasape”, “La raya”, “Los Sánchez”, “San Bernardino”, “Sasape viejo”, “Túcume viejo”, “El Orcón”, “La Pintada”, “Los Bances”, “Payesa”, “Zápame”, “San Carranquilla” y “Sifón”.


miércoles, 24 de diciembre de 2008

En Jesús, Dios está con nosotros


La plaza principal de la ciudad luce hoy mas bella que nunca. Una lluvia de luces cayó y llenó las calles de color. Las palabras: paz, esperanza, amor, bendición, compartir; están en boca de todos los hombres que, además, desean y piensan en ser mejores.
Los cantos navideños lo indican: ¡Dios está con nosotros! a nacido el Salvador. Esta noche de paz y amor solo interesa dirigir la mirada al pequeño niño de Belén. ¡Dios existe y es real! Y ha sido invitado a posar en el hogar de los hombres y mujeres de buena voluntad que entonan villancicos alrededor de una mesa mientras en el cielo los ángeles de Dios entonan alabanzas según nos recuerda un texto bíblico.
Dios se ha hecho hombre en Jesús. Esa es la buena noticia. Su origen y naturaleza divina no lo separó de la comunidad que le rodeaba y tampoco lo separa de nosotros, por el contrario, nos vincula, nos une, nos acerca. Jesús no habitaba en las nubes, en las alturas místicas, ni en un monasterio contemplativo. ¡Tomó residencia en la tierra!. Su vida humana fue una constante y profunda relación con los demás, con los que quiso compartir en lo más profundo toda la realidad de nuestra vida. En Cristo, Dios quiso estar más cerca de nosotros.
«Nunca te permitas a ti mismo encerrarte tanto en tu propio mundo, que pases por alto lo que Dios quiere que encuentres en el suyo». Debemos reconocer que en estos tiempos hemos reducido la espiritualidad a breves momentos de nuestra vida reservados para ese fin. Para muchos navidad es uno de esos momentos. Esperamos que si Dios quiere decirnos o mostrarnos algo lo haga en esos lapsos cortos de nuestra oración o de las celebraciones en la Iglesia. El resto del tiempo la mayor parte de la gente vive desconectada de Dios. En navidad todos debemos unirnos al pequeño de Belén que, rodeado de sencillez, toma la iniciativa y se acerca a nosotros.
La imagen del pesebre choca con nuestras aspiraciones. Pensamos: Para un Rey un palacio, no un lugar entre animales. Sin embargo, el acontecimiento mas importante de nuestra historia ocurrió en medio de la pobreza y las privaciones.
Belén nos recuerda que solamente unos pocos perciben los eventos más significativos del obrar de Dios y que esos pocos deben proclamar que Jesús nació a quienes no lo creen, aquellos que no pueden decir que Dios está con nosotros. El Señor está, y obra conforme a sus propósitos. Esta certeza debe servir de ancla para nuestras vidas.

sábado, 13 de diciembre de 2008

"Algunos nombres de los pueblos de mi tierra" II parte


En un artículo anterior hice mención a una serie de términos provenientes de la lengua yunga, llamada por algunos muchik, del quechua y de apellidos de conquistadores españoles que hoy denominan a importantes centros poblados de nuestra región.
Deseo complementar la toponimia u onomástica geográfica iniciada hace poco y seguir brindando información sobre los nombres de los pueblos de nuestra hermosa y bendita tierra. El reto es terminar de estudiar el significado de cada nombre de los pueblos lambayecanos en el deseo de contribuir a preservar nuestras tradiciones e identidad.
Según estudios de Don José Sebastián Barranca Lovera y el clérigo Fernando de La Carrera Daza el término Ferreñafe proviene de alguna de las siguientes fuentes: Del nombre de un indio llamado Ferriñafi Sinopullaqui, elegido por el encomendero español Don Juan de Osorno para administrar el valle de Túcume (Tok) o de la palabra yunga Firruñap que significa “Entre cerros” o “En medio de caminos”. La palabra yunga se usó hasta el siglo XVIII en que se reemplaza por la actual denominación.
Mocupe, tierra de las playas “Cañaloche” y “Cabeza de toro”, del Mural de Úcupe y de las Huacas “Teodora” y “Chaquiras” es un distrito cuyo nombre corresponde a la lengua yunga o mochica y significa “Lugar en la profundidad” o “Pueblo en una hoyada”.
Chongoyape, la tierra de “Santa Catalina de Alejandría”, el “Cerro Mulato” y cuna de la orfebrería lambayecana al haberse descubierto en sus entrañas valiosas joyas de la tradición Chavín, tiene un nombre que proviene de la lengua quechua y significa “corazón triste” o “Corazón que llora”.
Otros pueblos con nombre quechua son Incahuasi o Incawuasi cuyo significado es “Casa del Inca” y Cañaris o Kañaris (Kañari) que significa “Si hay” aunque otra versión indica que el término Kan significa también en quechua culebra; por lo cual podría el nombre significar “Hay culebras”.
La palabra Uyurpampa identifica a un centro poblado del Distrito de Incahuasi en la Provincia de Ferreñafe, y significa “llanura de vientos fuertes”.

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miércoles, 10 de diciembre de 2008

Jesús de Belén


En Belén, lugar insignificante al ojo del hombre, apenas visto o reconocido, a la luz de una estrella, con la única fuerza natural de su madre, ante la atenta y extasiada mirada de su obediente padre, entre animales y sobre un pesebre envuelto en pañales... ¡Un salvador nos ha sido dado! En el cielo, los ángeles dan Gloria al Hijo de Dios, al segundo Adán, al Cordero sin mancha que quita el pecado del mundo, al prometido, al esperado, al deseado de todos los tiempos, a quien estará y apacentará con poder de Dios, a nuestra paz... Ieosus Christos Theos Uios Soteros, ¡Jesucristo Hijo del Dios salvador!
Mirar a Belén por un instante cada año nos permite apreciar lo que Dios intenta recordarnos cada día: Tenemos oportunidad de dar sentido espiritual a nuestra vida, de retomar los caminos simples pero altos con Cristo, por Cristo y en Cristo; de volver a ser niños pues solo como ellos entraremos en el Reino de los cielos, de despojarnos de toda falsedad para revestirnos de la bondad santa de aquel que está en el pesebre.
Belén nos invita a unirnos a nuestro Dios que es amor, amando a aquellos a quienes tenemos cerca y a los demás a quienes ni siquiera conocemos. Navidad remueve nuestra comodidad y despierta en nosotros la necesidad de tocar la vida del prójimo que vive “lejos” de nuestro pequeño mundo. ¡Es nuestra vocación! Pues hemos sido bendecidos para bendecir.
El cristiano en navidad es una persona que sabe que muchas cosas en su vida tienen que cambiar. Tiene los ojos muy limpios pues debe descubrir las huellas de Dios en el mundo. Tiene los oídos abiertos y afinados pues debe escuchar los anuncios del Profeta, las Palabras de Jesús, los gritos de las víctimas, las voces de los niños. Tiene las manos abiertas, disponibles, serviciales, generosas, compasivas. Contagia el optimismo y la esperanza en el mundo sin quejarse de sus debilidades pues sabe que en Cristo radica su fortaleza. Es alegre aunque conoce el sufrimiento. Es una persona de oración que eleva sus brazos en actitud suplicante pues sabe que de poco o muy poco valen sus propósitos sin la fuerza de lo alto, la fuerza del Espíritu Santo, que fecunda nuestra historia y nuestra vida como fecundó el vientre de María para que naciera el Salvador.
¡En navidad tenemos la hermosa oportunidad de ver a Jesús! Pero ¿Cómo y dónde lo puedo encontrar? Santa Teresa de Calcuta diría: (Jesús está en...) el hambriento para ser alimentado, el sediento para ser saciado, el desnudo para ser vestido, el desamparado para ser recogido, el enfermo para ser curado, el solitario para ser amado, el indeseado para ser querido, el deficiente mental para protegerlo, el mendigo para darle una sonrisa, el mudo para hablar por el, el tullido para caminar con el, el anciano para ser atendido... ¿Quién es Jesús? Es mi Dios, mi esposo, mi vida, mi único amor, es mi todo.