sábado, 23 de agosto de 2008

Túcume: El Pueblo elegido por la Purísima y la Andariega

Túcume está de fiesta. La Virgen Purísima y su hijita la 'Andariega' salen nuevamente a las calles, como cada año, para causar el impacto que cada año revitaliza a una raza, a una casta superpuesta, por efectos espirituales, a las demás resultantes de nuestro mestizaje. Túcume está de fiesta. El corazón y el alma de un pueblo caminan tras dos imágenes como siguiendo un destino, rogando por todos, esperando, pues la esperanza es una virtud cristiana que en Túcume cobra un valor único.Túcume es un pueblo pacífico situado entre cerros, quebradas y pampas, cuna de tres civilizaciones (Sicán, Chimú e Inca) y hogar de todo aquel que navegue entre las aguas vivas de su amor entrañable. Es cierto, Túcume es un sentimiento y un paradigma. Ser tucumano implica la realización de un estilo de vida acorde con la herencia y la sangre especial que dio forma a su actual fisonomía. La frescura de su clima, la fertilidad de su tierra, el fruto de su exquisita culinaria, los prodigios de sus artesanos, su historia, tradiciones y herencia; hacen de Túcume un hermoso lugar para vivir. Al costado del altar mayor de la Iglesia de Túcume se alzan las imágenes de San Pedro y de la Virgen Purísima. El discípulo de Cristo es patrón de la parroquia pero es, a su vez, segundo en la preferencia popular. La Inmaculada Concepción de la Virgen María (verdadero nombre eclesiástico) absorbe la devoción de los tucumanos. Dicha imagen es una talla de madera de 1,37 m labrada a mediados del siglo XVIII por manos indígenas o mestizas; muestra a la virgen de pie con las manos juntas sobre el pecho en actitud de oración. El pueblo dice de ella:Es nuestra madre, patrona de todos y se pone en absoluto movimiento dos veces por año para honrarla en un ambiente de festejo y total algarabía. Sus vestiduras son de fina seda y su decoración es ofrenda perenne de Carlos Fernández Rodríguez 'Calín ', verdadero maestro del decorado santo. La 'Virgen chica' o 'Andariega', llamada también Tucumana es una imagen de 35 cm de alto, tallada en madera de pie y con brazos articulados, ligeramente inclinada hacia la izquierda y tiene los brazos abiertos en actitud de recibir a alguien con un abrazo. Fue encontrada por un nativo tucumano en Ferreñafe al recibir revelación en sueños de la existencia de la imagen; la encontró abandonada en una gruta de La Puntilla. El cortejo de las imágenes se complementa con la presencia de las Pastorcitas y los Diablicos. La participación de estos grupos tiene vinculación con el Deseo de la virgen de que su recorrido no sea perturbado. He participado en el acto de encuentro de la Purísima y la 'Andariega', muchas veces lloré por la emoción, tragué el llanto pues Los hombres no lloran, pero lloré por dentro y pedí por mi vida, por mi pueblo y por su destino. Cada tucumano pide con fe, pone en tal acto de recogimiento su vida entera y termina sintiéndose privilegiado y cercano de un Dios que suele dar vida en abundancia a un pueblo cuyo espíritu no cesa en dinamismo.

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